Así es como la transición de Apple a procesadores ARM puede influir enormemente en la informática clásica y en la era post-PC

La transición de chips de Intel a chips propios con arquitectura ARM por parte de Apple es una de las noticias tecnológicas del año y probablemente de la década.

A nivel de software tiene implicaciones enormes para el ecosistema de los de Cupertino, que pueden cambiar su concepción de la informática clásica y de la informática post-PC. Sin que sepamos todavía las distintas formas en que Apple puede materializar su nueva apuesta, sí podemos intuir cómo la compañía puede hacer sobre la industria lo que mejor se le da: influir profundamente de cara a lo que pase en los próximos años.

Casi todo lo que Apple puede proponer y ha propuesto ya ha pasado antes, pero sin mucho éxito

En la presentación de los planes de Apple con Apple Silicon, aprendimos que, más allá de nuevos chips, macOS vivirá profundas transformaciones en cuanto a posibilidades. La primera tiene que ver con ejecutar aplicaciones de iOS y iPadOS. Per se, no es algo nuevo: hace mucho tiempo que las aplicaciones de Android se pueden instalar en Chrome OS, lo que viene a ser algo parecido.

Sin embargo, el fondo de armario de la App Store en calidad es mejor que el de la Play Store, lo que puede cambiar las dinámicas de macOS mucho más de lo que han cambiado en el sistema de escritorio de Google. Para cuando las aplicaciones móviles no sean suficientes en escritorio, está la posibilidad de que los desarrolladores recurran a construir aplicaciones Catalyst, cuya filosofía es muy similar a algo que Microsoft hizo hace años: Universal Windows Platform.

Con ella, buscó tener una plataforma unificada en HoloLens, Xbox, Windows 10 Mobile y Windows 10 en escritorio, sin cosechar finalmente mucho éxito. Apple tiene los ingredientes para que todo funcione con menos fricción de lo que ha ocurrido en otras plataformas, y puede influir a que sus competidores tomen medidas para que el escritorio siga siendo algo dinámico y donde se viven cambios.

Profundizando en la integración de hardware y software de los de Cupertino, Apple puede influir en la industria de diversas maneras. Sin entrar en que es muy probable que acabemos viendo dispositivos muy parecidos a Surface, que es de lo mejor que ha hecho Microsoft, el paso a ARM puede traer una informática de escritorio muy distinta a lo que ha triunfado hasta ahora.

La informática en el tamaño de un pendrive ha sido una realidad desde hace años, pero con una potencia ínfima respecto a lo que puede ofrecerse con un buen chip de Apple, Qualcomm, HiSilicon-Huawei o Samsung.

Por parte de Intel y de otros fabricantes hemos visto ordenadores que eran poco más que un pendrive, exagerando algo, como puede ser el caso del Intel Compute Stick. El motivo de que tras tantos años esa fórmula de miniPCs no haya triunfado, en oficinas donde no se requiere una potencia descomunal, no es otro que el hecho de que la potencia que arrojan los Atom x86 con que se han equipado no daba ni para hacer con buena fluidez tareas básicas.

Con sus procesadores ARM de Apple Silicon, en Cupertino podrían hacer realidad miniordenadores de escritorio sin pantalla con una gran potencia, porque ya los hacen. Apple podría coger la placa de un iPhone, ponerle una carcasa elegante y llevarla a ser un ordenador totalmente capaz, válido para un altísimo número de casos. En poco más de lo que ocupa un Chromecast tendríamos una máquina súper completa, en la que no sería un problema la conectividad, pues a día de hoy ya no lo es en los portátiles de Apple.

Los procesadores de Apple (y de otros fabricantes de chips ARM) posibilitan que este sea pueda ser el tamaño de millones de PCs en el futuro, sin necesariamente decir adiós a la potencia.

El mismo caso podría aplicarse sin elucubrar en un producto ya existente. Si en 2005 Apple lanzó el Mac mini, en 2020 Apple tiene la capacidad de lanzar un Mac nano o Mac micro, teniendo en cuenta ya lo que tiene en el Apple TV. Cambiando puertos, memoria y añadiendo un procesador más moderno que el A10X actual, un Apple TV 4K podría ser hoy un ordenador para millones de usuarios.

