Veinte trucos para celebrar 20 años de GIMP

Veinte trucos para celebrar 20 años de GIMP

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Veinte trucos para celebrar 20 años de GIMP

Si bien no es nada nuevo que existen variadas alternativas a Photoshop –quizás el editor más popular de imágenes- que no implican coste alguno –como Splashup, Inkscape, Pixlr, y otros programas de retoque fotográfico-, esta semana cumple años una de nuestras opciones preferidas: GIMP.

Una utilidad –que, por cierto y para encumbrar la cita, ha llevado a cabo un remozado completo de su web- con posibilidades muy similares a la de Adobe que celebra su vigésimo aniversario. Con el objetivo de conmemorarlo, hoy recabamos los mejores trucos que te permitirán sacarle todo el partido a la herramienta y nos damos un garbeo por sus orígenes. ¿Preparado?

El 20 Aniversario

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Así, el alumbramiento de GIMP se remonta al 21 de noviembre de 1995, un día en el que dos estudiantes de la Universidad de California, Peter Mattis y Spencer Kimball, anunciaron la disponibilidad de un nuevo software cuyo nombre respondía a General Image Manipulation Program y que posteriormente cambiaría a GNU Image Manipulation Program.

Un programa acerca del que ya habían dado algunas pinceladas en julio de ese mismo año y en torno al que giraba una gran expectación; un sistema de código abierto que no ha dejado de crecer desde entonces, una evolución que ha dado lugar a distintas versiones como GimPhoto y GIMPshop, con interfaces mejoradas que tratan de proporcionar una experiencia de usuario Photoshop-like, entre otros.

Los mejores trucos para GIMP

Al margen de la apariencia, resulta innegable la utilidad de GIMP, unas prestaciones que evidencias sus distintas funciones: edición de capas, solapado, filtros específicos. No te pierdas las opciones de retoque más interesantes que te sugerimos a continuación.

Virado fotográfico

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Cuando hablamos de virado fotográfico nos referimos a asociar un tono determinado a los colores claros y otro distinto a los oscuros, ¿el resultado? Un efecto vintage muy parecido al que logran los filtros automáticos de Instagram, pero con una calidad envidiable.

Para lograrlo, empieza duplicando la capa general de la imagen, selecciona la copia y accede al menú de colores para desaturar la imagen –en cuanto hagas clic, está pasará al blanco y negro-. Crea una nueva capa pero determina primero “color de fondo” como tipo de relleno. Verás que desaparece, pero tranquilo, forma parte del proceso. Seguidamente define el tono que servirá para los colores oscuros de la foto y aplícalo con el bote de pintura.

Modifica entonces el modo de la capa y pincha en solapar, pincha con el botón derecho sobre la capa de color y escoge “combinar hacia abajo”. Repite el procedimiento con los colores claros. En cuanto termines, añade una máscara de capa y selecciona “copia en escala de grises de la capa”. Juega con la opacidad de ambas para dar más fuerza a lo que te interese.

No descartes las guías

Son las aliadas perfectas para mantener la simetría, desplazar los objetos sin preocupaciones y tener una referencia visual constante. Las hay verticales y horizontales. Para integrarlas en el documento, arrástralas desde la parte superior o el lateral de la pantalla. Coge tantas como desees. En el menú Imagen y Guías, obviamente, también aparecen.

Elimina las arrugas más molestas

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Una de las peticiones más comunes a la hora de “toquetear” una imagen es la de restar años a sus protagonistas. ¿Cómo? Acabando con los estragos que el paso de tiempo ha dibujado en su piel. Aunque existen varias posibilidades para lograrlo, en GIMP nos quedamos con esta:

Elige la herramienta de saneado (el icono de los apósitos que funciona de un modo muy similar al tampón de clonar de Photoshop) y escoge un pincel acorde con la arruga que vas a borrar. Selecciona una zona lisa, similar al tono de la piel de la zona estriada que deseas cubrir, con la tecla de control presionada, y sírvete de ella para esconder los pliegues.

Cuanto más pequeña sea la muestra, mejor, merece la pena que lo hagas varias veces y dejes los rostros bien tersos, sin surcos. Una vez tomada solo tendrás que pinchar en las partes que quieras sustituir. Ahora, tampoco abuses si no quieres convertir al sujeto de tus “pinitos” en una especie de muñeco diabólico.

