La semana en la Red (26-1 de agosto)

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Este domingo "prestigiosos" periódicos españoles han llevado a sus ediciones de papel "noticias relevantes" sobre las filtraciones de WikiLeaks que ya hace dos meses habían sido publicadas en la red. Olvidos.

El autor de esta información está en la "lista negra" de los amigos de WikiLeaks, que relacionan el "misterioso archivo" con Garani. Ni Garani ni la referencia a los "escándalos en España" en los cables diplomáticos, todavía no publicados, merecen una especial atención en los medios. Olvido.

Si lo merecen las figuras de Julian Assange y Bradley Manning. El primero, entrevistado en El País, dijo:

La gente más peligrosa para EE UU, otra vez, son las personas más ricas, los bancos y los poderosos.

Ese, claro, no fue el titular. Por cierto, que en El País están muy contentos, ya son más de 200.000 los "twitteros" que siguen el periódico de PRISA. Felicidades.

Sobre "gente feliz" (o su contrario) nos llegaba esta noticia: Medir el estado de ánimo de un país en tiempo real ya es posible (o casi), con twitter, claro. Estados Unidos ha sido el primero en pasar la prueba... y sale "rojo" de ira. Salvo en la costa oeste. En Hawaii, claro. Twitter también es feliz. Esta semana superaba 20 mil millones de tweets.

Vértigo y felicidad como la que puede sentir un bloguero (o bloguera) al recibir su iPhone 4 el "día D".

Nada feliz parecía, en cambio, Alla Zabrovskaya, Directora de Comunicación y Relaciones Públicas de Google Rusia, que tuvo que salir, otra vez, a la escena de ese teatro que es la vida "pública", después de que un juez ruso ordenase bloquear Youtube por un vídeo que "fomenta el odio étnico". "Debido a un solo vídeo, que se menciona en la orden judicial, se pide bloquear todo el sitio que canaliza un flujo enorme de información" denunciaba la voz de Google en Rusia, que recordaba al juez las normas de YouTube:

La comunidad rusa de Internet puede controlar el sitio, marcar o borrar vídeos que fomenten el odio nacional, religioso o racial.

Activistas rusos de derechos humanos y opositores al Kremlin han insistido en su preocupación sobre el hecho de que las autoridades puedan silenciar cualquier medio de comunicación sólo acusándolo de tener contenido con puntos de vista extremos.

Más censura también en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, donde ya bloquean el acceso a sitios de Internet y otros medios por atentar contra los valores islámicos del país o perturbar el "sistema político". Ahora son los usuarios de teléfonos BlackBerry los que van a ver limitada su capacidad de navegar por la red. La excusa: es una práctica habitual de los terroristas. Usar la BlackBerry. S.XXI.

Viejos resquicios de otras épocas, tan presentes. Adiós.

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