Comunicarse en Nochevieja: de momento una misión prácticamente imposible

Hoy es Nochevieja (excepto para nuestros lectores australianos, neozelandeses y de aquella zona del planeta, que ya habrán dado la bienvenida al nuevo año). Y nos enfrentamos esta noche al problema clásico de un día como hoy: un año más vamos a vivir un auténtico colapso de las comunicaciones. Al menos en cuanto a telefonía móvil se refiere.

Todos los años vemos cómo enviar un simple SMS de felicitación del año nuevo a nuestras amistades se convierte en una misión prácticamente imposible, dado que (centrándome en el país donde vivo) hay decenas de millones de personas tratando de hacer lo mismo al mismo tiempo. Es más que esperable que las redes se colapsen por exceso de tráfico.

Este año he oído ciertos comentarios vaticinando que, gracias a la popularización de servicios como WhatsApp (que permiten enviar mensajes a través de las redes móviles pero utilizando protocolos de Internet), estos problemas iban a verse minimizados. Nada más lejos de la realidad, WhatsApp ya está teniendo el hipo que podíamos esperar de un día como hoy.

Las formas: SMS o a través de Internet

Hace años el mejor medio para felicitar las fiestas vía móvil eran los SMS, a pesar del mordisco que da a través de la factura enviar un SMS a cada contacto de nuestra agenda. Un SMS, a priori, es una buena manera de hacerlo sin colapsar las redes: ocupa poco ancho de banda y la recepción de los mensajes no es instantánea.

Hoy en día los SMS se han quedado más que anticuados (si bien son un medio universal que todavía sigue pudiendo ser usado, a pesar de ser más caro). Hay mil y una forma de enviar mensajes a grupos, y en Genbeta las hemos tratado en bastantes artículos.

Desde utilizar listas de Twitter y grupos de Facebook a aplicaciones especializadas como WhatsApp, GroupMe o PingChat, ahora Touch (con especial énfasis en el acceso desde el móvil: ser multiplataforma es para nosotros un requisito indispensable).

Aunque estos servicios suelen acarrear un problema adicional: agregan nodos intermedios que suelen hacer más vulnerable la estabilidad de nuestras comunicaciones.

El problema de las redes, por qué Internet es distribuido y por qué conviene usar servicios interoperables entre sí

Cuando hicimos el repaso a las que para nosotros fueron las diez tecnologías que cambiaron el mundo hablamos, como es esperable, de Internet. Y mi compañero F.Manuel hizo un especial énfasis en el hecho de que ARPANET, la considerada por muchos como precursora de Internet, estaba pensada para sobrevivir a la Guerra Fría.

El concepto hoy es igual pero distinto. Esta red formada por miles de millones de nodos que es Internet está pensada para sobrevivir no sólo a una guerra: si un nodo se cae Internet permanece en pie. Aunque haya nodos que hagan especial daño, como podría ser la nube de Amazon o algunos servicios de Google. Si hablamos de comunicaciones móviles no hace falta irnos muy lejos para buscar referentes: WhatsApp se cae más a menudo de lo que querríamos y, de extra, pudimos asistir a una debacle en los servicios de Internet de BlackBerry que nos dejó incluso sin salida a Internet.

Es el verdadero problema de centralizar servicios: que si uno se cae estaremos ciegos, sordos o cojos. Ponemos un ejemplo que usamos día a día: WhatsApp. Hoy en día muchos recurren a ese servicio como forma primaria de comunicación: es cómodo, es barato y prácticamente cualquier persona con un smartphone puede utilizarlo. El problema es depender de él: si se cae probablemente no tengamos otra forma de comunicarnos.

Una posible forma de sobrellevar este problema sería pasar a utilizar servicios distribuidos o al menos que puedan operar con otros. Para mensajería instantánea podríamos llegar a utilizar un servicio de la red Jabber, y para enviarnos mensajes quizá podríamos pasar a utilizar, simplemente, el correo electrónico (que está lejos de desaparecer). Tenemos un problema nada desdeñable: nosotros acabamos estando donde están nuestros contactos. Y el problema primario sigue ahí: si las redes no son capaces de aguantar el tráfico seguiremos igual de incomunicados, ya usemos servicios centralizados o distribuidos, o ya utilicemos en nuestro móvil Internet, SMS o simples llamadas.

Conclusión

De momento toda conclusión que podemos sacar es que mientras las redes móviles no mejoren vamos a seguir sufriendo de colapsos generalizados en eventos como el de hoy, en el que casi todo un planeta pasa de un año al siguiente y queremos festejarlo y felicitarlo a nuestros conocidos. Y el problema es bastante más complejo que simplemente “añadir un cable más”, “meter un switch” o “contratar más ancho de banda”.

Es un desafío al que año tras año se enfrentan las operadoras móviles de todo el mundo y que lentamente están tratando de resolver. Queda por ver si en España esta noche nos quedaremos, como viene siendo habitual, sin poder realizar llamadas o enviar un SMS, ya sea para felicitar el año, para pedir un taxi o para pedir una ambulancia. Feliz 2012.

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Imágenes | Universal Men | Stefano Mortellaro | Ben Stanfield

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