¿Merece Julian Assange el Premio Nobel de la Paz?

En el año 2009 Amnistía Internacional le concedió uno de sus premio internacionales por hacer públicos documentos que revelaron ejecuciones sumarias en Kenia. Ahora Julian Assange se ha convertido, al menos, en candidato a convertirse en el hombre del año, después de que WikiLeaks, la organización que fundó, haya desvelado la verdad de la guerra de Afganistán en la mayor filtración de la historia. Antes vinieron muchas más.

En reconocimiento a su labor los partidarios de Julian Assange y WikiLeaks han creado un grupo en Facebook en el que le proponen para el Premio Nobel de la Paz. Otras voces, por el contrario, lo tachan de criminal, traidor o de tener las manos manchadas de sangre, llegando a defender la ejecución de Bradley Manning, presunta "garganta profunda" de WikilLeaks.

Probablemente en el término medio de la "virtud" razonada/esceptica hay millones de ciudadanos en todo el planeta que observan estupefactos como se financia a los enemigos que se combate, por un lado, y como, por el otro, se cometen crímenes de guerra sin que se abra investigación alguna o se pronuncien palabras de condena. Por no hablar de la corrupción generalizada, tráfico de drogas incluído, que se tolera hasta el punto de que a sabiendas se promueve a señores de la guerra vinculados a estas prácticas ilegales y execrables.

Claro está que algunos de estos ciudadanos escépticos y estupefactos tendrán reservas sobre la conducta de WikiLeaks y Assange al filtrar miles de documentos que de una u otra forma pueden dar pistas al enemigo sobre los informadores. El enemigo claro está, son los talibanes. Último vestigio, esperamos, de un mundo tenebroso y cruel que debe pasar a la historia.

Al respecto de las fuentes puestas en peligro, WikiLeaks se defiende de las acusaciones o recomendaciones que vienen hasta de Amnistia Internacional. Primero: no han publicado 15.000 documentos precisamente por eso, para borrar cualquier referencia que ponga en peligro a informadores. Dos: los documentos publicados, que como es lógico están en poder de la Administración y el Ejército de EE.UU, se consideraron de menos riesgo, aún así se ofreció colaboración a EEUU para trabajar juntos. Sí, por increíble que a alguno le parezca, y "visarlos" de común acuerdo para eliminar cualquier referencia que ponga en peligro a un informador. Tres: la obligación de proteger a sus fuentes es de la Administración Obama y del ejército de EE.UU que destinan, por ejemplo, 1.000 millones de dólares al año a financiar los gastos de guerra de Pakistán en Afganistán. Cuatro: El Pentágono ha tenido tiempo de sobra para proteger a sus fuentes. Hace meses que se habla de la "inminente" filtración.

De todas formas hace tiempo que Julian Assange viene explicando o generando un debate interno sobre un "código ético" en circunstancias muy extremas. No es otro que el de decantarse por publicar si lo que se debate es desvelar o no desvelar esos crímenes o corrupción generaliza. Naturalmente con la intención de denunciar pero sobre todo de frenar esos crímenes que habitualmente afectan a los más débiles e indefensos. Siempre intentando evitar o al menos aminorar todo lo posible cualquier riesgo de "delatar" a un informador del gobierno.

Hasta la fecha WikiLeaks ha demostrado hacer todo lo posible por aminorar o evitar "daños coletares". El ejército de EE.UU arrasó una escuela repleta de niños - daños colaterales - para "eliminar" a un presunto terrorista de Al Qaeda, que estaba rodeado. ¿A quién pone en peligro por revelar datos e imágenes sobre la matanza de Garani en los próximos días? ¿No ha tenido tiempo el Pentágono de proteger a sus fuentes? Se pide protección o se pide impunidad para los crímenes de guerra (incluyendo la financiación de las tropas enemigas?

Desde WikiLeaks se hacen una pregunta, ¿ a quién le interesa no proteger a las fuentes? "Esto no es un vídeojuego, esto es la guerra". "Ya han demostrado de lo que son capaces". También es parte de sus investigaciones... reponder a esa pregunta.

Sobre el impacto de WikiLeaks, inexorablemente ligado al poder de la red, nos parece interesante reseñar un artículo de Anxel Vence que precisamente ensambla en uno a WikiLeaks, Manning y esa nueva nación de ciudadanos digitales sin Estado que es la red:

Si los romanos usaban a sus legiones para exportar derecho, alcantarillas, puentes, civilización y pax romana a las provincias que iban incorporando, los americanos de hoy hacen lo propio con su inmenso poderío militar para vender libertad, democracia y american way of life al resto del mundo. O eso dicen, al menos.
A diferencia de Roma, eso sí, Norteamérica se ha topado con un contrapoder pacífico en la red de redes de Internet. Tal vez sea exagerado deducir que es su talón de Aquiles, pero aun así ha quedado en evidencia que ni siquiera las poderosas y a menudo temibles agencias de espionaje de Estados Unidos –o el Gobierno de China, por poner otro ejemplo– son incapaces de ponerle puertas al campo de libertad abierto por Internet para la filtración de asuntos incómodos.
Difícil lo van a tener así las dictaduras como las democracias que quieren esconder sus trapos sucios en la carpeta de clasificados para sortear a organizaciones como –por ejemplo– Wikileaks, que en apenas cuatro años ha logrado reunir más de un millón de documentos secretos. Y para desdicha de los gobernantes obligados a mentir por razón de su cargo, siempre habrá algún soldado Manning que se aburra.

Quueda para otra ocasión profundizar en este debate y en esa posible estocada que WikiLeaks ha podido dar al periodismo de las corporaciones, la concesión estatal (oligopolio mediático) y la dependencia excesiva de sus aliados políticos, que manejan el presupuesto. Julian Assange ha dicho que "Los periodistas han dejado al Estado y a las grandes empresas salirse con la suya". Pero ese es otro debate. Ya nos hemos preguntado si el mundo necesita a WikiLeaks. Ahora nos preguntamos, ¿Julian Assange merece el Premio Nobel de la Paz?

Foto | Esther Dyson En Nación Red | WikiLeaks se prepara para publicar un video que prueba una matanza de niños en Afganistán

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