Las cinco batallas en las que Microsoft se juega su futuro

Las cinco batallas en las que Microsoft se juega su futuro
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Llevamos unas semanas intentando discernir cómo afronta Microsoft el futuro, hablando sobre cultura de empresa e interoperabilidad y también de innovación y como colofón a esta serie surgida de la visita de Genbeta a Redmond creo que lo ideal sería intentar aproximarnos a los aspectos clave en los que Microsoft se la juega. Y aquí partiré tanto de lo que sus responsables señalan como crucial como de los que creo que son las áreas donde tienen amenazas y oportunidades. Allá vamos:

<h2>Cloud, Cloud, Cloud</h2> 

No hubo expresión que nos repitieran más que “la nube”, sobre todo en el enfoque a empresas y desarrolladores. Aquí su apuesta es muy clara y fuerte por Windows Azure, a la que quieren posicionar como la “plataforma como servicio” sobre la que el resto de desarrolladores pueden construir su software en la nube. Aquí podemos profundizar en la diferenciación de la aproximación de Microsoft – plataforma como servicio – frente a la de otros actores como Amazon que apuestan por la infraestructura como servicio. Una curiosidad, la misma Apple utiliza Azure para ofrecer su servicio iCloud.


Pronóstico: aunque Azure suena poco en las publicaciones de tecnología más cercanas al usuario dado que la mayoría de startups suele apostar por hosting propio o por servicios como los de Amazon, lo cierto es que con Azure Microsoft tiene un producto sólido y completo. Si a eso sumamos su fortaleza en las tecnologías de desarrolo y en la gran empresa, debería ser una de las cartas con más posibilidades de ser ganadora en su futuro. Sus amenazas están más en el rechazo a la nube por parte de las grandes empresas, celosas de guardar sus propios datos. En ese terreno compiten con las “nubes privadas”.

Windows Phone
<h2>La experiencia de usuario y Windows Phone 7</h2> </p>

Resulta curioso que el sistema operativo para móviles de Microsoft tenga más éxito de crítica que de público, pero mucho más poder escuchar a los responsables de Microsoft explicar su apuesta en este terreno.

La apuesta con Windows Phone 7 ha sido la de supeditar todo a la experiencia de usuario (sobre todo compatibilidad hacia atrás, funcionalidades de partida y requisitos de máquina que les han impedido estar en la gama media de smartphones) y por un el interfaz Metro que van a seguir explotando. Creo que muchos le hemos reconocido la valentía con la apuesta, sobre todo por no dedicarse a clonar el diseño de interacción imperante desde la salida de iPhone en los smartphones, pero a día de hoy el crecimiento de adopción de la plataforma sigue siendo muy lento.

Pronóstico: tenemos de forma inminente el hito de la llegada de los primeros Nokia con Windows Phone y será un buen termómetro de sus posibilidades. Otra buena noticia es la salida de la actualización Mango, que resuelve alguna de las limitaciones más importantes del sistema. Hay quienes apuntan a que serán la segunda plataforma móvil en pocos años tras Android, pero de momento lo considero una incógnita.

Microsoft y el futuro de los sistemas operativos

Una de las grandes incógnitas que están enfrentando las compañías que hacen sistemas operativos es la de la convergencia entre sistemas “del mundo del PC” y sistemas “del mundo móvil”. Apple golpeó primero, definiendo el estándar actual (sistema más simple del mundo móvil para los tablets) y llevando características de IOs a Mac OS (aunque a algunos esto no les está haciendo gracia).

Con Microsoft la apuesta inmediata es Windows 8, del que sabremos más en Septiembre, pero cuyos grandes elementos se han hecho públicos: soportará arquitecturas “no Wintel” como las de ARM y supondrá un giro hacia el interfaz Metro, heredado del mundo móvil. Las tripas, en todo caso, serán comunes el mundo tablet y al del ordenador personal en los planes de Microsoft, lo que supone una apuesta por una mayor complejidad frente a los sistemas más simples como IOs, WebOs o Android.