Alinea los objetos con un par de clics

Gracias a la utilidad de alineación, que podrás usar para llevar un objeto determinado (mediante selección o capa) a un lugar determinado de la fotografía. Tienes botones específicos para centrarlo, situarlo a la derecha o izquierda y un largo etcétera que te puedes figurar. Muy útil para mantener la simetría del encuadre. En la sección de distribuir incluso te deja cambiar los píxeles que deseas que se desplace.

Pasa al blanco y negro pero quédate con un detalle intenso

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¿Te acuerdas de la típica foto en escala de grises en la que se escapaba un globo rojo? ¿De aquel retrato en blanco y negro de labios rosados? Si bien se trata de una técnica un tanto manida para destacar determinados detalles de una imagen, este efecto continúa siendo uno de los más demandados en el retoque fotográfico. Por fortuna, resulta sencillo de conseguir.

Bastará con seleccionar –eso sí, con la máxima precisión posible, pues de esta habilidad dependerá resultado final- la zona cuyo color deseas mantener intacta. Decántate por la opción de “activar máscara rápida” para ponértelo más fácil. Invierte la selección y desatúrala, tal y como hemos explicado en el apartado de virado fotográfico. Y listo.

Añade efectos a tus textos

No obstante la horterada, debes saber que existe la posibilidad. Y no, no se trata de que las letras empiecen a bailotear sino de algo que recuerda más bien a los grafitis. Entra en el apartado de logotipos y descubre todas las plantillas que tienes a tu disposición. Una recomendación: se apreciará más con una letra de palo seco (sin remates ni florituras) más gruesa de lo convencional. Ojito con la legibilidad, pues podría verse afectada. Trata de establecer un criterio previo.

Descubre las funciones avanzadas del pincel y crea los tuyos propios

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Aunque la selección que ofrece GIMP no es nada desdeñable, una de sus prestaciones más interesantes es la posibilidad de crear tus propios pinceles. Un proceso que empezará con la creación de una imagen nueva, transparente, a la que daremos las dimensiones que queremos que tenga nuestra herramienta.

Una vez abierto el documento, traza la forma que desees que adopte el puntero y duplica la capa tantas veces como colores quieras usar. Guarda el archivo como un pincel animado y vigila que la extensión sea GIH. Muévelo a la carpeta (C:\Archivos de programa\GIMP-2.0\share\gimp\2.0\brushes) donde se encuentra el resto y refréscalos en la aplicación para empezar a utilizarlo.

Duplica las imágenes fácilmente

Se trata de una de las acciones más sencillas y rápidas de llevar a cabo: comprueba el tamaño de los objetos que deseas duplicar y crea un documento acorde con sus dimensiones; es decir, uno en el que tengan cabida, espacio suficiente. Arrastra el archivo hasta la pantalla de edición del software y desplázala mediante la herramienta de selección y el tabulador o las flechas.

Una vez ubicada, ve al panel de capas, pincha en el botón derecho y opta por “duplicar capa”. Úsala tantas veces como necesites. Para modificar alguna de ellas, bloquea el resto para mayor comodidad.

Oculta una parte de la imagen para su posterior edición

Si estás realizando un arduo trabajo de selección y no quieres que nada ni nadie te distraiga, bloquea las capas en las que no estés trabajando y ocúltalas temporalmente. Esto te permitirá centrarte únicamente en el objeto que te interesa y evitar interferencias, así como movimientos indeseados.

Conoce los mejores atajos de relleno

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Se trata de atajos del teclado, es decir, de combinaciones de teclas que permiten dotar de color a las áreas seleccionadas de manera más inteligente y ágil. Por ejemplo, si aprietas Ctrl + la tecla del punto, rellenarás con el color de fondo, mientras que si sustituyes este último por una coma, lo harás con la tonalidad de frente. Las mismas posibilidades las encontrarás en “editar”.

No te olvides de la herramienta de perspectiva

Aunque se trata de una herramienta muy limitada, puede servirte para conseguir determinados efectos. Funciona pinchando sobre la capa y deformando sus vértices. Su uso resulta recomendable en el alumbramiento de suelos, mares, paredes y similares, pero hasta cierto punto.

Vuelve a enfocar

¿Careces de pulso? ¿Tu cámara no tiene estabilizador de imagen? No te preocupes, el filtro de reenfoque de GIMP te ahorrará problemas. Su funcionamiento es una auténtica pasada, pues no suele percibirse que se ha llevado a cabo un ajuste de este tipo.

