En los Emiratos Árabes Unidos no hay elecciones ni partidos políticos. A las mujeres se les descrimina y los trabajadores inmigrantes son tratados como esclavos. Además el príncipe heredero, con él que ayer cenó Zapatero, le recomienda a los americanos que la mejor política antiterrorista es la de no hacer detenidos. Lo mejor es matarlos sin interrogarlos.
Con estos antecedentes Zapatero le ha estrechado la mano al teórico de la solución final y como es habitual en él le ha dedicado una generosa sonrisa con la misma delicadeza que hacía manitas con Gadafi hace escasos meses. No hace falta decir que en todos estos líos lo meten con especial ahínco los dos halcones del Pentágono que habitan en la Moncloa.
Pues bien, en este periplo obsceno por dos monarquías feudales el presidente agradecía a los reyezuelos y príncipes que vayan a poner unos millones para tapar el agujero de las cajas de ahorro que han abierto en canal los propios políticos del PSOE, el PP y CiU metiendo la mano en ellas, están en todos los Consejos de Administración, con el añadido y “habilidad” de hipotecar a una generación de españoles comprando suelo para encarecerlo y especular con la soltura de un jugador del monopoly pero cuyo tablero son los suelos de España.
Ahora hay que pedirle al amigo árabe al que le sobra el dinero, ojo con el blanco que engaña, unos millones para relanzar los desaguisados en lo que ya se asemeja a una operación de rescate económico a la desesperada y sin miramientos al nivel del partido de Jesús Gil que en paz descanse.
La primera empresa española que ha sacado tajada de estas buenas relaciones con las dictaduras, ahora nos dirán como con Túnez que no son dictaduras, ha sido Amper que se ha adjudicado hace escasos días un contrato de suministro de software al Ejército de los Emiratos Árabes Unidos por más de 90 millones de euros.
Amper ha tenido como socio “clave” para su expansión internacional a uno de los ideólogos de la Patriot Act y Secretario de la Seguridad Nacional de Bush. Siempre el amigo americano. En este caso Michael Chertoff (foto) que es naturalmente muy amigo de los halcones españoles y de los príncipes árabes.
Más allá de los Pirineros siempre hay un diputado y diputada decente, incluso un periódico, que interrogan a sus gobiernos sobre este tipo de viajes, la presencia de determinados socios extranjeros en empresas del sector de la defensa y muy especialmente sobre la venta de equipos para modernizar a las fuerzas armadas que disparan o llegado el caso bombardean a su pueblo.
Empresas premiadas y subvencionadas con dinero público, en algún caso, que contribuyen a mantener a un ejército de ocupación interior que no tiene otra función que garantizar la seguridad del sátrapa feudal que viola sistemáticamente los derechos humanos.
Contribuir a la modenización de los ejércitos de príncipes multimillonarios que se pasan por el forro la declaración de derechos humanos, está muy bien para mejorar el balance de las empresas tecnológicas españolas dedicadas al negocio del equipamiento militar. Pero esas operaciones son también políticas y tienen consecuencias directas en el prestigio de España y el mapamundi de la política internacional. En el caso español sirven para reforzar al halcón sanguinario que acecha a los jóvenes activistas que luchan y sufren por defender la libertad y la democracia en aquellos países totalitarios. Esa es la dura realidad que no se cuenta en el Telediario.
Estas empresas, como algún chiringuito dedicado a la “inteligencia digital” en Madrid, parecen tener siempre un amigo americano que es un destacado halcón que hace negocio con la teoría de la seguridad con un descaro tan inmoral que produce náuseas. Vaya socios para la expansión internacional que tienen algunos… y vaya presidente que tenemos tod@s.
Foto | Amper