Por encima de Facebook o Google, Twitter se ha convertido con el paso de los años en una de las principales herramientas para seguir y comentar grandes eventos, posibilitando conversaciones públicas. Desde temas relacionados con la política a grandes espectáculos deportivos, Twitter es el lugar al que muchos usuarios acuden para compartir sus pensamientos o, simplemente, dar su opinión.
Sin embargo, un estudio publicado por cuatro investigadores norteamericanos apunta a que la forma en la que los usuarios utilizan Twitter cambia sustancialmente cuando se producen estos grandes eventos. La comunicación interpersonal cae y la atención se concentra en responder y retuitear a unos usuarios particulares, siendo los principales beneficiados los influenciadores o usuarios con un número importante de seguidores.
Esta es una de las principales conclusiones a la que llegaron tras analizar 290 millones de tweets de 193.532 usuarios diferentes. Tweets que fueron publicados en el contexto de las elecciones presidenciales de 2012 en Estados Unidos y que tienen un claro carácter político.
Los investigadores afirman que a pesar de la labor democratizadora que se le presupone a Twitter, la atención acaba concentrándose en un número limitado de usuarios a la vez que el intercambio de impresiones entre la mayoría desciende. "Durante los eventos las dinámicas sociales e interpersonales de Twitter son sustituidas por la concentración de la atención en 'estrellas'.", dicen.
Esto provoca que la gran mayoría de los usuarios se vuelvan menos críticos con la información que reciben, poniendo trabas a su habilidad para analizar la credibilidad de los tweets y de sus autores. Algo que puede solucionarse si esas élites que reciben casi toda la atención actúan de buena fe y limitan la expansión de información falsa o poco certera.
Al fin y al cabo, Twitter es una de las principales fuentes de información hoy en día. La clave está en saber diferenciar entre la buena información y la mala, el grano y la paja. Algo que se vuelve todavía más difícil en determinadas ocasiones, cuando el poder del pueblo se concentra en los 140 caracteres de unos pocos.
Vía | Nieman
