Tú y yo contra el mundo que dejó de sorprendernos: por qué la búsqueda social tiene sentido

Tú y yo contra el mundo que dejó de sorprendernos: por qué la búsqueda social tiene sentido
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Con el anuncio de Google de incluir G+ en su sistema de búsquedas queda demostrado que ya no hay marcha atrás y que el runrún que llevamos oyendo desde hace mucho tiempo de que la búsqueda puede ser social o incluso debe serlo es ya una realidad. Si hasta ahora los escépticos no querían creer y Google les servía como paraguas, ahora ya no hay excusas. Guste o no, Search Plus Your World es uno de los cambios más importantes de Google en la última década y, además, el primero que realmente “atenta” contra su naturaleza, contra su buscador.

Normal que la opinión se esté polarizando en torno a un movimiento polémico pero para nada inesperado. La cuestión que muchos se plantean es si tiene sentido que cuando busquemos algo, lo social, nuestro mundo, esté incluido en los resultados e incluso los dirija. Una duda que, en realidad, ya resolvimos hace tiempo pero que ha tardado demasiado en aplicarse en nuestra principal herramienta de búsqueda. Ya somos sociales cuando buscamos: era Google la que aún no había llegado a resolver sus propios problemas hasta llegar a este cambio.

Google y la búsqueda social: los últimos serán los primeros

Google Search Plus Your World

Aseguran los detractores del paso que ha dado Google que el gigante de Mountain View está jugando todo a una carta, la de Google+, y que, a costa de apoyar su juguetito social, parece estar dispuesta a perder su identidad y dejar de ser “El buscador”. En realidad, esta visión desdeña los movimientos que hemos vivido en Internet en los últimos años y casi parece digna de aquel personaje que se tiraba de un rascacielos y en cada piso se iba diciendo “por ahora todo va bien”. El anuncio de Search Plus Your World ha debido de ser el momento de chocar contra el suelo.

Lo explica mejor Tom Anderson, fundador de Myspace, el amigo que todos tuvimos en algún momento de nuestra vida:

Estos cambios en las búsquedas son muy significativos. La gente lleva intentado hacer la búsqueda social desde al menos 2003, cuando Myspace nació. Lo sé porque recibimos la visita de toda clase de compañías dedicadas a la búsqueda social que salivaban por tener nuestros datos y ambicionaban crear un motor de búsqueda social que pudiera destronar a Google. Obviamente, ninguna de ellas tuvo éxito. Pero la visión general y el instinto que manejaban era, problablemente, el correcto. Ésa es una de las muchas razones por las que Google se ha interesado tanto lo social: se están reinventándose a sí mismos antes de que alguien les iguale y supere en su principal negocio (el buscador).

La búsqueda en Facebook no emociona. Y la de Twitter es bastante horrible. Pero lo que ambos están haciendo, hasta cierto punto, es sustituir la búsqueda por preguntas. En otras palabras, en vez de buscar información en FB o Twtter, lo que hacemos es usar a nuestros amigos como fuente y preguntarles algo.

La apuesta de Google por lo social no es sólo para apoyar a Google+, sino posiblemente su paso más ambicioso por mantener la posición de privilegio que ostenta. En Mountain View no son ciegos y, desde luego, el paso de Bing con Facebook es la señal más clara de alarma que podía sonar en sus oficinas.

Bing y Facebook: ahora tú también cuentas

Bing Facebook

Google ya trató de aproximarse a lo que estaba ocurriendo en las redes sociales para incorporarlo a su buscador. Integrarse con Twitter era imposible: la red social mediática por excelencia tiene considerables problemas para poner en marcha un sistema que haga perdurar la información que contiene. Quizás, simplemente, no se pueda y Twitter sea, por propia esencia, lo fugaz, la chispa de ingenio que rápidamente se olvida y que sólo deja huella en quien estaba presente cuando ocurrió.

El acercamiento a Facebook también le interesa a Google, pero vio cómo le recibían con un (no tan) amable “usted no es bienvenido aquí”. De la unión de la mayor red social del mundo con el buscador más potente tenía que haber salido algo imbatible, la culminación de ese instinto de necesidad de una búsqueda social al que Tom Anderson hacía referencia. Sin embargo, Zuckerberg y compañía prefirieron a Microsoft.

Y Bing ha hecho un buen trabajo: sus resultados mejoran con la integración social, menos publicitada y menos cuestionadas también que la de Google. Los resultados más relevantes son siempre aquellos que tienen en cuenta lo que ocurre en nuestro perfil de Facebook y en el de nuestros amigos, además de toda la información que cada día circula por nuestra red. Pese al chachachá del data-mining, es normal que muchos sigan salivando cuando piensan en una búsqueda social.

Bing y Facebook demuestran que se puede hacer y se puede hacer bien, ¿cómo no iba Google a meter la cabeza de lleno, sin perder ya más tiempo? Social Search fue el primer paso, +1 el segundo, pero el definitivo es Search Plus Your World.

¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga?

La otra queja respecto al buscador social por el que Google apuesta es que no va a aportar nada especialmente relevante a los resultados. E, incluso, que va a hacer aún mayor aquel “Filter Bubble” que Eli Pariser acuñó para demostrar que usar nuestros datos y nuestro entorno para darnos la información más adecuada lo único que consigue es encerrarnos en nuestro nicho, aislarnos de lo que nos es diferente y, por tanto, reducir las posibilidades de encontrar algo realmente interesante.

Respecto a lo primero, a estas alturas es un poco desconcertante que alguien plantee qué añadiría una mayor personalización de los resultados. Nuestro primer movimiento, cuando buscamos información, es echar mano de nuestros prescriptores, aquellos a los que le hemos dado la autoridad para emitir una opinión porque los creemos expertos en el tema. ¿Cómo no van a ser más relevantes los resultados de un buscador que precisamente tome en cuenta todo ese universo cercano del que nos fiamos? Por supuesto, el algoritmo para que funcione de manera adecuada no será simple, pero nada en Google lo es.

Respecto a esa burbuja filtrada, ese nicho en el que nos metemos, es cierto que Search Plus Your World puede acentuarla, aunque la parte optimista, por ejemplo Stephen Levy en Wired, sostiene que el sistema que Google muestra en esta búsqueda social, ese interruptor que nos da y la capacidad de mostrar los resultados sin la interferencia de nuestro entorno, lo que consigue en realidad es pinchar esa burbuja.

Problemas habrá, pero también los hay ahora mismo en Google tal y como lo conocíamos hasta ahora. En especial, unos resultados cada vez más sometidos al canon SEO y que, poco a poco, han ido sorprendiéndonos menos (y ayudándonos menos también). El interruptor social que Google acaba de activar tiene tres vertientes: es, para nosotros, un paso decisivo para recuperar la frescura y la relevancia de esas búsquedas; para Google, un modo de apuntalar su futuro (aunque debe aún resolver el problema de que Google+ sea una red muy activa que proporcione buenos datos al buscador); y para los dedicados al posicionamiento, un nuevo reto: aprender no ya a escribir para Google, sino a formar conexiones sociales relevantes para que aparezcan en nuestro mundo.

En Genbeta | +1, nuevas recomendaciones sociales en el buscador de Google

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