Profesionales en programación con mucha experiencia cuentan cómo empezaron y la evolución del sector. Sus historias inspiran

Hemos hablado con 7 profesionales de la programación con mucha experiencia en el sector y nos cuentan muchas historias inspiradoras y también nos dan noticias positivas

Hosein Zanbori Fifhoxkhaw4 Unsplash
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Genbeta ha hablado con siete programadoras y programadores con gran experiencia en su profesión. Hace unos días publicábamos un reportaje en donde hacíamos un repaso a su extensa trayectoria profesional, recordar qué  harían una y otra vez y, por tanto, recomiendan a otra gente hacer, y  también qué no repetirían en su carrera laboral.

Teníamos información tan interesante tras hablar con personas con tan dilatada experiencia que guardamos varias de las respuestas para este otro artículo en el que poder conocer cómo estos siete profesionales en programación decidieron empezar en este mundo cuando no era tan conocido cómo ahora y también cuáles son los grandes cambios que han visto en el sector.

Recordemos que hemos hablado con Ana María Bisbé York,  Consultora Business Intelligence que lleva más de 30 años programando;  María Cañero, Engineer Manager, que comenzó en el sector en 2005; José Herminio Parreño Piqueras, Frontend Architect BASF; Rosana Ruíz Fernández, Senior Software Engineer; Ariel Grillo, senior Backend, que este año cumple 20 años en el sector; y Dave J. Franco Finol, desarrollador DevOps.

Un vistazo a…
La carrera de programador en 2017 y en el futuro (con Javier Santana)

La idea de programar cuando no era popular

De estas entrevistas han salido historias muy curiosas  e inspiradoras de estas personas que decidieron comenzar a programar cuando no era algo tan reconocido como a día de hoy.

Por ejemplo, Mar Bartolomé empezó como hobby en su adolescencia, comienzos de la década del 2000. "En esa época eran los comienzos de internet aquí en España" y comenzó a meterse en comunidades de gente que se hacía sus páginas webs picando HTML a mano. Pocos años después, cuando ella hacía Bachillerato "empezó la moda de las comunidades autónomas de sacar sus propias distribuciones de Linux (Linex fue la primera, luego vino Guadalinex, quí en Andalucía)", y eso le hizo descubrir la comunidad de software libre, aprender administración de sistemas básica, etc.

Para cuando llegó la hora de entrar en la universidad, tenía claro que quería estudiar informática. "La verdad que en cuanto a conocimientos prácticos tocamos C++, Java, y SQL, y por supuesto mucha teoría y matemáticas". Empezó a trabajar durante sus estudios haciendo prácticas en empresas, y después emigró a Londres, donde ha ocupado diversos puestos en empresas como el departamento de tecnología online de Sony Playstation y en startups. Reconoce que es necesario aprender cosas desde cero en cada trabajo nuevo: Python, Ruby, Java, hasta Erlang. Y también tiene su proyecto propio.

Por su parte, Rosana Ruíz Fernández estudió ingeniería técnica de telecomunicación en Málaga, donde se estudian asignaturas de programación. De todos modos, dice que se le hacía poco aplicable al mundo laboral. Decidió hacer un máster en tecnologías web donde adquirió más habilidades.

"Hice el master de RIATec que ahora es el de Lemoncode y mi primer trabajo fue de becaria para Lemoncode donde tuvimos como cliente a una empresa americana con un proyecto muy interesante" y aconseja a otras personas que estén empezando que tengan en cuenta que "lo más importante, sobre todo cuando empiezas, no es el lenguaje, sino los principios, patrones y prácticas de diseño de software, el lenguaje puede ser cualquier lenguaje que sea comúnmente utilizado para el tipo de aplicación que quieres desarrollar".

José Herminio Parreño Piqueras, recuerda que se enamoró de la informática desde el día que vio un ordenador en casa de mi mejor amigo por primera vez: "empezamos a jugar al Monkey Island y luego pidió un ordenador Penitum 75 Mhz de IBM de regalo de Reyes a su familia".

Parreño estudió ingenieria informática superior en la Universidad de Castilla La Mancha. Su primer trabajo fue en 2010 en el parque tecnológico de Albacete, en una empresa llamada Deyde Calidad de datos, donde trabajaba en COBOL y algunos proyectos pequeños en Java. Dice que no fue fácil por la desorganización y las mañas condiciones laborales: "cobraba 800 euros al mes y trabajaba algunos fin de semana, sin ningún tipo de metodología ágil ni organización".

