El pasado verano fue noticia el CEO David Risher, director ejecutivo de Lyft, empresa que en Estados Unidos compite frente a Uber, que dijo abiertamente que creía que los snacks que ofrece en la oficina deberían ser motivo suficiente para que los empleados regresen contentos del teletrabajo a lo presencial.
Parecía una broma de mal gusto, pero muchos expertos en Recursos Humanos ya hablan de conceptos que se están manejando por empresas para convencer a los empleados de que sus condiciones son las menores, escondiendo los problemas con ciertos obsequios que a los trabajadores puede ser que les importe menos que tener un salario decente, unos jefes amables o un ambiente de trabajo flexible y respetuoso.
El Observatorio de Recursos Humanos hablaba hace unos meses en un webinar del concepto “Wellbeing washing" y de las medidas "vacías" que actualmente están más extendidas en las empresas, frente a las que "sí que tienen un impacto real en el bienestar mental de los equipos".
Medidas vacías para los empleados
Angélica Barrero, líder del departamento clínico corporativo de Ifeel, comentaba en ese encuentro que el wellbeing washing, que a menudo es desconocido por los responsables de recursos humanos, se da cuando “las empresas se comprometen públicamente con el bienestar de sus empleados y el apoyo a la salud mental sin respaldarlo con beneficios tangibles para sus trabajadores”.
Recuerdan desde Unmind que durante la última década, el tema de la salud mental ha ido surgiendo de las sombras de forma lenta y que en 2021, las búsquedas en Google sobre salud mental alcanzaron la cifra más alta jamás registrada.
Por ello, las empresas se están poniendo al día. Saben que a la gente le importa el bienestar en el trabajo y quieren que sepamos que lo saben. "Por eso se suman a las jornadas de concienciación sobre la salud mental. Publican muchas fotos sonrientes de su personal en las redes sociales" o siguen el ejemplo de aquella Google de antaño que era un ejemplo para trabajar gracias a sus espacios de ocio, decía este medio para hablar del wellbeing washing.
Y ese lavado de cara sobre el bienestar básicamente se define como "cuando una empresa se centra más en parecer preocupada por el bienestar que en cuidar realmente a sus empleados".
El británico medio especializado en Recursos Humanos, hrmagazine explica que el “lavado del bienestar” implica que las empresas intentan deliberadamente brindar apoyo equivocado, ya que en la práctica "el desafío es que los problemas de salud mental en el lugar de trabajo a menudo todavía no se ven o se ven demasiado tarde, cuando las personas están en plena crisis".
No practicar lo que se predica
El instituto de recursos humanos de Australia dice en su revista que en los últimos años, organizaciones de diversos sectores han llegado a reconocer el papel indispensable que desempeña el bienestar de los empleados a la hora de fomentar la productividad, crear un entorno de trabajo positivo e impulsar el éxito a largo plazo. Sin embargo, investigaciones recientes han indicado que cuando se trata de bienestar, algunas empresas no practican lo que predican.
Un estudio global realizado por el McKinsey Health Institute vio que había una desconexión significativa entre cómo los líderes percibían el estado de salud mental y bienestar en sus organizaciones y la forma en que lo veían sus empleados. Los líderes estaban convencidos de que sus trabajadores estaban mucho mejor de lo que realmente estaban. "Los investigadores concluyeron que las iniciativas de bienestar de muchos empleadores, por bien intencionadas que fueran, carecían de un enfoque sistémico para abordar las causas fundamentales de la mala salud mental". Y así también salió el concepto del "wellbeing washing".
Los trabajadores necesitan algo más que unos snacks saludables en la oficina o medidas para parecer que la plantilla es una piña sin que necesariamente lo sea.
En la vida real, el salario es la principal preocupación para el 35% de los empleados, de acuerdo con EY, empresa británica especializada en mejorar los espacios de trabajo. Si hablamos de oficina, hemos visto en infinidad de estudios cómo muchos trabajadores prefieren la flexibilidad. Además, la confianza, el empoderamiento y el cuidado reducen la probabilidad de que los empleados se vayan en un 40%.
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