Hace pocos días saltaba la noticia de que Italia prohibió usar ChatGPT en el territorio nacional, tras detectar diferentes irregularidades en la política de privacidad. Esta decisión causó una gran polémica acerca de esta herramienta que para muchos es el futuro, apuntando a que se está bloqueando algo que es revolucionario. Pero esta prohibición puede ir mucho más allá e incluso llegar a España donde ya se está planteando.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) nos informó que no descartaban aplicar este tipo de medidas aunque todavía no había recibido ninguna denuncia al respecto. Pero una semana después el organismo español ha cursado una solicitud ante el Comité de Protección de Datos de la Unión Europea para poder evaluar el impacto de ChatGPT en la política de protección de datos.
ChatGPT puede salir muy mal parado en España
Esta noticia llega de manera directa de la boca de un portavoz de la AEPD cuyas declaraciones ha recogido Reuters. En estas indicaba que "la AEPD entiende que los tratamientos globales que puedan tener un impacto significativo en los derechos de las personas requieren decisiones coordinadas a nivel europeo". Pero no se queda aquí, al informar que el próximo pleno del Comité se debatirá sobre las acciones que se pueden poner en marcha en el marco del RGPD.
Debemos recordar que este reglamento afecta a todos los países de la Unión Europea, y es por ello que cuando uno toma esta decisión es lógico que el resto le sigan. Esto hace que Francia, Irlanda y Alemania también estén preocupadas, considerando seguir los pasos de Italia en el caso del país germano, o investigando las quejas que existen en el país galo. En el caso específico de Alemania, el comisario alemán de protección de datos afirmó que su país podría seguir los pasos de Italia, tal y como recoge Reuters también.
Toda esta polémica ya la comentamos cuando hablamos de los datos que recopila ChatGPT de cada usuario. Y es que no es precisamente un buen confidente al poder ver que recopila una gran cantidad de información personal como los mensajes que se están escribiendo en la IA. Estos se pueden terminar comercializando con terceras empresas para obtener beneficios económicos.
Además, también menciona que se usa para poder entrenar a la inteligencia artificial pero sin la suficiente justificación legal que exige la normativa comunitaria. Aunque en el informe técnico de GPT-4 se indica que OpenAI toma las medidas para proteger la privacidad al evitar que un usuario pueda realizar preguntas personales sobre otras personas (a no ser que sean personajes públicos), pero eso no es suficiente en Europa.
Fotos | Jose Miguel Guardeño
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