Righthaven, troll del copyright condenado

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Righthaven, empresa o bufete considerado un troll del copyright, llevó a un bloguero a juicio por citar una frase de un artículo periodístico del cual poseían los derechos de copyright, y han sido derrotados. El resultado de este juicio abre las puertas a la destrucción de estas artimañas como modelo de negocio.

Se los conoce como 'trolls', y los hay de varias clases, como los patent troll o los copyright trolls. Buscan hacer negocio aprovechando y exprimiendo las posibilidades del copyright. Llevan a los tribunales a quien viole los derechos que previamente han comprado.

Sus víctimas por los general son blogueros que como tantos ciudadanos ante el riesgo de enfrentarse en los tribunales a una empresa fuerte y sin miramientos (algo habitual en España) deciden llegar a un acuerdo y pagar una cantidad menor de la que un juicio (pagando además las costas) les podía suponer. Véase el perfil miserable del negocio y las posibilidades del copyright. Vomitivo.

En el caso de estos "señores" de Righthaven es la cultura lo que dicen proteger: compran los derechos de propiedad intelectual sobre los contenidos de una publicación y luego buscan en Internet a ver quien reproduce fragmentos de estos, aunque sea citándolos, para llevarlos a juicio y con ello pedir la indemnización o "impuesto del copyright".

No solamente no se esconden de ello sino que, además, se enorgullecen. Pero llegó el tipo que no estaba dispuesto a moverse del asiento. Un bloguero y ciudadano consciente de sus derechos y celoso de su dignidad. La historia empieza en mayo, cuando Righthaven compra al rotativo Las Vegas Review Journal (a la sazón, ojo al dato, accionista de los impresentables trolls) los derechos de propiedad intelectual sobre una serie de contenidos como son los artículos publicados en la versión online de dicho periódico.

Por la misma época, el bloguero Michael Nelson, nuestro héroe, realizó una breve cita de un artículo del Review, ocho palabras anotadas explícitamente como cita a otro medio. En junio, Righthaven recibía el registro de los derechos de copyright del artículo del cual Nelson había citado una pequeña porción e, inmediatamente, llevaba al bueno de Nelson este a juicio.

Es la táctica habitual de la empresa: primero, se deja que blogueros y articulistas diversos citen el material, luego se adquieren los derechos y finalmente se lleva a juicio a quienes lo han ido citando. Hasta ahora, las personas llevadas a juicio han sido autores de blogs que han preferido arreglar el asunto antes de llegar a los tribunales para no tener que enfrentarse a una multa cuya cuantía les arruinaría la vida.

Pero los de Righthave se toparon con que este bloguero no se se achantaba y ni se planteó pactar con la empresa (pagar una cantidad y olvidarse del juicio), no lo dudó un minuto y acudió a los tribunales, concretamente a la Corte de Distrito de Nevada, para que juzgaran su caso. El resultado, toda una bofetada en la cara no sólo de Righthaven, si no de los llamados trolls del copyright: el tribunal estimó (la sentencia encabeza este post) que Michael Nelson había hecho un uso correcto del derecho de cita, previsto en la ley estadounidense.

Es lo que se conoce como “fair use” (uso lícito o justo) - como recuerdan en imatica.org - y que prevé la posibilidad de citar fragmentos de textos (incluso si estos están protegidos en su totalidad con copyright) en otros escritos.

Desde Righthaven se había argumentado que el blog de Nelson buscaba el beneficio económico ya que en él se inserta publicidad, con lo que venía a decir que la cita le había permitido lucrarse. Aún admitiendo el interés comercial de Nelson, el tribunal de Nevada indicó que la información se ofrece gratuitamente al público final, desestimando de esta forma el argumento de los demandantes y poseedores de los derechos de autor del artículo.

Los abogados copyright suelen sugerirle al juez una indemnización de 150.000 dólares por infracción. Si el bloguero se aviene a evitar el juicio lo dejan en un acuerdo de "amigos" por unos 2.500 dólares. Esta sentencia es importante en el marco legal estadounidense, ya que puede sentar jurisprudencia al respecto, pero también puede influir en cierta medida en casos similares en otras partes del mundo. Hay mucho troll. Mucho canalla.

Vía | OUT-LAW

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