Todo esto sigue sin verse en el mundo PC por falta de potencia, pero también porque nadie apuesta porque Qualcomm lo haga posible. Si Apple demuestra que se puede hacer, y logra transmitir bien ventajas como el consumo, silencio, tamaño o calor, la industria puede vivir una nueva época de miniordenadores, como ya se vivió una de miniportátiles con los netbooks. No tiene sentido que hoy en día lo más vendido sean delgados portátiles, pero que, para usos similares, en escritorio nos encontremos con máquinas gigantes e ineficientes que realmente mucha gente no necesita.

Es posible que veamos muchos más portátiles y convertibles con procesadores ARM en Windows, como esta Surface Pro X.

Jean-Louis Gassée, analista y antiguo ejecutivo de Apple y Be Inc, (madre de BeOS) piensa que la transición a ARM en Cupertino hará que el resto de fabricantes de PCs también haga una transición de arquitectura.

Con ARM, si Apple consigue un rendimiento superior al de Intel en portátiles, con una mayor eficiencia que traiga las anheladas autonomías eternas a portátiles, ¿por qué no le iba a seguir toda la industria? Según el ex-ejecutivo, hasta Intel podría dar un salto a producir chips con una licencia ARM, como ya hicieron con XScale antes de vender la división a Marvell.

En el mundo Windows, Windows 10 en ARM ha traído tan poco de momento que la ilusión por ver productos bajo esta plataforma no es muy grande. Pero todo puede cambiar si los fabricantes, desarrolladores, Microsoft y Qualcomm se toman en serio la competición. Una donde, de nuevo, hay que repetir que Apple habrá estado muy lejos de ser la primera, pero sí puede ser la más influyente a partir de este otoño.

Apple tiene en su mano dar un salto en donde nadie lo ha conseguido bien: convergencia

La convergencia es una vieja idea con la que integrar la informática de escritorio clásica con las posibilidades de los smartphones. Es algo que a día de hoy podemos experimentar de forma limitada con DeX de Samsung o el modo de escritorio de Huawei, y que en el pasado hemos visto buscar de forma muy ambiciosa a Microsoft con Continuum en los Lumia 950 o a Ubuntu con el Ubuntu Edge, aquel malogrado proyecto para convertir tu smartphone en tu PC.

Todos los proyectos han fracasado o no han terminado de despegar por distintos factores: potencia, falta de soporte de desarrolladores, plataformas poco aptas para escritorio, etc. Apple tiene en su mano cambiar esos factores y, si quiere, convertir un iPhone en una máquina completa de productividad de escritorio al ser conectado a un monitor. Lo mismo podría hacer con los iPad.

Linux en DeX ha sido de lo más atractivo que se ha hecho en convergencia, pero sin éxito.

Ya tiene plataformas que se ejecutan sobre una arquitectura común (ARM - Apple Silicon), como son macOS, iPadOS y iOS. Ya puede ejecutar aplicaciones móviles en escritorio y aplicaciones de escritorio en procesadores móviles, como demuestra el A12Z Bionic del iPad integrado en el Developer Transition Kit. Hacer posible un híbrido entre macOS y iOS que permita que un teléfono se convierta en un ordenador de escritorio no parece ahora tan lejano, y hay un filtrador que ya ha contado que las cosas pueden ir en ese sentido.

A falta de saber si es verdad, algo así bien hecho influiría en toda la industria, a nivel de, por ejemplo, una convergencia de Android con Chrome OS o incluso un dual boot Android con Windows 10 en ARM, ahora que Microsoft va a ser fabricante Android.

Más allá de las dudas que pueda haber por el lado técnico, surgen dudas sobre la viabilidad económica de un proyecto así si nada cambiara en el precio de los smartphones. Actualmente, muchos clientes de Apple compran iPhone, iPad y Mac. Con una convergencia buena, muchos usuarios podrían quedarse solamente con el iPhone como máquina para todo. En dicho caso, salvo que subiera mucho su precio para compensar, convirtiendo a los iPhone Pro en más Pro, Apple dejaría de ingresar por familias de productos que ahora no tiene problemas en comercializar.

Pero ese puede ser el futuro. A Apple le iba bien vendiendo el iPod, pero el iPhone lo mató por pura canibalización. Todo puede cambiar tanto en los próximos años que todas las empresas del sector deben estar preparadas para cualquier cosa.

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