La reducción de la jornada laboral en España encuentra un problema para llegar a las 37,5 horas: muchas pymes dependen del turismo

Nuestras rutinas en España y el turismo van a llevar a que muchas pequeñas empresas necesiten contratar a más personas para mantener sus servicios abiertos las mismas horas

Juan Gomez Qevix9o7gdy Unsplash
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En octubre Sumar anunció que apoyaría a Pedro Sánchez como presidente del gobierno con varias condiciones, entre otras que sea obligatoria la reducción de  jornada. Hace unos días veíamos qué personas son las que más van a notar los beneficios de este cambio y quienes verán variaciones en su salario.

Hay que tener en cuenta que, según la ley, este año la reducción tiene que llegar a 38,5 horas semanales frente a las 40 actuales. Por otro lado, el 45% de los convenios laborales en España contemplan ya, de antes, una jornada laboral por debajo de esas 40 horas semanales, por eso puede ser que no estés notando muchos cambios. El próximo año continúa la reducción.

Pero hay una escollo en la implantación masiva de esta nueva regulación y es la gran dependencia que España tiene hacia el turismo en su economía y cómo muchas empresas muy pequeñas viven gracias del sector servicios y de la gran afluencia de visitantes, turistas y viajeros. De acuerdo con datos publicados en Xataka, en 2023, el 93,9% de la industria turística en España eran micropymes de menos de 10 empleados.

Una de las varias ideas tras esta reducción de jornada, igual que con las pruebas para hacer jornadas laborales de cuatro días es que los trabajadores puedan estar más descansados, tener mejor calidad de vida, para también rendir mejor. Porque los estudios han mostrado que cuando estamos más contentos y descansados podemos ser más productivos. Pero hay un problema cuando se necesita que haya un número amplio de horas de servicio al público y aquí entra este asunto del turismo.

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El sector servicios en España y la dependencia al turismo

Hay un sector muy concreto en el casi la mitad de los trabajadores pueden afectar mucho a la empresa con esta reducción de jornada y es el turismo. Concretamente, de acuerdo a un reciente informe de Exceltur, el 45% del total de asalariados en el sector turístico no podrían compensar la reducción de la jornada laboral a un máximo de 37,5  horas semanales sin que ello tuviera un impacto negativo sobre la empresas.

Cierto es que las patronales en general se han mostrado contrarias a estas reformas igual que lo hicieron al hablar del aumento del salario mínimo que se ha ido produciendo en España. Al mismo tiempo que es conocido que en el sector servicios, las horas extra son un problemón para los empleados. Hace unos días veíamos la historia de un colega de la que aquí escribe que está contratado a 20 horas, trabaja más del doble, en un restaurante, y ni siquiera ficha las horas de entrada y de salida y que esto es algo que el gobierno quiere solucionar.

Exceltur afirma en su informe que el 93,9% de la industria de turismo son pymes sin recursos y que, de los más de 2 millones de personas que trabajan en el sector, 1,2 millones ya tendría una jornada de menos de 37,5  horas, por lo que no les afecta el recorte.

Más contrataciones para mantener los servicios abiertos

Los empleadores del millón de personas que trabajan a jornada completa deberían, según los cálculos, asumir un incremento medio del 4,9% en los costes laborales y un descenso del 8,1% en los beneficios, ya que deberían contratar a más gente para poder mantener sus servicios abiertos las mismas horas, de cara al público. Dice el informe que:

Los horarios de la mayor parte de actividades turísticas están marcados por los hábitos de comportamiento de sus usuarios y por elementos estructurales que condicionan elementos básicos de la logística para la adecuada prestación de sus servicios, lo que exige la necesidad de disponer de personal en esos momentos en los que se demanda su consumo. Esta realidad está extendida a lo largo de toda la cadena de valor de actividades turísticas.
Sirvan como ejemplo: los horarios de desayuno, comida y cena de bares y restaurantes, la salida de viajeros a los establecimientos alojativos por la mañana y la llegada por la tarde, la programación de las conexiones de transporte al inicio o finalización del día para los viajes por motivos de negocio, o los de madrugada para la llegada al destino en los vuelos de larga distancia, el disfrute de instalaciones deportivas o culturales durante el día, o el de espectáculos y el ocio nocturno durante la noche.

Imagen | Foto de Juan Gomez en Unsplash

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