La mayor operadora estadounidense, AT&T, ha anunciado que definitivamente terminará con la tarifa plana. A partir del 2 de mayo, los usuarios de la compañía tendrán un máximo de 150 GB o 250 GB –según la cuota que se pague– de tráfico mensual. Si se sobrepasa dicha cantidad, se deberá pagar 10 dólares por cada 50 GB consumidos de más.
Llama la atención la rapidez con que se aplicará el cambio, ya que AT&T notificará a sus clientes las nuevas medidas entre el 18 y el 31 de marzo. Asimismo, la operadora también avisará a los internautas cuando pasen del 65%, el 90% y el 100% del límite permitido.
La empresa norteamericana afirma que su cliente medio consume unos 18 GB mensuales, de forma que, según los datos de AT&T, el cambio perjudicaría a un 2% de sus usuarios, a los que tilda de consumidores de “una desproporcionada cantidad de ancho de banda”.
En este sentido, la dirección que está tomando el mercado de las telecomunicaciones es contraproducente. Por una parte, crece exponencialmente el uso de servicios de películas, series y música en streaming y, por el otro, se pone límites en la cantidad de datos que se puede usar.
En España, Telefónica ya amenazó con finiquitar la tarifa plana y dijo que, con el panorama actual, íbamos de cabeza a una “quiebra del sistema”. Nada más allá de la realidad, puesto que la principal operadora española ha obtenido los mayores beneficios de una empresa en nuestro país, por encima de los 10.000 millones de euros el último año. ¿Qué tal un poco de inversión en infraestructuras frente a esa supuesta quiebra?
Con el movimiento de AT&T, las cuotas de Internet fijo se equipararían con las tarifas móviles predominantes en todo el mundo, que imponen un límite de consumo en el cliente, a partir del cual se rebaja notablemente la velocidad. La mayoría de la capacidad permitida en Internet móvil es inferior a 1 GB, lo que limita la navegación por la red.
Vía | ReadWriteWeb
Foto | MrVJTod
