Exceptuando robos y extravíos, cualquier ciudadano español mayor de 30 años y menor de 70 sólo tendrá que renovar el Documento Nacional de Identidad (DNI) una vez cada 10 años. Y, aun siendo más joven, su período de 'caducidad' es de cinco años.
Por ello, es normal que dejemos de estar pendientes de su renovación y, en alguna ocasión, nos hayamos encontrado con la desagradable sorpresa de tenerlo caducado cuando lo necesitábamos para llevar a cabo algún trámite.
Sin embargo, lo que mucha menos gente sabe es que el 'DNI electrónico' (tanto el DNI 3.0 como el DNI 4.0 formato europeo) incluye un certificado electrónico de autenticación y otro de firma que caducan cada dos años, y que tenemos que renovar en comisaría —si hacemos uso de los mismos, claro— incluso si mantenemos el mismo DNI físico.
Un recordatorio que escama (sin razón)
Para evitar que se nos 'pase' realizar este procedimiento, la Policía Nacional tiene establecido un procedimiento automático para recordarnos por e-mail (usando la dirección de correo que proporcionamos durante la última renovación del DNI físico) la inminente llegada del momento de renovar estos certificados. Pero hay un problema…
…y es que, dada la enorme cantidad de spam y de timos online que experimentamos todos los días los usuarios de Internet, muchos ciudadanos no se creen que ese correo proceda realmente de la Policía Nacional, y optan por borrar el mensaje e ignorar su contenido.
Eso ha forzado a que la cuenta de Twitter de la propia Policía Nacional haya tenido que aclarar que no, que esos e-mails que la gente está recibiendo no son ninguna estafa: "SÍ, somos NOSOTROS":
Lo acompañan de una captura de pantalla de uno de esos correos en la que se aprecia que el e-mail procede de la dirección 'notificaciones@policia.es', correspondiente al dominio oficial del Cuerpo Nacional de Policía.
Otro detalle relevante del e-mail es que se limita a informar de los pasos que el ciudadano puede dar para realizar el procedimiento (pasos que debemos realizar presencialmente en una comisaría), sin incitarle a clicar en alguna URL o a descargarse ningún archivo adjunto, como suele ocurrir con las estafas.
La misma diferencia se aprecia, por ejemplo, en el SMS real de la Agencia Tributaria relativo a la devolución del IRPF, y es un elemento clave a la hora de diferenciar notificaciones legítimas e ilegítimas
Imagen | Policía Nacional
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