"Los servicios públicos digitales son así de penosos" porque "cada región reinventa la rueda", explica el hacktivista Gómez-Obregón

"Los servicios públicos digitales son así de penosos" porque "cada región reinventa la rueda", explica el hacktivista Gómez-Obregón
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Ya hemos hablado antes en Genbeta de Jaime Gómez-Obregón, un hacktivista que usa "la informática y los datos abiertos para aflorar, exponer y arrasar con chanchullos y corruptelas del Sector Público", como ya demostró primero con su plataforma sobre la contratación pública en Cantabria y luego con su web sobre las donaciones irregulares de Juan Carlos I.

Ahora está embarcado —además de en una campaña para liberar los datos del Boletín Oficial del Registro Mercantil, cuya web por ahora carece incluso de buscador— en un nuevo proyecto sobre contratación pública a nivel nacional:

Pero, mientras, Gómez-Obregón ha participado en los encuentros digitales Pregúntame de la plataforma Menéame, donde los usuarios han podido hacerle directamente preguntas sobre su labor.

Y ha dejado por escrito sus opiniones sobre los problemas de nuestra administración digital, así como acerca de las deficiencias de ciertas corrientes de 'solucionismo tecnológico'.

"Soy pesimista en cuanto a que algún día tengamos una e-administración eficaz"

Sobre el funcionamiento de nuestra propia administración pública, desde su estructuración territorial hasta su capacidad de digitalización, Gómez-Obregón remite en sus respuestas a los usuarios a varios de los hilos que ha ido colgando en Twitter a lo largo del último año:

"Soy pesimista en cuanto a que algún día tengamos una e-administración eficaz. La ley de Conway es un conocido adagio que afirma que las organizaciones humanas diseñan sistemas que reflejan sus propias estructuras internas. Aunque no es un dogma, se cumple bien con los servicios digitales españoles".

Y en su opinión, el estado de las autonomías —sobre el que él no tiene opinión ("Jaime nunca habla de política", explica él mismo)— ha desembocado en cosas como las 'infraindustrias' surgidas en torno a los 'frameworks' autonómicos de las CC.AA.: "Cada administración tiene su propio «silo» tecnológico aislado e incompatible con las demás".

"La certificación del ingeniero asturiano es papel mojado en Cantabria. La certificación del ingeniero cántabro es papel mojado en Asturias".

"Este modelo de desarrollo de servicios digitales es lesivo para los intereses de la Administración. Al imponer estos requerimientos locales, cierran la puerta a proveedores muy válidos, pero que no están certificados en la tecnología de la aldea de turno".

"Esta barrera de entrada artificialmente erigida por las administraciones públicas es el mejor caldo de cultivo para una infraindustria tecnológica: las consultoras informáticas que licitan con la administración. Altísima rotación, sueldos de mierda y productos penosos".

Para nuestro protagonista, "cada organismo público va por libre" a la hora de desarrollar servicios online: "aunque hay interfaces pactados para intercomunicar los más esenciales, con frecuencia cada territorio reinventa la rueda".

Parte de esos problemas podrían resolverse, en su opinión, si se apostase por un modelo como el del gobierno italiano, que ha habilitado un repositorio en GitHub que actúa como "punto de encuentro abierto para quienes desarrollan servicios digitales en sus administraciones públicas", que ha permitido crear incluso una 'librería Bootstrap Italia'.

"Lo que necesitamos no es una novísima base de datos descentralizada y distribuida"

Ante la pregunta de si Crees la tecnología blockchain podría "ser una buena solución para el control y la transparencia en la administración pública", Gómez-Obregón lo tiene claro: no ve "ningún aporte significativo" de dicha tecnología a este campo.

"Hay mucho hype, mucha inflación de expectativas, en torno a la tecnología blockchain. […] Lo que los humanos no arreglamos, la tecnología no lo soluciona… Y lo que como país necesitamos no es una novísima base de datos descentralizada y distribuida".

Para él, la solución viene de la mano de una mejora del debate público (menos polarización ideológica, una ciudadanía exigente y dispuesta a pagar por un buen periodismo, periodistas liberados de servidumbres políticas) y de los cambios legislativos (incluyendo la apertura de los datos del Registro Mercantil). "Podría seguir la lista, pero nada de esto se arregla con blockchain".

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