México más lindo para Alierta y Azcárraga en su duelo contra el hombre más rico del mundo, Carlos Slim

Ramón Becerra de SDPnoticias (México) ha querido instruir a sus lectores con una explicación sobre la neutralidad de la red, en la que, como no puede ser de otra manera, el periodista mexicano hace mención a Chile, pionero ejemplar en la legislación sobre la materia.

La ley que acaba de aprobarse en Chile es clara y directa en cuanto a las obligaciones de los proveedores de Internet: “No podrán arbitrariamente bloquear, interferir, discriminar, entorpecer ni restringir el derecho de cualquier usuario de Internet para utilizar, enviar, recibir u ofrecer cualquier contenido, aplicación o servicio legal a través de Internet, así como cualquier otro tipo de actividad o uso legal realizado a través de la red”. Determina además que todas las empresas deberán publicar en su sitio web toda la información sobre el servicio Internet ofrecido: velocidad, calidad de enlace, y demás.

Pues bien, es en México donde los últimos movimientos de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y colega del “apestado” Kagame, comienzan – ¡oh, sopresa! – a ser más defensivos que expansionistas.

México sigue siendo lindo para el amigo de Felipe González, que disfruta después de todo del dominio de “un mercado” que para si quisiesen los amigos de Sarkozy, pero Slim quería más. Quería todo.

México sería más lindo para Telmex si le hiciesen caso, por ejemplo, a este sindicalista que defiende los intereses del hombre más rico del mundo. Hay gente para todo. Pero sí, Slim está pasando apuros. Alierta le está comiendo un terreno por el que avanza el hijo del tigre voraz de los Azcárraga.

El hijo del alcalde franquista de Zaragoza ha aprendido mucho desde que un Consejo de Ministros presidido por José María Aznar lo nombrase presidente de Telefónica. Es verdad, que el mercado es ajeno a la libre competencia, pero no es menos verdad que entre las bambalinas del poder las habilidades de la persuasión comercial también se hacen necesarias. El propio Slim, Aznar o Felipe González, buen amigo del mexicano, se lo habrán explicado. Pero a él, dicen, no le hacía falta.

Ahora Telefónica ha llegado a un acuerdo con Megacable, la principal operadora de cable de México por número de usuarios, para darle acceso a sus redes de móvil y que pueda integrar este servicio en su oferta. De esta forma, Megacable podrá dar el llamado cuádruple play, lo que supone empaquetar en una sola oferta servicios de telefonía fija, banda ancha, televisión y telefonía móvil.

Telefónica y Megacable ya eran socios en el aprovechamiento comercial de la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad, la empresa pública que suministra de electricidad a todo el país.

También se especula con la posibilidad de que Megacable sea muy pronto propiedad de Emilio Azcárraga. Mega podría ser un blanco de adquisición de Televisa, se puede leer en un informe de Andrés Coello, analista de BBVA-Bancomer.

Sea cierta o no la inminente compra de Megacable por la familia Azcárraga – incluso algunas informaciones apuntan a que Mega ya “sería” de la “familia” – lo que se consolida es la alianza de todos contra Slim, no lo olvidemos, el hombre más rico del mundo. Alierta, sin duda, ha escogido bando. La familia y uno más.

Esta alianza es más fuerte después de que el gobierno mexicano haya concedido al consorcio formado por Megacable-Telefónica-Televisa (¿Azcárraga?-Alierta-Azcárraga) la licitación de unos “hilitos” de la llamada fibra oscura que tendrá vigencia de ¡20 años!, con opción a prórroga de ¡diez años más!.

El problema de Slim es esta competencia, a la que no estaba acostumbrado, pues como Azcárraga en los suyo (TV), alguien bien relacionado, nunca se espera “esto”. Pero después de caer el muro había que hacernos ver que el mundo era un mercado libre y llegaron dos o tres competidores por país para disimular y seguir (casi) todo igual.

Competidores – unos del Estado francés, otros del Estado alemán, del oligopolio USA o incluso más allá del “viejo muro” de consorcios “levantados” por ex dirigentes o amigos del comunismo dictatorial. Todos, claro, tenían buenas relaciones políticas y habilidades para enredar, que es lo que hacen las cableras en México, así las llaman nuestros “compatriotas” mexicanos.

Gentes de un gran país que será una nueva gran nación el día que se levante – otra vez – ahora contra la narcodemocracia que sangra el Estado de Derecho, la igualdad y la libertad económica e individual.

Allí, por cierto, siempre se acoge a los españoles que lo están pasando mal. No es el caso de Alierta que está disfrutando mucho con la conquista tranquila de México desde que ya lo sienten en la familia como uno más.