Crea una onda o efecto sumidero

Uno de los resultados más curiosos de GIMP es el del efecto sumidero, un remolino de agua que conseguirás con una simple imagen plana, una espiral dibujada a mano alzada y el uso del desenfoque gausiano (que hallarás en filtros), las distorsiones de remolino, aspiración y ondas. Únicamente deberás jugar un poco con los valores, pero no entraña dificultad alguna. Encontrarás la explicación paso a paso en el vídeo.

Usa los degradados de manera creativa

Desde crear fondos ficticios similares a un atardecer hasta aprovechar las líneas dirigidas a un punto de fuga para crear un laberinto en tres dimensiones, esta herramienta resulta tremendamente útil también, a la hora de conseguir determinados efectos. Por ejemplo, un halo de luz que sale de una linterna, un volcán en erupción, una espiral estática que parece moverse sobre el papel, etcétera.

Arrastra las imágenes

La posibilidad de arrastrar las imágenes a la aplicación es otra de las virtudes de este software. Aunque también podremos abrirlas mediante los procedimientos habituales (accediendo a GIMP y abriendo el archivo o bien seleccionando “abrir con” sobre la imagen), este procedimiento citado agiliza la tarea.

Además, resulta muy útil cuando deseamos alargar, por ejemplo, una imagen vectorial, sin fondo. Bastará con crear un documento con las dimensiones deseadas y lanzar en su interior el objeto.

Crea un gif animado

Si bien esta prestación es relativamente útil dada la cantidad de herramientas online que permiten hacer lo mismo a partir de un vídeo y si tenemos en cuenta la popularidad de este formato (que ya se cuela en las redes sociales), no podemos dejar de explicarte el proceso para lograrlo en GIMP.

Así, coloca en una misma imagen una serie de capas opacas (no sirven las transparentes) y ten en cuenta que el gif se reproducirá desde abajo hacia arriba. Cada una de ellas será como un fotograma. Exporta el resultado como GIF y marca, en el cuadro de diálogo “animación”, o “bucle perpetuo”. También dispones de la opción de cambiar el tiempo durante el que se verá, jugar con los retrasos y demás.

Crea una captura de pantalla

Una opción que probablemente no conocías del programa. Te permite capturar una zona, la ventana entera, la pantalla completa, y establecer un retrase de los segundos que necesites. Aunque a priori puede resultar más sencillo usar los atajos del teclado, no viene nada mal cuando estamos gastando GIMP. La hallarás en Archivo, Crear y el correspondiente desplegable.

Conviértete en Luke Skywalker

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Si quieres darle un toque divertido a tus fotos, una de las opciones es dotar de la luz propia de una espada láser al estilo de la de Luke Skywalker a cualquier objeto alargado que lleves en la mano.

Empieza creando una nueva capa con fondo de color negro y decántate por el modo pantalla (el modo aparece en la parte superior izquierda de la ventana de capas). A continuación, pincha en la herramienta Bezier (una especie de pluma) y selecciona aquello que deseas convertir en el sable luminoso. Aprieta en “crear una selección desde la ruta” y rellena con blanco. Sal de la selección y vuelve al panel de capas, donde la duplicarás dos veces.

Aplica a la primera el desenfoque gaussiano con un radio vertical y horizontal de 5.0. Repite la operación en la otra capa pero sube el radio a 20. En la tercera capa alcanza el 30. Combina hacia abajo y ya podrás apreciar el haz de luz. Para dotarlo de color verde, ve a capa, colores y balance de color.

Sírvete del explorador de fractales

Aunque pueda sonarte a chino, las fractales son imágenes que se generan de manera automática gracias a determinados cálculos matemáticos. En este caso te será de utilidad para lograr efectos propios de una película de ciencia ficción. Accede a filtros, renderizado, explorador de fractales y ve progando. Si los combinas con degradados puede quedar chulísimo.

Aprende a desplazar dos capas al mismo tiempo

Gracias a las cadenas en las capas, que sirven para enlazarlas. Para hacerlo tan solo necesitarás pulsar, en el cuadro de diálogo de las Capas, en las cadenas de las dos capas. Fácil y efectivo, sobre todo cuando existen una tercera y cuarta.

¿Y tú, conoces algún truco especial en GIMP?

Vía | IBN Live

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