Nos gustaría pedir disculpas por la parte de la historia en la que metimos la pata. El equipo trabajando conjuntamente con la NBC como parte de nuestra asociación por los Juegos Olímpicos detectó un tweet que no cumplía con las reglas de Twitter y les animó a enviar un ticket de soporte a nuestro equipo Trust and Safety para informar del incumplimiento, como se ha filtrado públicamente. Nuestro equipo Trust and Safety no conocía esa parte de la historia y actuó con el aviso como habría actuado con cualquier otro.
Lo que leéis sobre estas líneas es parte de la disculpa oficial que Twitter ha publicado en su blog debido a la polémica surgida con el periodista que fue suspendido en la red social, que recuperó su cuenta ayer finalmente. Ya os comentamos todos los detalles, pero el hecho de que Twitter se haya disculpado por este caso en concreto ya nos da a entender que se preocupan por lo que ha ocurrido (o más bien por lo que la gente puede "leer" en lo que ha ocurrido). ¿Por qué?
El origen del problema: ¿trato preferente?
Aunque ya os lo comentábamos ayer, en esencia lo que ocurrió es que el usuario en cuestión criticó en público la cobertura de la cadena NBC (que está aliada con Twitter durante estos JJOO) y dio una dirección email corporativa pública del ejecutivo al mando de la misma. Destaco lo de pública porque, según las condiciones de uso de Twitter, no se permiten dar datos privados pero sí públicos, que se puedan encontrar en cualquier otro lugar de la red.
Momentos después, la cuenta del periodista había sido sorprendida misteriosamente. Aquí fue donde la plataforma de microblogging comenzó a recibir acusaciones por doquier. Todo empeoró aún más cuando se supo que fue el propio Twitter el que avisó a la NBC del tweet infractor, con el fin de que ésta lo denunciara para tomar medidas.
Si esto hubiera ocurrido en otro contexto, pues seguramente el caso habría pasado un poco más desapercibido tras alguna crítica de "censura" o similar. Pero resulta que la NBC tiene un acuerdo con Twitter, por el que seguramente les pagan una cantidad nada despreciable de dinero. Y, lo que es peor, fue la propia Twitter el que les animó a denunciar para después pasar ellos a la acción.
¿Twitteros de primera y twitteros de segunda?
Todo este jaleo nos lleva a hacernos una pregunta: ¿hay twitteros de primera y twitteros de segunda clase? ¿Por qué banean a un usuario que simplemente publicó una dirección de correo que ya era pública? Hace unos meses, Justin Bieber twitteó el teléfono móvil de un supuesto "enemigo" suyo, que en este caso sí era personal y privado. ¿Le suspendieron a él? No.
Twitter ha pedido disculpas, pero en este caso al periodista le han devuelto la cuenta porque la NBC ha retirado la reclamación (viendo la que le estaba cayendo, normal que lo hiciera), no porque Twitter haya dado marcha atrás en su sentencia. Desde luego, las disculpas han llegado tarde y mal y han dejado en evidencia algo que la mayoría ya sospechábamos: para Twitter, hay usuarios más importantes que otros y las normas no se aplican necesariamente con la misma intensidad en todas las cuentas.
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