Sí, has leído bien: las autoridades francesas han exigido a Microsoft que deje de recopilar datos personales de sus usuarios de Windows 10 “de manera excesiva”. Una actividad que, según indican, los de Redmond están llevando a cabo sin el conocimiento de los mismo y para cuya finalización han dado a la entidad un plazo de tres meses.
En concreto, se trata de la Comisión Nacional de Informática y Libertades del país galo (CNIL) que considera que el gigante tecnológico infringe la regulación de protección de datos francesa. Una conclusión a la que ha llegado después de abrir hasta siete investigaciones distintas entre abril y junio de este mismo año.
Qué han encontrado
De esta manera, CNIL asegura que Microsoft está recogiendo datos de los equipos a través de su herramienta de diagnóstico en caso de errores, una prestación que, si bien está enfocada a identificar problemas y mejorar sus productos, también consigue información sobre las aplicaciones descargadas e instaladas en el sistema por un usuario, el tiempo dedicado a cada uno, y otras cuestiones; algo totalmente innecesario.
La comisión apunta, además, a la escasa seguridad que lleva aparejado el PIN de cuatro dígitos que permite el acceso a sus servicios donde, por cierto, se pueden encontrar datos sobre medios de pago, compras, etcétera. Lo peor, indican, es que no existe un límite de intentos para averiguar la citada contraseña.
Otras de las críticas son la falta de consentimiento individual y la carencia de información. Con la primera se refieren a la tecnología de personalización de la publicidad en Windows 10, que brindan a la compañía la posibilidad de hacer un seguimiento de la navegación del usuario (con el objetivo de ofrecerle anuncios que se adapten a sus gustos).
En cuanto a la segunda, CNIL indica que Microsoft “coloca cookies publicitarlos en los terminales de los usuarios sin informarlos antes correctamente ni darles opción de bloquearlos”. La entidad remata diciendo que los de Redmond siguen transfiriendo datos personales a Estados Unidos “en virtud del Safe Harbor”. Sin embargo, el acuerdo fue invalidado el pasado 6 de octubre.
Dicho lo cual de no detenerse, la empresa podría ser multada con 150 mil euros. Una cifra que, en todo caso, no sería la más alta pagada por la compañía pues hace 11 años, la Unión Europea impuso una sanción de 497 millones de euros por incluir el reproductor Media Player por defecto y no facilitar los códigos necesarios a sus rivales para que pudiesen fabricar productos compatibles con el sistema operativo.
Un caso que todavía se agravó más en 2006, después de que la entidad no tomase medidas al respecto. Una decisión que le valió la friolera de 860 millones de euros. Un poco menos tuvo que pagar por no incluir la página para elegir el navegador predeterminado de Internet en algunas versiones de Windows 7, que sirvió para mantener la cuota de mercado de Internet Explorer y que acabó costándole 560 millones.
Vía | Venture Beat
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