Precaución: terroristas sueltos

Los paranoicos de la seguridad acostumbran a destacarse por ver enemigos en todas partes. Por algo se les llama “paranoicos”. Pero la diferencia está en que los paranoicos caseros simplemente toman medidas de precaución que les afectan sólo a ellos, pero los paranoicos del gobierno toman medidas que nos afectan a todos. Y no precisamente nos mejoran la calidad de vida y, ni mucho menos, nos protegen contra el malvado terrorismo internacional.

El último caso, un panfleto del FBI y del Departamento de Justícia de los Estados Unidos de América que forma parte del programa “Comunidades contra el terrorismmo”.

En él, se detallan los aspectos que hacen a un usuario de cualquier cibercafé ser sospechosa de ser un terrorista internacional, ya saben, aquello por lo que si no existiera Internet no tendríamos que preocuparnos.

Entre la lista de actividades sospechosas a realizar se incluye el uso de anonimizadores como Tor o una red privada virtual (VPN), el uso de criptografía, intentar evitar que otros vean la pantalla de su ordenador, o simplemente ser un firme defensor de la privacidad. También si el cliente del cibercafé consulta material relacionado con tacticas militares o literatura revolucionaria, ya saben, desde el Anarchist Cookbook hasta el último bestseller de autoayuda.

Realizar cualquiera de esas actividades, al menos en un cibercafé, te incluye en la lista de sospechosos de terrorismo del FBI y quien lo descubra puede seguir una serie de recomendaciones, a saber: recabar información sobre el potencial terrorista (eso si, sin atraer su atención), tomar nota de matrículas de los vehículos que use así como su descripción, idiomas que hable, etnia (¿¡!?)...

Eso si, una advertencia: “tan sólo porque las acciones, creencias, apariencia o forma de vida de alguien sean diferentes, no significa que sea un sospechoso”. Menos mal que lo dicen, porque si no las centralitas del FBI se iban a llenar de falsos positivos… Oh, esperen…

El crowdsourcing es, en algunos casos, una muy buena opción. En temas de seguridad y lucha contra el terrorismo, es realmente una mala idea. Emplazar a ciudadanos de la calle a denunciar “actividades sospechosas” como evitar que nuestro vecino vea la pantalla del ordenador es de una irresponsabilidad total y completa. No sólo por el “falso positivo”, si no porque representa un intento de convertirnos a todos en policías de todos nuestros vecinos.

El terrorismo se combate de una sola forma: evitando que nos aterroricen. A menudo, y más últimamente, quienes intentan aterrorizarnos llevan traje y corbata, salen por la tele y suelen tener algún cargo político electo.

Via | Public Intelligence
Foto | Joel Deluxe

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