Emoticonos que tienen la regla y otras iniciativas originales del "mundo Emoji"

Emoticonos que tienen la regla y otras iniciativas originales del "mundo Emoji"

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Emoticonos que tienen la regla y otras iniciativas originales del "mundo Emoji"

Han pasado tan solo dos días desde que te hablamos de Emojicode, un lenguaje de programación open source, multiparadigma y orientado a objetos que se encuentra compuesto, ni más ni menos, que de emojis; sí, de los mismos que empleamos para comunicarnos en plataformas de la talla de Facebook y WhatsApp. Un idioma que no es único en su especie y que nos ha llevado a plantearnos una sencilla cuestión: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?

Sí, porque en un contexto en el la cultura de lo visual y la apuesta por la imagen se encuentran en su punto más álgido, estas pequeñas caritas se han colado de lleno en nuestras vidas, modificando nuestra manera de expresarnos y dando lugar a toda clase de iniciativas. Una de las últimas tiene que ver con el ciclo menstrual. Sí, porque entre las últimas peticiones de Change.org se han colado los llamados “femojis”. Sin embargo, no se trata del único caso curioso de este “mundillo”.

La apuesta por los Femojis

Femojis

De esta manera, la compañía de productos de higiene femenina Bodyform ha lanzado una campaña que pretende conseguir que se introduzcan emoticonos relacionados con “la regla”. ¿Su objetivo? Desmitificar el periodo y lograr que se hable con mayor normalidad del asunto. “No existen emojis que representen las cosas importantes de la vida, como nuestros periodos”, comentan. “No hay manera de expresarlo en este nuevo lenguaje universal”.

Así, la entidad solicita el añadido de “dibujos” en forma de compresa, caritas con acné, cambios de humor, ropa interior manchada, así como otras que representen una bolsa de agua o la sensación de estar hinchada. Una propuesta, en nuestra humilde opinión, de dudoso gusto a pesar de la finalidad de “normalizar” este tipo de cuestiones. En el momento de escribir estas líneas han logrado recabar más de 7.500 firmas, acercándose rápidamente a su objetivo, un total de 10 mil. ¿Conseguirán pasar su petición a Unicode e incorporarlos a los que ahora conocemos?

Otras iniciativas originales

Por otra parte, su propuesta no es única en su especie, sino que encontramos múltiples ideas relacionadas con estas caritas que lograron, incluso, colarse en la palabra más usada del año del Oxford Dictionary (fue el rostro sonriente con lágrimas en los ojos durante el 2015). Al margen del citado lenguaje de programación comentado –Emoji Code-, nos centraremos en herramientas como Emojini 3000, FourMan, Emoji One, y Linkmoji. Pero vayamos por partes.

De esta manera, la última de ellas consiste en un servicio capaz de transformar cualquier url en una serie de diferentes emoticonos relacionados con el sitio web en cuestión. Algo que, si bien resulta ciertamente absurdo y de dudosa utilidad, nos parece divertido. De hecho, tienes la opción de compartir el resultado con tus amigos y seres queridos a través de redes sociales, consultar cuántas veces se ha visitado el enlace que hemos creado y un largo etcétera que ya te puedes imaginar.

Respecto a Emojini 3000, consiste en una aplicación que emplea una tecnología capaz de saber cuál es el pictograma que mejor se corresponde con cada fotografía. Es decir, si nos decantamos por la imagen de una boda, nos saldrá el emoticono de una novia, por ejemplo. Lo mejor es que nos ofrece varias opciones y que suele acertar en la mayoría de ocasiones.

Además, está desarrollada por Curalate y su página integra capturas de muestra. Según la compañía, Emojini 3000 logra su objetivo gracias al uso de una serie de algoritmos de aprendizaje profundo inspirados en el nuevo sistema de etiquetas de Instagram. Para su puesta en marcha también ha sido necesaria la creación de una amplia base de datos. Pero el resultado merece la pena, sin duda.

En cuanto a Fourman, se trata de otro lenguaje de programación cuya sintaxis se compone enteramente de caracteres emoji. Eso sí, y a diferencia de Emoji Code, está basado en C++. Como él, cuenta con una serie de ventajas que ningunos otros tienen: la posibilidad de escribirlo fácilmente en cualquier dispositivo móvil y la eliminación de símbolos y cambios de línea.

Emojini es otra de ellas. En esta ocasión se trata de un plugin, de una extensión para Chrome que te brindará la oportunidad de añadir estos dibujos a casi cualquier conversación. Lo hace de un modo sencillo, agrupándolos en hasta nueve categorías distintas e integrando un buscador propio que te lo pondrá fácil a la hora de encontrar el emoticono que más se adapta a lo que pretendes decir. Se encuentra todavía en fase de pruebas pero resulta muy completa.

Emoji Tracker, asimismo, es una web que nos permite conocer en tiempo real cuál está siendo el uso de los emoticonos en Twitter, indicándonos y ordenando cada uno de ellos según la cantidad de verces que haya sido compartido en la red de microblogging. Una página que también nos muestra la frecuencia con la que se emplean. Basta con pinchar en alguno de ellos para obtener un desplegable en la que se observan detalles como su posición en el ranking de los más utilizados, etcétera.

Emojitraker

Encontramos otras parecidas a la anterior, como i2Symbol, también compatible con Firefox y que dispone de un amplio abanico de efectos integrados (aunque solo se limita a Facebook y Twitter); y Emojistuff, que amplía este ámbito de actuación a Pinterest e Instagram. ¿Cuál es tu favorita?

Al margen de estas utilidades, no podemos dejar de mencionar iniciativas como los teclados físicos de Tom Scott. Un prototipo de enormes dimensiones confeccionado a base de pegatinas y varios keyboards, en cuyo software decidió basarse una empresa estadounidense para alumbrar su propio hardware: un teclado similar al de una Mac mucho más accesible y fácil de emplear que hará las delicias de los amantes de estas caritas.

Otra de las evidencias del calado de los emoticonos se plasmó hace unos meses, cuando la Casa Blanca publicó un informe sobre los Millenials, la generación de personas nacidas entre finales de los 80 y mediados de los 2000; un documento que, precisamente, perseguía llegar a estos sujetos. Y qué mejor manera de hacerlo que emplear los emoticonos para dar un toque más personal, directo e informal al texto. Dicho lo cual ¿estamos preparados para este tipo de comunicación “universal” que excede el ámbito de las palabras?

En Genbeta | El día en el que los emoticonos entraron en los informes del Gobierno de EEUU

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