Directivos de la SGAE brasileña acusados de fraude y desfalco

La mayor parte de titulares de derechos y gestores de los mismos suelen acusar al público general de estar destruyendo el modo de vida de artistas y autores mundo del ocio y del entretenimiento. Pero a menudo, son ellos mismos los que no paran de meter la mano en la caja.

Es precisamente lo que parece haber sucedido en Brasil, donde quince trabajadores de la sociedad de gestión ECAD, equivalente a la SGAE Española, han sido acusados formalmente tras una investigación del Senado, presidida por el senador Pedro Taques (foto), por apropiarse de los dineros que, por derecho y ley, pertenecen a autores y clientes.

La investigación del Senado estableció que el sistema de la ECAD era una suerte de caja negra en la cual se quedaba el 34% del dinero proveniente de royalties, repartiendo solamente el 76% restante entre los autores. Por ello, la dirección de ECAD ha sido acusada de desfalco y fraude.

El tema salió a la luz después que los jefazos de la sociedad de gestión empezaron a subirse los sueldos, a pesar de que la empresa perdía dinero. Y para poder pagar las primas y aumentos, empezaron a meter la mano en la caja de los autores.

Además, también se les acusa de establecer comisiones extrañas. Según Ronaldo Lemos, profesor de universidad y crítico morzaz de la ECAV,

Existe una tasa del 7.5% para pagar a cada una de las sub-sociedades que conforman ECAV, y otro 17% para la oficina central. En tanto a las sub-sociedades, la comisión de investigación estaba confundida al máximo. Todas las sociedades eran diferentes: nombres diferentes, registros diferentes, historias diferentes. ¿Por qué cobraban todas lo mismo? ¿Por qué una sociedad no podía ser más eficiente que otra?

Ya a principios de los 90, ECAD cambió su modelo y estructura para protegerse de cualquier tipo de presión de los socios, y cuando gran parte de los autores y artistas se quejaron, les acusaron de calumnias y difamación.

Volviendo a la investigación senatorial, desde la cámara también se ha solicitado reformar la legislación aplicable para modificar el sistema y asegurarse que esto no se repita otra vez. La reforma estaría diseñada para rediseñar los esquemas de cálculo para los pagos a los artistas, que actualmente son todo menos transparentes.

Además, se solicitaría a las entidades de gestión que hagan pública más información acerca de cómo se han recaudado y distribuido los beneficios, otorgando así más poder a las autoridades federales para regular todo el sistema, forzando a las entidades de gestión a actualizar sus herramientas para el seguimiento.

Como vemos, las sociedades de gestión parece que actúan todas del mismo modo. Mientras que dicen defender los intereses económicos de los autores y artistas, aprovechan para quedarse una parte de su dinero... además de las comisiones y honorarios, se entiende. Luego los ladrones somos el resto de mortales...

Vía | Ars Technica Foto | Pedro Taques

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