Pronóstico: se lleva años pronosticando la caída de las “vacas lecheras” de Microsoft – Office y Windows – y siguen disfrutando de buena salud. En sistemas operativos hemos visto como Windows Vista resultó un pequeño desastre, Windows 7 mejoró mucho el listón, pero en el camino han perdido a gran parte de los clientes de consumo que compran equipos de gama alta. Windows 8 es una incógnita en tanto en cuenta apenas hemos visto algún vídeo y capturas, pero de nuevo hay que reconocerle a Microsoft una fuerte valentía por no seguir con “más de lo mismo”.

El futuro de la ofimática

Las soluciones web con modelo “freemium” han acabado obligando a Microsoft a moverse de su modelo de Office tradicional y apostar por los servicios online. Office 365 para empresas y Office Web Apps para consumo son los dos estiletes de Microsoft, que en todo caso necesitará hacer un gran esfuerzo para mantener un equilibrio complicado: ofrecer funcionalidades que le permitan competir con Google Docs y mantener un modelo de negocio que sustituya al de pago por licencia de Microsoft Office, una de sus mayores fuentes de ingresos.

Pronóstico: todo apunta a que a Microsoft va a sufrir para encontrar este equilibrio. Office Web Apps está bien ejecutado, pero la primera generación de usuarios de ofimática online está atada al ecosistema Google y va a ser complicado moverlos. En el mercado corporativo ven como otros actores entrar en el bajo precio y, cuando menos, van a hacerle daño en el margen de beneficios.

Portada de Bing


Bing y estrategia online

Cada vez que presenta resultados Microsoft, se retoma el debate sobre si es el momento de rendirse en la web, habida cuenta de los millones que pierden cada semestre en su división online. Yirá defendía mantener Bing por su componente estratégico, de base tecnológica para otros productos y por el potencial impacto que tiene en Google, pero el buscador es sólo uno de los elementos del puzzle: tenemos los servicios, la parte de publicidad y luego tecnologías como Silverlight.

Pronóstico: Microsoft nunca ha conseguido convertirse en un líder online, en parte porque nunca ha abrazado la cultura abierta y multiplaforma de internet. Desde los ActiveX a Silverlight el empeño en hacer una “web incompatible con el resto menos Microsoft” no ha hecho sino reforzar sus fracasos. Ahora parece que están en un proceso de “evolución de la cultura de la empresa”, hablan de alianzas, de estándares, de APIs… pero de ahí a poder competir con compañías que tienen la web en su ADN hay un camino largo. Mi pronóstico es que le quedan muchos años de perder dinero aquí a Microsoft.

XBox, Kinect y los interfaces naturales

El área de ocio/juegos es probablemente el área de consumo donde Microsoft puede presumir más de una percepción de la compañía como innovadora. Aunque en negocio de la compañía todavía no es un área comparable a Office o Windows, puede ser a medio plazo la tercera pata que la sostenga.

Importante aquí va a ser la integración de XBox Live en el móvil y en tablets (que es por donde más crece la industria de los videojuegos), la capacidad de ofrecer servicios y contenidos para la “televisión conectada” y también que Kinect no caiga en el síndrome de “consola en el armario” que tanto ha aquejado a la Wii (le ayuda la doble naturaleza de la Xbox con este complemento, hard gamer y casual gamer a la vez).

Mención aparte merece la apuesta de la compañía por los “interfaces naturales“, tanto táctil como gestuales o de voz. Adjunto uno de esos vídeos que manejan sus equipos de innovación, tan llamativos como difíciles de “bajar a producto”.

Pronóstico: una de las divisiones en las que mejor lo ha hecho Microsoft, no hay señales en el mercado que supongan una amenaza, más bien al contrario, muchas oportunidades para seguir creciendo.

Continuará....

Es difícil sacar una conclusión rotunda sobre Microsoft, su futuro y su papel de empresa innovadora para los años venideros. Dejamos muchos productos que merecerían un análisis aparte (Sharepoint, Explorer, Silverlight, Skydrive, Skype…) pero hemos repasado aquellos que la propia compañía intentar comunicar con mayor fuerza. Ahora la palabra la tendrá el mercado, es decir, todos nosotros.

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