El futuro de la programación y el desarrollo de aplicaciones es una incógnita. Son muchos los sectores por los que podemos apostar, cada uno de ellos con sus peculiaridades, desde los más tradicionales de software y aplicaciones para equipos de sobremesa, los ya consolidados como el de las apps para smartphones y tablets u otros emergentes donde posicionarnos más a medio plazo. Es una apuesta de riesgo, o quizás no tanto. Vamos a ver por qué el internet de las cosas es la plataforma para la que desarrollar con más futuro profesional.
Podríamos incluir en esta área la tecnología de los wearables, pero lo cierto es que está por ver qué grado de aceptación tienen por parte de los consumidores estos dispositivos. De momento los desarrolladores están portando sus aplicaciones ya disponibles para smartphones a los mismos. En muchos casos se trata de una adaptación sencilla y para una segunda fase quedaría el desarrollo de aplicaciones propias para estos dispositivos.
Hacen falta cuatro millones de desarrolladores para el internet de las cosas
Este sector tiene unas perspectivas de crecimiento inmensas, por lo que se espera que el número de profesionales dedicados a trabajar con ellas vaya en aumento en los próximos años. Además sus aplicaciones tienen un alto potencial, puesto que su funcionamiento será similar en cualquier lugar del mundo, por lo que las aplicaciones y desarrollos que se realicen tienen un mercado potencial de millones de usuarios.
No es un reto sencillo, pero si tenemos en cuenta que algunos estudios ya están hablando de la necesidad de una cifra cercana a los 4,5 millones de desarrolladores dedicados al internet de las cosas en 2020, la recompensa es apetecible. El sector tiene una gran expectativa de crecimiento para el futuro cercano, sobre todo si tenemos en cuenta que actualmente debe haber algo menos de medio millón de desarrolladores dedicados al mismo a nivel mundial.
Se espera que para el año 2020 se encuentren conectados 26.000 millones de dispositivos. Y lo mejor de todo es que esto no supone más que los inicios de un sector que está llamado a revolucionar la forma que tenemos de interactuar con nuestros dispositivos en el hogar.
La comunicación entre los distintos dispositivos que tenemos en el hogar es algo en lo que están trabajando diferentes fabricantes de hardware, que están apostando fuerte por plataformas, como por ejemplo, CrossMount, que permitan aprovechar las capacidades de cada tipo de dispositivo. Un ejemplo, controlar la televisión a través del micrófono de tu smartphone para la búsqueda de contenidos.
Además se está trabajando para facilitar un framework que sea sencillo de implementar para que el desarrollo de aplicaciones del internet de las cosas sea más rápido. 2015 será el año donde empecemos a ver alguno de los resultados de esta comunicación entre dispositivos, pero será en el siguiente lustro donde veremos la gran explosión del internet de las cosas y los dispositivos conectados en el hogar.
Hogar conectado y el futuro del sector
No se trata de buscar dispositivos que hagan de todo, sino aprovechar las capacidades de cada uno de ellos, lo que cada uno hace mejor, para que complementen, ayuden y se comuniquen con los demás. En este sentido el internet de las cosas es un sector donde los desarrolladores van a liderar muchas de estas aplicaciones que permitan aprovechar estas capacidades de los distintos tipos de dispositivos.
Al igual que ha ocurrido con los smartphones y tablets, muchas de las posibilidades que nos ofrece esta tecnología no está en la mente de los fabricantes de microprocesadores que los controlan, sino en la imaginación de los desarrolladores para sacar partido a esta tecnología.
Por eso se han abierto plataformas como Cloud SandBox donde los desarrolladores tienen acceso a los datos de prototipos que se están desarrollando para el IoT de forma gratuita. De esta forma pueden ir ideando funcionalidades que puedan aprovechar las capacidades de los nuevos dispositivos y colocarse de esta manera en primera línea para cuando estén disponibles para el público. Dentro de Cloud Sanbox los desarrolladores podrán encontrar todo lo que necesitan para empezar a programar y probar sus aplicaciones de forma sencilla y cómoda, visualizando los datos de los diferentes dispositivos demos en los que los fabricantes están trabajando.
Una de las limitaciones que podría tener el internet de las cosas es la necesidad de baterías para los dispositivos, pero las investigaciones realizadas en la Berkley y Stanford han demostrado como un chip puede funcionar con una batería del tamaño de una hormiga que se alimenta de las ondas WiFi que rodean al mismo. El camino ya está abierto y despejado por este lado.
Llevamos mucho tiempo hablando del hogar conectado y el internet de las cosas, pero también hay que afrontar una serie de retos, como la complejidad del desarrollo y la facilidad para hacerlo escalable en diferentes sistemas interconectados, la diversidad de sensores y ecosistemas, la interoperabilidad de los protocolos de comunicación, tanto a nivel de hardware como de software o la rápida evolución de la tecnología en este terreno que implica un continuo reciclaje.
En la medida que los desarrolladores sean capaces de resolver estos retos, tendrán a su alcance liderar un sector en auge como el del internet de las cosas. Es el momento de tomar posiciones en la línea de salida para la carrera que ya ha comenzado.
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