El mensaje es claro: la ventana de ventaja tecnológica estadounidense no es eterna
La 'carrera por la IA' se halla en un momento crítico, y ya no se compite sólo en campos como el tamaño de los modelos de IA o en la rapidez de los chips, sino de algo más básico para la industria: la capacidad industrial, energética y logística necesaria para sostener esta revolución. Y según las declaraciones recientes de Jensen Huang, CEO de Nvidia, el mundo está asistiendo a un reequilibrio de poder que podría redefinir quién liderará realmente la próxima era tecnológica.
Sus palabras, pronunciadas en el CSIS (Center for Strategic and International Studies), son más una advertencia que un mero ejercicio de 'diplomacia corporativa'.
El papel de los centros de datos
Aunque nadie discute que Estados Unidos lidera la creación de chips avanzados y modelos de IA, Huang señala un problema estructural que amenaza con frenar este liderazgo: la lentitud con la que el país construye la infraestructura necesaria para ejecutar estos sistemas. La comparación que ofrece es llamativa:
"Construir un centro de datos en EE. UU. lleva unos tres años. En China pueden construir un hospital en un fin de semana".
Esta frase condensa una realidad doble: que la burocracia estadounidense ralentiza cualquier proyecto de gran escala, al tiempo que China ha elevado la eficiencia constructiva e industrial a niveles que desconciertan al resto del mundo. En un sector donde cada mes de retraso equivale a perder teraflops, talento y liderazgo, esta diferencia entre ambas potencias puede resultar decisiva.
La energía: el recurso más valioso del siglo XXI
Si la inteligencia artificial es el motor del futuro, la electricidad es su combustible. Los centros de datos que entrenan modelos de vanguardia consumen cantidades gigantescas de energía, y aquí la brecha entre China y Estados Unidos es incluso más preocupante.
Según Huang:
- China ya posee el doble de capacidad energética que Estados Unidos.
- Mientras la capacidad china crece aceleradamente, la estadounidense permanece prácticamente estancada.
Para el CEO de Nvidia, este estancamiento “no tiene ningún sentido”. Y no es el único que lo dice: expertos como Kevin O’Leary han subrayado que los plazos para obtener permisos en EE. UU. —entre 6 y 18 meses— paralizan proyectos estratégicos, mientras China inaugura nuevas instalaciones casi cada mes.
Así, sin energía barata y abundante, ni los superordenadores pueden operar ni los modelos no pueden entrenarse. Lo que se traduce en que las empresas no puedan competir.
Así ve Huang la carrera por la IA
Jensen Huang describe la competencia entre EE. UU. y China como un "pastel de cinco capas", a saber:
- Energía.
- Infraestructura física.
- Chips.
- Modelos avanzados de IA.
- Aplicaciones.
En su opinión Estados Unidos domina claramente las capas superiores (la ingeniería de chips de alto rendimiento, los grandes modelos de vanguardia, la innovación algorítmica...), pero China está consolidando las capas inferiores, que son precisamente las que sostienen todo el pastel (el suministro energético, la capacidad de construcción, la infraestructura masiva de data centers...).
Además, China ya está avanzando con fuerza en el campo de las aplicaciones gracias al uso intensivo del open source, que democratiza herramientas y acelera la adopción.
Nvidia, atrapada entre dos potencias
A pesar de su análisis crítico, Huang insiste en que Nvidia conserva "varias generaciones de ventaja" sobre China en tecnología de chips y modelos. Pero al mismo tiempo expresa una frustración evidente: su empresa se encuentra excluida del mercado chino, que considera el segundo más importante del mundo. Desde su punto de vista, pensar que China no podrá fabricar chips punteros por sí misma es un error.
¿Qué debería hacer Estados Unidos?
Para Huang, la única salida posible es una reacción enérgica para acometer un proceso de reindustralización. De hecho, Estados Unidos necesita acelerar la construcción de infraestructura, reformar los procesos de permisos, aumentar drásticamente su capacidad energética y tratar los data centers como infraestructuras críticas. El gobierno de Trump ya parece estar moviéndose en esta dirección... pero a la industria estadounidense se le acaba el tiempo.
Imagen | Fotomontaje (Hillel Steinberg + Marcos Merino mediante IA)
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