Volvamos a pie de calle. Allí nos encontramos a Marisol que nos explica porque cuando llegó el servicio de teléfono de Cablevisión (Emilio Azcárraga) al barrio capitalino de Tlatelolco, donde ella vive, no se lo pensó dos veces y canceló su contrato con Telmex (Slim), la compañía de teléfonos que sufren el 85% de los mexicanos.

Pagaba 690 pesos por teléfono e internet; si le sumas 299 de televisión de cable, eran casi 1,000 pesos

Ahora, es usuaria de Yoo (Megacable&Cablevisión). Esta usuaria contrató el paquete de triple play (TV, internet y teléfono) y dispone de 40 canales de TV, un megabite de internet (el doble de lo que le brindaba Telmex) y llamadas locales por 499 pesos, lo que le ahorrará casi 6,000 pesos al año.

Pero en CNN Expasión, hace un año, nos contaban que Slim dormía tranquilo:

La alianza entre cableras parece no quitarle el sueño a Carlos Slim, dueño de Telmex desde los 90 y de gran parte de la infraestructura de telecomunicaciones en el país. Para dar servicios de voz, las cableras tienen que pagarle el peaje (conocido como ‘la última milla’) para llegar a los hogares, con lo que Slim mantiene el control de la industria.

“Si el dúo Azcárraga-Alierta no le quita el sueño, en verdad, que este hombre está perdiendo facultades”, nos cuenta un periodista mexicano, que especula, también, sobre si Alierta, imagínense, no será más listo, arrojado y goleador que don Carlos.

El caso es que a los internautas mexicanos lo que de verdad, les asusta, es dejar internet en manos del uno o del otro. Alierta más o Alierta menos. Oligopolio es… aunque la Constitución prohíba los monopolios privados, México es su paraíso oligopolista. Será que no es lo mismo.

Telmex (Carlos Slim) controla el 85% de los teléfonos fijos del país, mientras que Telcel y América Móvil, también de Slim, controlan más del 70% de los móviles, con unas tarifas, que figuran entre las más caras del mundo. Las competidoras de estas empresas, entre las que se encuentran Telefónica (Movistar), denuncian que Slim les cobra unas tarifas altísimas por la interconexión y por el uso de sus redes en un mercado de difícil acceso. Pobres.

En 1955, Azcárraga (padre) se hizo con la propiedad de Telesistema, la televisión pública y se lanzó a “competir” con la marca Televisa. Ahora Azcárraga (hijo) lidera la televisión en abierto en el país con más del 70% del mercado, según la propia compañía.

Televisa es una de las empresas de medios de comunicación más grandes en el mundo (propietario del 40,5% de La Sexta) de habla hispana y cuenta con 21 millones de suscriptores de televisión de pago en todo el mundo. Eso sin contar los saldos que se compra el sobrino cada que viene a España a pasear o saludar a la legión de amigos que nunca olvidará.

Con Cablevisión el mayor sistema de televisión por cable del país que ofrece paquetes de conexión a internet de banda ancha – a las cinco suspende la neutralidad – y servicios de telefonía fija. Los Azcárraga también controlan la televisión por satélite.

El senador Carlos Sotelo García, presidente de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado mexicano, sintetiza mejor todo el corrido mexicano de las cableras y las televisas, en las que la “guerra por internet”, que viene, está muy presente, incluso, según sus palabras, la percepción mediática sobre la guerra contra el narcotráfico y la propia candidatura 2012 del actual presidente:

Felipe Calderón está en la construcción de una red de alianzas empresariales y mediáticas rumbo al 2012. “Por eso les ha entregado concesiones a las empresas que tienen que ver con ese objetivo. La fibra óptica de la CFE se la otorgó a Televisa, en un consorcio que construyó con la telefónica española Movistar y con Megacable. En la televisión por cable, Televisa, a través de Cablevisión y apoyada con Sky, pasó de tener una penetración del 40 a casi el 65 por ciento, luego que se le permitió comprar TVI de Monterrey, Cablemás y otras empresas más pequeñas. Gracias a esa penetración, Televisa tiene la televisión restringida bajo su control y el cable significa telecomunicaciones plenas, el total play, ya que los nuevos servicios de comunicaciones electrónicas serán por hilo.

Dentro de estos favores, señala la “asignación totalmente irregular”, con sólo dos votos de los cinco comisionados que tiene la Cofetel, de la banda 1.7 a Televisa, en un acuerdo comercial con Nextel, a precio irrisorio.

Evidentemente hay una alianza de Calderón con esa empresa y por eso le está entregando bienes públicos valiosos, que pueden ser útiles en la elección presidencial de 2012.

Política y goles que entrarán en los próximos días por la puerta que protege la neutralidad de la red. México no es Chile. Más se parece a España.

Más Información | La familia Azcárraga, siempre en el regazo de Telefónica
Foto | kirapoliito

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