Dejó el trabajo y emigró. Estábamos en plena crisis y le salió una oportunidad en Alemania para trabajar de desarrollador en una empresa de robótica en Stuttgart llamada Dürr. "Muchos empresarios alemanes se aprovechaban del paro y crisis en España y ofrecían alojamiento y clases de idiomas a cambio de trabajo y sueldo (por supuesto con su correspondiente mordida por las molestias)", afirma el desarrollador.

En Alemania aprendió tecnología de Spring y Angular además de idiomas y habilidades que sigue usando actualmente. Cuando cumplió 30 años e volvió a España y estuvo trabajando en Valencia en distintas empresas, y ahora está en Madrid trabajando para un Hub Digital de la petroquímica BASF.

Por otro lado, tenemos la historia de Dave J Franco Finol que arrancó hace más de una década como "sysadmin", algo que le aburría. Estudió Ingeniero en Electrónica y durante sus estudios realizó cursos en administración de servidores Windows y redes Cisco. Cuando decidió que quería hacer mas que sysadmin, lo primero que aprendió fue scripting en Bash, mientras aprendía a usar Linux, luego aprendió Python para poder automatizar tareas de AWS y ahora también hace algunas cosas con Golang pero todo esto lo aprendí por mi cuenta.

María Cañero empezó en 2005 e hizo la carrera de ingeniería informática. Siempre le han gustado muchos los videojuegos y fue su padre quien la convenció de llevar su pasión a su carrera y estudiara informática. Hizo un máster en ingeniería web y empezó a trabajar de prácticas en una consultoría en 2011 con C# y Javascript.

También Cañero emigró: se fue a Londres en 2012 sin saber mucho inglés y encontró un trabajo "muy mal pagado y trabajando con Visual Basic". Cuando comenzó a hablar mejor inglés pudo buscar más oportunidades: cambió a un mejor trabajo con C# y javascript.

En 2014, volvió a emigrar, sin contactos ni saber el idioma. Esa vez a Alemania y tuvo que "cambiar a ser Front end en vez de full stack ya que las empresas que trabajaban en esa época con C# pedían un buen nivel de alemán", tal y como ella explica. Empezó trabajando en el sector de videojuegos y luego cambió porque vio que había muchos problemas en la industria. Desde 2022 es engineer manager y gestiona dos equipos.

Ariel Grillo por su parte, cuenta que a programar comenzó cuando tenía 10 años en la casa de un amigo. "Él tenía una Comodore 64C y nos juntábamos a jugar, luego nos aburrimos de jugar y comenzamos a curiosear los manuales y allí había código. Nos pusimos a escribir e intentar hacerlo andar", explica el programador. Les encantaba hacer eso y profesionalmente comenzó en el 2004 en una compañía de su ciudad en Argentina.

Dice que en sus años de carrera profesional, donde no ha parado de trabajar, "la formación siempre fue autodidacta" y es que comenzó la universidad pero se dio cuenta que no era lo que quería.

Curiosidades: de Cuba a España pasando por Moscú

Es muy curiosa la historia de Ana María Bisbé York, la persona con más años en la industria de entre todas las entrevistadas. Tiene 60 y cuenta que lleva 35 programando. Ella es cubana y cuando tenía 11 años mientras estudiaba en la escuela primaria asistió a unas clases de programación. Eran unas clases extracurriculares con el objetivo de dar pinceladas de formación profesional para que los niños fueran acercándose a las profesiones. A ella le cautivó la programación gracias a esa iniciativa.

Estudió la secundaria y bachillerato en una escuela que sigue existiendo en La Habana, la escuela Lenin. Luego en Moscú pudo estudiar la estudiar Licenciatura en Cibernética Económica donde aprendió programación, entre otros aspectos y dice que los lenguajes que usaban se llamaban Adabas y PL1. Luego trabajó 13 años en Cuba, en una empresa, desarrollando software de aplicaciones para empresas, hospitales, organismos gubernamentales y donde usaba lenguajes cokmo DBase III, FoxPlus, FoxPro y Visual FoxPro.

Bisbé York llegó luego a España en 2001 y comenzó como freelancer con Visual FoxPro y SQL Server. "Me vinculé a comunidades técnicas, viajé varias veces a EE. UU. a eventos de primer nivel y desarrollé muchas soluciones con Visual FoxPro, que me encantaba", explica. A partir de 2008, cuando Microsoft descontinuó Visual FoxPro se centró en el desarrollo con C#.NET y la Inteligencia Empresarial (Business Intelligence) con los servicios de SQL. Pasó por SQL BI, Excel BI y desde 2015 Power BI. Ahora trabaja como consultora y formadora BI, crea contenidos para LinkedIn Learning, tiene decenas de cursos en activo, libros publicados y ahora programa sobre todo en los lenguajes T-SQL, DAX y M para tratamiento de datos en Power BI, además de haber comenzado con Python y R.

