Entre los años 2011 y 2012, Clifton Collins compró 6.000 dólares en Bitcoin, utilizando dinero que había conseguido mediante el cultivo y venta de marihuana (tal y como podemos leer en The Irish Times).
En aquel momento, el precio del Bitcoin rodaba entre los cuatro y seis dólares, mientras que hoy supera los 9.700 dólares. Quizás pensó que era una inversión, pero una manera también de "lavar" el dinero que había conseguido de una manera ilegal.
58 millones de dólares en un vertedero
Collins se enfrentó al eterno dilema de cómo almacenar estos 6.000 dólares en Bitcoin. Decidió imprimir un folio en A4 con las claves privadas (lo que se conoce como una "cold wallet"), y guardó este papel en una caja de alumino que servía como estuche para la caña de pescar.
Un punto importante de esta historia es que esta caja de metal se encontraba en su vivienda de alquiler en Farnaught, Galway (localidad que se encuentra en la costa oeste de Irlanda).
En aquel momento, Collins no se imaginaba la concatenación de hechos que iban a suceder. Primero, la policía lo detuvo tras haber encontrado marihuana en su coche (con un valor cercano a los 2.000 euros).
Le sentenciaron a pasar cinco años en la cárcel, y el casero de sus casa de alquiler mandó que retiraran sus pertenencias y fueran llevadas a un vertedero. Como os podéis imaginar, entre estas pertenencias se encontraba la caja de metal con los códigos dentro.
Eso significa que Collins ahora no tiene acceso a su cuenta, que actualmente tendría un valor de 58 millones de dólares. Según The Irish Times, los trabajadores del vertedero dijeron a la policía que recordaban ver los elementos de pesca entre los objetos desechados.
Al parecer, los desechos de este vertedero son enviados a Alemania y China para ser incinerados. Collins, que actualmente tiene 49 años, puede agarrarse a una cosa a modo de "consuelo".
Y es que no podría haber canjeado su fortuna en Bitcoin aunque tuviera las claves privadas, ya que 'La Oficina de Activos Criminales' de Irlanda ya había incautado sus activos en Bitcoin, alegando que su compra había sido financiada por una actividad ilícita.
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