Elon Musk cofundó OpenAI pero se fue decepcionado: ahora quiere competir con ellos desarrollando su propia alternativa a ChatGPT

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En 2015, Elon Musk fue uno de los cofundadores de OpenAI, una organización que por aquel entonces no tenía ánimo de lucro. Le acompañaban, entre otros, el polémico Sam Altman, actual CEO de OpenAI. Pero tan sólo 3 años después, Musk abandonaba la directiva de la compañía de inteligencia artificial.

Hace poco más de una semana, Musk se pronunciaba en público sobre OpenAI, afirmando que su criatura ya "no es en absoluto lo que pretendía": es decir, una organización sin ánimo de lucro y pro-open source que sirviera de contrapeso a Google, que por aquel entonces protagonizaba la mayor parte de los avances en IA con su subsidiaria DeepMind.

"[Ahora] se ha convertido en una compañía de código cerrado y de máximo beneficio, controlada a la hora de la verdad por Microsoft".

Ahora, sabemos que Musk estaría iniciando su propio proyecto de laboratorio de investigación en IA, si no para recrear el proyecto original de OpenAI, sí para desarrollar su propia alternativa a la principal creación de OpenAI: ChatGPT. En alguna ocasión, Musk ha calificado al chatbot de moda como "aterradoramente bueno", pero también ha criticado las limitaciones "políticamente correctas" impuestas por sus creadores.

Aparentemente, Musk está en conversaciones con Igor Babuschkin, un investigador de IA que hasta hace poco trabajaba en la ya citada DeepMind y que se especializa en el tipo de modelos de aprendizaje automático que están detrás de los chatbots como ChatGPT.

Según informan The Information y Reuters, Musk y Babuschkin estarían discutiendo reunir un equipo para emprender labores de investigación de IA, pero el proyecto aún se encuentra en las primeras etapas, y el propio Babuschkin aún no es empleado de ninguna compañía del magnate sudafricano.

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Poniéndonos en contexto

ChatGPT fue lanzado el 30 de noviembre del año pasado, y desde entonces ya se ha convertido en la IA de moda y en la plataforma online de mayor crecimiento de número de usuarios de la historia. Es, además, sólo la cumbre (hasta ahora) de una serie de productos exitosos en el campo de la IA por parte de sus desarrolladores, una lista que incluye a GPT-3, Copilot y DALL-E 2, por ejemplo.

Por su parte, Elon Musk no permaneció ajeno a la inteligencia artificial tras su salida de la directiva de OpenAI: no sólo su compañía Tesla ha invertido millones en sistemas de conducción autónoma y en el desarrollo del robot humanoide Optimus, sino que su compañía Neuralink investiga desde hace años cómo crear interfaces cerebro-computador que permitan integrar la inteligencia artificial en el cerebro humano.

Si Microsoft ya ha recurrido a ChatGPT para hipervitaminar Bing, y Google ha anunciado el lanzamiento a corto-medio plazo de su alternativa Bard, destinada a complementar su propio buscador, Zuckerberg ya ha confirmado que Meta se une a esta particular 'carrera armamentística'. Ahora, falta por confirmar que Musk logre hacer lo propio.

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