Grandes cambios vividos en el sector

Shahadat Rahman Bfrqnkbulyq Unsplash

Estos profesionales de la programación también han hablado de los grandes cambios que han visto en el sector en el tiempo que llevan en él. Y, como buena noticia, en general ven los cambios para bien.

Ariel Grillo dice que "los cambios son bestiales en el mercado y son sumamente positivos y necesarios ya que todo el mundo tecnológico avanza muy rápido", lo que, al mismo tiempo, demanda "queseas sumamente inquieto y no te estanques". Sobre esto María Cañero afirma que también ve una evolución positiva y que "con el montón de recursos que hay ahora, es cada vez más fácil encontrar cosas ya hechas" que facilitan las tareas.

Mar Bartolomé corrobora esto: "si por algo se identifica este sector es sin duda por el cambio constante" y, por ello,  "una de las cualidades más importantes para desarrolladores, es la disposición a aprender sin parar durante toda tu carrera profesional".

José Herminio Parreño Piqueras afirma que ha visto muchos cambios en todos los años y que uno de los más significativos fue a raíz de la pandemia por cómo catalizó el tema del teletrabajo (demostrando que es perfectamente posible y escalable en el tiempo).

"Sin duda un cambio positivo. También creo que con los años se ha ido democratizando el conocimiento, y se está dejando de ver la profesión como algo de "frikis" si no como algo divertido, creativo y desafiante", concluye.

Ana María Bisbé York recuerda que en sus inicios había que programar cada línea que se necesitaba para pintar una cajita. Hoy arrastras y sueltas alegremente con las tecnologías “Low Code - No code” mientras la programación va por detrás. También valora que se ha democratizado mucho el acceso. "Recuerdo cuando se integró en SQL Server todo el BI de Microsoft sin incrementar el coste. Fue una apertura muy beneficiosa para muchas personas, a mí me permitió desarrollarme en proyectos de BI".

Hay fabricantes como Microsoft que han puesto recursos gratuitos como Power BI Desktop. Por otra parte, hay un gran volumen de información disponible. El cambio en el sector es total, y para bien. "Han irrumpido las tecnologías de Inteligencia artificial para ayudar y no para suplantar la labor que hacemos los desarrolladores, ingenieros y analistas de datos" explica Bisbé. Otro aspecto positivo es que cada vez hay más entornos donde se visibiliza el talento femenino, especialmente en comunidades y eventos técnicos. "Queda mucho por hacer, aun así, las niñas y jóvenes de hoy tienen a mano referentes de carne y hueso".

Cambios en España

Además, dice Bartolomé que no solo a nivel de tecnologías cambia la cosa, sino que en general ha visto bastante cambio en el sector en España en los últimos años. "Cuando yo empecé a trabajar, casi lo único que encontrabas en el país eran grandes consultorías haciendo proyectos en Java", que buscaban "picateclas" pagando mal. Este panorama le hizo emigrar a Londres, donde hay un auténtico hub tecnologico, y las empresas van buscando "estrellas" y les pagan bien para conseguir ese talento.

"Por suerte, con los años España se está poniendo al día, y especialmente en Madrid y Barcelona sí empezamos a encontrar bastantes empresas con esta mentalidad más internacional" lo que lleva, según la programadora a que en nuestro país haya más comunidades de programadores juntos en un sitio, también se ven multitud de eventos, charlas, congresos... todo un ecosistema que se retroalimenta. Y eso lleva a que "hoy en día sí se puede aspirar en España a encontrar posiciones más similares a las que podrías encontrar en el extranjero".

Por su parte, Rosana Ruíz Fernández, cuyos últimos años han sido en Inglaterra, habla desde esta perspectiva: "la España en la que trabajé entre 2013 y 2018, tenía una cultura laboral de desconfianza entre el empleado y el empleador y no se le daba valor a las habilidades de gestión positiva de personas como en la Inglaterra en la que he trabajado".

Eso sí, añade que lo negativo que ve de Inglaterra es que al haber más inversores, el dinero se malgasta más y piensa en lo mucho mejor que irían startups españolas que ella conoce si hubieran tenido esas cantidades de dinero.

En general cree que la cultura laboral aquí ha sido notablemente mejor ya que la sociedad está más acostumbrada a vivir en grupos diversos. Explica que por lo que ve en redes sociales parece que España está cambiando en la misma dirección para mejor, probablemente gracias a todos los españoles que han experimentado otras culturas laborales y han vuelto a España trayendo formas de tener a ambos, empleados y empleadores, más felices y productivos.

Imágenes  | Foto de Shahadat Rahman en Unsplash  y hoseincameraman

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