Microsoft y la innovación necesaria: interoperabilidad, estándares y cultura de empresa. Parte II

No me sorprendió el fenomenal debate montado en la primera parte de este artículo, ¿Tiene Microsoft la innovación necesaria para la era post PC? Parte I. Muchos de los comentarios aportaron los matices necesarios para un debate que es complejo, y hubo mucha polémica, aunque apenas nos detuvimos en el contexto histórico necesario para empezar a indagar en el presente y futuro de una compañía tan grande como Microsoft.

Dejando de lado el tema de la “era post PC” – que, insisto, no trata de la desaparición del ordenador personal sino del mayor protagonismo y negocio del universo móvil – creo que merece la pena continuar explorando como afronta Microsoft los nuevos tiempos y ello nos lleva a una parada obligatoria: hablar de la cultura de la empresa y de su enfoque del que es probablemente un tema clave con vistas a afrontar el futuro, que no es otro que la interoperabilidad y la apertura, sobre todo en la web.


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Son tiempos de colaborar con otros y de escuchar a los clientes

Si hace diez años alguien hubiese profetizado que Microsoft estaría hablando de interoperabilidad y de Open Source, se hubiesen reído de él. Pero lo cierto que es ahí donde se posicionan en muchos casos desde Redmond, más por necesidad que por virtud. Podemos atender a su perfil en Microsoft openatmicrosoft para observar que se lo están tomando en serio y que el esfuerzo en comunicarlo al sector es notable. ¿Qué podemos encontrar? Un buen puñado de proyectos open source (eso sí, que nadie espere uso de licencia GPL o similar), una apuesta muy seria por el soporte de HTML5 en el navegador (que además tendrá un papel protagonista en el interfaz en Windows 8) y un trabajo intenso en las organizaciones de estándares (en el propio HTML 5 y también en el polémico Open XML).

Claro que aquí tenemos que entender bien las causas de semejante cambio. Como bien nos explicó Jas Sandhu (evangelista de Microsoft en interoperabilidad y estándares abiertos), gran parte de las razones de que Microsoft haya cambiado tanto el discurso en estos temas es debido a las sanciones de la Unión Europea y a la demanda de un mercado, que tanto en el ámbito de la empresa como en el de consumo exige que los productos se integren bien con otras plataformas y exista interoperabilidad entre distintos fabricantes y desarrolladores.

No hay mucho espacio para el romanticismo a la hora de explicar este cambio – como ya analizamos en su momento en “Microsoft quiere ser más abierto“ – pero también es cierto que los propios empleados de Microsoft están bastante más contentos con esta estrategia de la compañía que parece haber roto con el abuso de estándares cerrados y la incompatibilidad por diseño en sus nuevas líneas. Mientras que en los productos históricos siguen arrastrando gran parte de su pasado, tenemos un ejemplo muy claro en lo que han hecho con Kinect, cuyo diseño casi sin mecanismos de seguridad ha permitido el desarrollo de un universo de hacks que a su vez están ayudando a la compañía de Redmond a entender el valor que existe en ceder parte del control a la comunidad de usuarios de sus productos.

La espina clavada de la web

La división online de Microsoft lleva años perdiendo dinero a la vez que hacen productos realmente notorios. Silverlight es una maravilla técnica, pero no una tecnología “realmente web” porque no es multiplataforma por naturaleza y, al igual que Flash, tiene un runtime propietario que, crucemos los dedos, otorgaría un poder sobre el futuro de la web a Microsoft que no conviene ni al resto del sector ni al propio futuro de la web. Skydrive y Live Mesh son grandes productos para almacenar en remoto y sincronizar equipos, pero quien ha arrasado ha sido Dropbox, que de nuevo es multiplataforma y de paso más sencillo. Podríamos seguir con su buen servicio de mapas, con Photosynth, con su gran oferta de APIs… adopción baja si comparamos con la competencia por un mix de incompatibilidad y de falta de confianza.

Mi impresión es que este cambio de filosofía de Microsoft ha quedado incompleto y que le faltan bastantes pasos por dar, el mayor de ellos es acabar entendiendo que la web no va de como fortalecer sus productos o de como crear efecto red hacia su tecnología, va necesariamente de descentralización, apertura y multiplataforma. Algo de esto encontramos en la nueva etapa de Internet Explorer, cuya versión 9 no se merece la fama de sus antecesoras y que Explorer 10 amplifica: una apuesta decidida por el estándar abierto de la industria, dejando atrás los años terribles de Explorer 5 y 6.

¿Los dinosaurios no se adaptan?

Hay un elemento a considerar a la hora de analizar las “posibilidades de futuro” de una gran compañía como Microsoft y es situar el tamaño y el dinero en su justa medida. En ocasiones se argumenta que “el dinero todo lo puede y que un gigante como Microsoft se acabará imponiendo”, a veces se afirma justo lo contrario, que el gigantismo impide la adaptación, igualar la agilidad que los nuevos competidores tienen. Ambos maximalismos son erróneos copmo generalización, ambos llevan parte de razón: el tamaño ofrece ciertas ventajas en forma de recursos y de posibilidades de integración, pero a la vez actúa como palanca de resistencia al cambio. A veces se tienen negocios demasiado grandes y buenos que atender como para ponerse a trabajar en aquellos llamados a derrocar el status quo que tanto les beneficia.

En 2005 hubo un artículo muy interesante en Forbes, seguido por otro de Business Week que dibujaban un Microsoft perdido en si mismo y su burocracia: sesiones de estrategia de 14 horas, horas y horas gastadas en revisiones de los planes de negocio y evaluación del rendimiento en el trabajo, cientos de correos al día y luchas internas entre divisiones. De esta época nació Windows Vista.

No habla demasiado Microsoft del inmenso esfuerzo que es virar una nave gigante con una cultura de empresa tan burocratizada. Mientras Microsoft trabajaba en ello, crecían los enanos, desde Salesforce y los web services de Amazon, hasta Google (buscador, correo, ofimática en la web), Facebook, Twitter y iOS. Mi impresión hablando con empleados de Redmond es que han cambiado mucho las cosas por allí, que Windows Vista supuso un antes y un después y que con su nueva forma de trabajar esperan conseguir grandes productos. Y precisamente sobre ellos girará la tercera parte de este especial “Genbeta en Redmond”, de lo nacido de la empresa de software más grande del planeta en los últimos dos años: Azure, Bing, Windows Phone, Windows 7 (y lo que hemos visto del 8), los nuevos Explorer, Office Web Apps, Office 365, los cambios en Windows Live., sus esfuerzos en seguridad… ¿nos acompañáis?

Primera imagen | Robert Scoble

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