En un contexto en el que la figura del terrorista pasado a convertirse en un delincuente armado hasta las teclas y en un contexto en el que Estados Unidos se plantea erigir su Comando Cibernético como unidad independiente, equiparable a otras de rango militar, la responsabilidad de los gigantes tecnológicos en esta lucha resulta fundamental.
Así, Microsoft, Google, Telegram, Facebook, Twitter y otros agentes han decidido tomar cartas en el asunto; unas y acciones que tomaron especial relieve tras los atentados perpetrados en París por el DAESH. Y es precisamente esta última la que, según informa Venture Beat, ha vuelto a saltar a la palestra informativa de la mano de una iniciativa que se lo pone un poco más difícil a los extremistas: la eliminación de hasta 235.000 cuentas relacionadas con el ISIS y el terrorismo.
El cese de las cuentas
De esta manera y aunque la red social se postuló, durante un tiempo, como la preferida por el mal autodenominado Estado Islámico –incluso llegó a considerarse como la principal arma de reclutamiento-, la plataforma de microblogging decidió ponerse manos a la obra para darle un giro a la situación.
De hecho, a mediados de 2015 ya suspendió más de 125.000 perfiles que hacían apología del terrorismo, la mayoría de ellos vinculados a los mencionados islamistas, la que había sido una las acciones más significativas al respecto. Hasta ahora. Sí, porque la firma acaba de dar a conocer la eliminación de hasta 235.000 más.
En total (hay que sumar otras supresiones adicionales, no masivas), estas ascienden a las 360.000. Unas cifras nada desdeñables que apuntan en la misma dirección que las declaraciones hechas por la compañía a principios de año: “Igual que la mayoría de personas de todo el mundo, estamos horrorizados por las atrocidades perpetradas por grupos extremistas”, comentaron entonces.
“Condenamos el uso de Twitter para promover el terrorismo y nuestras reglas dejan claro que este tipo de comportamiento, o cualquier amenaza violenta, no se permite en el servicio”. La entidad también aprovechó la ocasión para referirse al cambio de paradigma en esta lucha: “puesto que la amenaza terrorista ha cambiado, también lo está haciendo nuestro trabajo en esta área”.
Además, el anuncio de hoy se ha producido justo una semana después de que un juez de Estados Unidos desestimara una demanda contra Twitter impuesta por Tamara Campos, cuyo marido fue asesinado en un ataque contra un centro de entrenamiento de la policía en Amman, Jordania, el año pasado. En concreto, acusaba a la red social de permitir que el grupo islamista ISIS utilice su red para “difundir propaganda, ganar dinero y atraer reclutas”.
Al margen de lo comentado y en cuanto a la eficacia de este tipo de iniciativas, no podemos dejar de recordar que fue en febrero cuando un informe de la Universidad George Washington reveló que la guerra de propaganda del ISIS en la red del pájaro azul empezaba a ir de capa caída. El documento apuntaba ya entonces que los terroristas no estaban gozando de demasiada suerte a la hora de reclutar nuevos miembros y difundir su programa a través de Twitter.
Un estancamiento, que no solo ha supuesto un duro golpe para la célula por sí solo, sino en el que han influido algunos aspectos como la implantación de un algoritmo capaz de detectar contenidos que inciten al odio y la violencia desarrollado por la multinacional y otra propuestas.
En Genbeta | Qué están haciendo los gigantes tecnológicos (y otros agentes) contra el terrorismo online
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