Oferta de campaña electoral: 14 días de censura gratis

Oferta de campaña electoral: 14 días de censura gratis
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Las campañas electorales norte-americanas pueden llegar a ser increíblementente salvajes. Desde los tiempos de Franklin y Jefferson, los libelos anónimos (y no tan anónimos) han permanecido presentes, evolucionando con el tiempo. Ríanse de los ataques entre candidatos aquí en España o en Europa.

Todos los candidatos de todo el espectro político han protagonizado momentos gloriosos, poniéndose en evidencia con declaraciones lamentables, apareciendo medio (o completamente) borrachos en actos públicos y demás.

En la era de la información, una simple búsqueda en hemerotecas digitalizadas (ay las hemerotecas…) o en youtube saca a la superficie todos esos momentos, que sus contrincantes usan sin ningún tipo de piedad.

Pero con las no-tan-nuevas tecnologías, surgen nuevas formas de ocultar los ataques. En el siglo XVIII cuando un candidato recibía un ataque, respondía con otro aún mayor, mostrando a su adversario en situaciones embarazosas, recordando escenas del pasado. Ahora se usan disposiciones legales para ocultarlos, como las de la Digital Millenium Copyright Act.

Con la DMCA, los candidatos abochornados disponen de una nueva oferta: de 10 a 14 días de censura gratis total, ya que pueden mandar una notita al proveedor que albergue las fotos (Flickr), vídeos (Youtube) o cortes de audio aduciendo que están cometiendo una infracción de copyright, y éste tiene que retirarlo inmediatamente.

En caso que quien subió el contenido originalmente responda asegurando que, bien disponen de los derechos necesarios, bien alegando un uso legítimo (conocido como “fair use” en inglés) para propósitos informativos, el proveedor del servicio dispone de entre 10 y 14 días para volver a ponerlo a en línea para todos.

Este abuso de la DMCA ya ocurrió en 2008, cuando un par de vídeos de la campaña McCain-Palin fueron retirados de la circulación por incluir un tema musical. Hasta mandaron una carta a YouTube pidiendo que los candidatos y campañas políticas recibieran una consideración diferente.

Pero la libertad de expresión, que incluye tanto el derecho de uno a decir lo que uno piensa como el derecho de otro a no escucharle, parece que no está en sus mejores momentos. En Noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América y parece que la DMCA volverá a ser usada como arma política.

Que no te guste que tus adversarios políticos te muestren esos vídeos en los que apareces medio borracho y/o soltando alguna que otra burrada es legítimo. Pero la solución pasa por: a) controlar mejor tus actos y no salir ebrio por la tele, o b) hacer lo mismo, darle un giro a la tortilla y con suerte el público podrá echar unas cuantas risas.

Usar las leyes del copyright como arma política para ocultar información solo garantiza que cuando todo salga a la luz, y acaba saliendo tarde o temprano, el escándalo sea mayor.

Por cierto, luego los del loby seguirán con la cantinela esa de “si estas leyes sólo son para proteger a los autores”. Ya…

Vía | EFF

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