Acaba de morir el hacker más famoso de la historia. Esto es lo que hizo

"Kevin Mitnick, el hacker más conocido de Estados Unidos, se encuentra en libertad condicional debido a sus pirateos informáticos. A pesar de todo, Kevin intenta piratear el sistema de seguridad informática inventado por Shimomura, un especialista que trabaja para el gobierno". Lo anterior es la trama de una película (concretamente, de 'Hackers 2: Operación Takedown'), pero también son hechos reales.

Lo que cuenta esa película —su pulso con Shimomura (y el FBI) y posterior detención (y juicio)— llevó a Mitnick un paso más allá y lo convirtió en el hacker más buscado, y luego en el más conocido, del mundo.

Hoy, sin embargo, Kevin Mitnick es noticia por un hecho alejado de cualquier tema informático: 'Condor' —su nombre de guerra en su época de cibercriminal— acaba de morir, a los 59 años, tras más de un año luchando contra el cáncer de páncreas, y con su primer hijo en camino.

El típico hacker adolescente

Mitnick ya era todo un hacker antes de internarse en su primera red informática: sólo tenía 12 años cuando logró que un conductor de autobús le dijera dónde podía comprar su propia perforadora de tickets. Dijo que era para "un proyecto escolar", pero realmente pretendía usar los tickets no perforados que había encontrado en un contenedor de basura junto al garaje de la compañía de autobuses.

No había llegado aún a la mayoría de edad cuando accedió ilegalmente a su primera red informática (en 1979, a los 16 años). Se cumplió el cliché de empezar por el sistema administrativo de su propio instituto, pero Mitnick siempre ha asegurado que no tocó nada, que lo hizo "sólo por mirar".

En 1981 cometió por primera vez un delito: junto a dos amigos robó físicamente manuales y un listado de claves de seguridad de la operadora telefónica Pacific Bell y accedió a su sistema COSMOS (encargado del registro de llamadas y de los buzones de voz). La novia de uno de sus amigos los delató.

El resultado fueron tres meses de cárcel y un año de libertad condicional… que inauguró desconectando el número de teléfono de su oficial de la condicional, quien descubrió que, de pronto, la compañía telefónica no tenía ningún registro de él.

Siguiendo con el cliché, en 1982 entró en los servidores del NORAD (el Mando Aeroespacial de los EE.UU., donde trascurría la película 'Juegos de Guerra'), y en 1983 irrumpió en los de ARPAnet para intentar acceder desde ahí al Pentágono.

Señoría, soy adicto

En 1988, el intento de acceder al prototipo del nuevo sistema operativo de seguridad de Digital Equipment Corporation (llamado VMS) se saldó en su detención y entrada en prisión. El caso generó polémica y atención mediática por dos razones:

  • El fiscal logró convencer al tribunal de prohibir a Mitnick el uso del teléfono en la prisión para evitar que siguiera pirateando desde la cárcel. Sólo podía llamar a su abogado, a su esposa, a su madre y a su abuela… y bajo supervisión de un funcionario de prisiones.
  • Su (exitosa) estrategia de defensa se basó en convencer al juez de que sufría una adicción por los ordenadores equiparable a la de un drogadicto: fue sentenciado a solo un año de prisión, tras el cual tenía que someterse a medio año de tratamiento para su adicción. Y no tocar los ordenadores, claro.

En el primer empleo que tuvo tras eso, en una agencia de detectives, volvió a las andadas manipulando una base de datos, violando así los términos de su libertad condicional. En este punto, con las autoridades ya advertidas, optó por convertirse en fugitivo.

Era 1992, y lo mejor aún estaba por llegar.

Mitnick hace magia

Mitnick adoptó una nueva táctica para evitar ser rastreado: usar teléfonos móviles para sus actividades delictivas y mantenerse en movimiento. Necesitaba programas para facilitar su movimiento en la red telefónica, y para ello asaltó el equipo de otro hacker —pero este, de los 'buenos', colaborador del FBI—, Tsutomu Shimomura.

Shimomura no se lo tomó muy bien (se lo tomó de forma bastante personal, vaya) y se propuso ayudar a detenerlo. Semanas después, localizó su propio software —robado por Mitnick— en los servidores de un proveedor de telefonía. La intrusión de Mitnick constituyó el hilo del que empezaron a tirar para poder localizar la línea móvil que estaba usando para conectarse. No tardarían más de dos meses en detenerlo, aunque demostró ser bastante escurridizo mientras tanto.

Minutos antes de detenerlo, Mitnick logró aparecer en el rastreador de señal en dos puntos simultáneamente, y, ocho horas después de ser detenido, se las apañó para dejar un mensaje de burla ("Mi kung-fue es más fuerte que el tuyo") en el contestador de Shimomura. Todavía no se sabe cómo hizo ninguna de las dos cosas.

Kevin es el del centro. Y el de la derecha, en 2019.

¿Qué tiene que ver Kevin Mitnick con Angelina Jolie?

Tras su arresto en 1995, Mitnick permaneció en prisión 5 años, siendo liberado en enero de 2000 tras llegar a un acuerdo con la fiscalía, declarándose culpable de parte de los cargos… y aceptando pasar los siguientes tres años sin usar ningún dispositivo tecnológico al margen de su teléfono fijo. Además, tuvo prohibido durante siete años sacar rendimiento a su mediática historia a través de libros, series o películas.

Durante ese período, Shimomura coescribió el libro que narraba todo el caso, 'Takedown'. Poco después se adaptaría al cine y se estrenaría en España como 'Asalto final', aunque se llegó a comercializar también como la ya citada 'Hackers 2: Operación Takedown': un título tramposo, que jugaba con hacerla pasar como secuela de la película protagonizada unos años antes por Angelina Jolie.

La película (no así el libro) fue bastante olvidable. Puedes contrastar ambos con la perspectiva aportada años después por Mitnick en su propio libro "Ghost in the Wires : My Adventures as the World's Most Wanted Hacker" o por el documental 'Freedom Downtime':

Los usuarios españoles recuerdan aún hoy —o mejor dicho, precisamente hoy— esa época:

Si tenéis edad suficiente recordaréis que a finales de los 90 y principios de los 2000 en aquella internet primigenia que tanto echamos de menos la campaña Free Kevin era bastante ubicua. En mi caso recuerdo tener un banner en mi primera web en Geocities.

Tras la prisión

Sorprendentemente, tras su liberación en el año 2000, Mitnock no volvió a recaer. Tardó casi dos años en lograr que un juez le autorizara a tener una licencia de radioaficionado y, cuando volvió a tener acceso a todo tipo de tecnología, se convirtió en consultor de ciberseguridad con su propia empresa, Mitnick Security, con sede en Las Vegas.

En los últimos años, destacó también como escritor y orador de temáticas de ciberseguridad. Hoy, su obituario reza así:

"Kevin era alguien original; gran parte de su vida se lee como una historia de ficción. La palabra que usaríamos la mayoría de los que lo conocimos es 'magnífico'".

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