De intentar reemplazarlo a camuflarlo: la lucha de Google para cambiar el correo electrónico

De intentar reemplazarlo a camuflarlo: la lucha de Google para cambiar el correo electrónico
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El correo electrónico (o email, llamadlo como os dé más rabia) lleva con nosotros desde los inicios de internet. Una revolución en su tiempo que no ha cambiado ni lo más mínimo con el paso de los años, algo muy respetable teniendo en cuenta que internet cambia radicalmente cada poco. Hace pocas décadas hablábamos de páginas simples de texto, y no hace tantos años que las webs de Geocities llenas de GIFs animados vivían sus mejores días.

Más tarde llegó la web 2.0, y los blogs, y las redes sociales, y el Twitter… pero el correo electrónico no ha cambiado. Ni una pizca. Sí que hemos pasado de almacenarlo en nuestros ordenadores a usarlo desde la nube con unas potentísimas aplicaciones web, pero el esqueleto del correo sigue siendo el mismo que era cuando nació. Remitente, destinatario/s, y enviar mensaje. No hace falta nada más.

Google ha intentado cambiar eso varias veces, pero se podría decir que lo ha conseguido sólo una con Gmail. Cuando este servicio apareció era atractivo tanto por la enorme cantidad de espacio que ofrecía (1 GB para aquél entonces era una bestialidad de espacio) como por la versatilidad de la aplicación web y la vista por conversaciones de los mensajes. Todo el mundo pedía invitaciones, y el fenómeno hizo temblar a Hotmail como nadie lo había conseguido nunca antes.

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Animada por el éxito de su servicio de correo y viendo cómo Twitter y la web social lo cambiaban todo, la compañía de Mountain View decidió que quizás era capaz de cambiar el correo electrónico. Que había llegado la hora de pasar a usar algo mucho más moderno, sencillo y potente. Google se dijo a sí misma: “¿Cómo sería el correo electrónico si se hubiese inventado ahora?” La respuesta fue Wave. Fue una de las mayores apuestas de la compañía y al mismo tiempo uno de sus mayores fracasos.

La verdad es que tenía todo lo necesario: ofrecía mucha más comodidad para enviar mensajes a personas y estaba basado completamente en la nube. Se veía que Wave pretendía matar el correo electrónico demostrando que esos mensajes eran mucho más eficaces, pero la web del servicio era lenta, complicada y confusa con algunas funcionalidades. Eso hizo surgir más malas críticas que buenas, y poco a poco Wave se usaba cada vez menos hasta que Google decidió acabar con el proyecto. La gente se seguía aferrando a los tradicionales correos electrónicos.

Otras compañías también dijeron la suya: Facebook y sus mensajes personales tuvieron su eco en los medios como intento de evolución del correo electrónico, pero no se ha hablado mucho más del tema y no ha sido ni de lejos revolucionario. El correo electrónico no ha desaparecido, simplemente algunos servicios como Twitter han limitado su servicio a cosas más largas y serias. Los mensajes cortos se los quedan empresas como esa o WhatsApp, GroupMe...

Y viendo cómo el correo electrónico no tiene planes de desaparecer, lo que finalmente ha hecho Google es camuflarlo como algo mucho más sencillo. No hace falta más que ver cómo es la nueva interfaz de las conversaciones de mensajes en Gmail: parece más un foro de discusión que no un intercambio de mensajes de correo electrónico, con la lista de mensajes (ni siquiera salen las direcciones de correo) y una barra lateral con los contactos involucrados y su información.

Hay otros servicios que van más allá e incluso limitan la longitud de los mensajes para enseñarnos lo que puede ser el correo electrónico simplificado y socializado al máximo. Shortmail, por ejemplo, intenta convertir el correo electrónico en un sistema de mensajes cortos y rápidos entre varias personas.

El futuro del correo electrónico, ahora mismo, está asegurado. Cada vez se esconden más y más tecnicismos de él (POP, IMAP, grupos…), pero siguen ahí. Sólo que no hace falta verlos. Curiosamente nos vamos acercando más a lo que quieren precisamente Shortmail o Twitter, pero aún así todo el mundo ve el correo electrónico como algo imprescindible.

Imágenes | Gilad Aharoni, Wayne Wilkinson
Vídeo | YouTube

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