Cajeros automáticos: ¿Por qué su software es tan estúpido?

Cajeros automáticos: ¿Por qué su software es tan estúpido?
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¿Por qué los cajeros automáticos son tan tontos? ¿Por qué no son capaces de memorizar las dos o tres cantidades de dinero que retiro siempre? ¿Por qué insisten en ofrecerme un cambio de idioma cada vez que uso el cajero? A veces uno se pregunta… ¿por qué, por lo general, la interfaz de los cajeros es tan estúpida?

Es una obviedad que un cajero va a ser utilizado por un rango muy variado de personas. Los habrá “techies” como los que pasamos por Genbeta, pero también mi tía abuela, que es seguramente el único ordenador que usa y usará en su vida. Es lógico pensar que, por tanto, la interfaz del cajero debería ser lo más clara y simple posible. Pero la sensación es que el único avance significativo en los cajeros ha sido el devolver la tarjeta antes que el dinero, para que la gente no coja la pasta y se olvide la tarjeta.

No vamos a poder resolver todos los enigmas cajeriles, pero sí vamos a aclarar algunas dudas. Quizás algún lector pueda arrojar más luz al asunto.


Fallo en un cajero


¿Por qué no recuerda el banco mis preferencias?

Ante todo, una sencilla aclaración sobre nuestra tarjeta: no dispone de almacenamiento de datos. Es decir, no puede utilizarse para guardar un archivo con nuestras preferencias, que otros cajeros, de otros bancos, puedan leer. Únicamente dispone de datos fundamentales que permitan autentificarte, junto con tu PIN, ante el sistema bancario.

El cajero automático de tu banco puede tener acceso a información que tú autorices. Algunas entidades, como La Caixa, permiten a sus clientes configurar algunos parámetros del cajero, para que ofrezca de forma directa las operaciones que más utilices.

Pero por lógica aplastante de protección de datos, si utilizas tu tarjeta en otro banco, ese banco no puede tener acceso a tus preferencias o datos. Es más, las complicaciones legales que implicaría almacenar datos tuyos, aunque sean por tu comodidad, hacen que no compense. Ese otro banco NO puede retener información tuya más allá de la estrictamente necesaria para prestarte el servicio.

Fallo en un cajero

Pensadlo un poco: para que un cajero de otro banco me ofreciese las cantidades que suelo sacar, tendría que llevar un registro de mis operaciones, sin ser yo cliente de ese banco. Como que no…

Si hablamos de tu propio banco, para poder ofrecer ese servicio tendría que mantener un registro de las operaciones que suelas realizar. De nuevo es un tema delicado, que tendrías que autorizar. En el caso de La Caixa, te ofrecen una opción automatizada con las operaciones que más utilizas, y otra personalizada por ti manualmente. Por desgracia, tantas opciones no son muy habituales.

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Lo más tonto, ni se ve

Hace unos años, eran habituales los cajeros basados en OS/2. El abandono de su desarrollo, unido a la dificultad para encontrar programadores y técnicos expertos en este sistema, los han llevado a la extinción. La mayor parte de los cajeros actuales están basados en Windows XP empotrado, una versión del sistema operativo de Microsoft que contiene sólo los elementos del sistema que sean estrictamente necesarios en cada caso.

Ya me he encontrado algún aviso de error de Windows XP en un cajero, con la sensación de intranquilidad que supone eso. Es más, recuerdo hace no demasiados años, que la pantalla del cajero se apagó justo antes de meter la tarjeta, y pude ver cómo se reiniciaba. Ahí estaban todos los datos del impresionante 486 que tenía el cajero por cerebro.

El problema de tener un sistema tan cómodo de programar y mantener como es XP, es que también es más susceptible de ser atacado. Frente a la seguridad tipo “casa de campo” que suponen sistemas como OS/2 (¿no encuentras programadores, y vas a encontrar a gente que haga malware?), el sistema de Microsoft es el objetivo de más gente. Es más inseguro simplemente porque más gente lo usa como diana.

Fallo en un cajero

Poco a poco van mejorando

Afortunadamente, las interfaces de los cajeros automáticos van mejorando. Hace tiempo que no me topo con un cajero que me obligue a seleccionar idioma antes de empezar a operar. Ahora es habitual que en la misma pantalla para introducir el PIN puedas cambiar también de idioma, sin tener que ir a una pantalla específica para ello, y sin que supongo un paso adicional.

Otras mejoras no son tan prácticas. En mi cajero habitual no tengo que pulsar “aceptar” tras introducir el PIN. Al meter el cuarto dígito, lo comprueba automáticamente. Lo cual está bien, salvo aquellas veces en las que te equivocas justo en el cuarto dígito, claro.

Al menos ya ha dejado de lanzarme el recibo siempre, lo quiera yo o no. Ah, la de cosas que puedes conocer de tus vecinos mirando en la papelera de un cajero… Yo sólo pido una opción en la primera pantalla que sea “Dame 30 euros, sin recibo y rapidito”.

También se han dado grandes pasos en cuanto a accesibilidad. Raro es el cajero que no dispone de un conector de auriculares que ayuda a los invidentes en sus operaciones bancarias. Cada vez es más habitual que puedas utilizarlos si vas en silla de ruedas. Aunque aún queda mucho por mejorar, y ahí cada entidad bancaria tiene su propia forma de enfrentarse al problema.

Lo que parece más complicado es que los bancos se decidan por usar pantallas que puedan leerse de día.

Gracias a Pedro Aznar por aportar su experiencia en software de cajeros para este artículo.

En ActiBva | Historia de los cajeros automáticos
Más información | Sergio Hernando, No Solo Usabilidad, Ambient Intelligence
Imagen | Cabecera: Tom Raftery, Segunda imagen: Chris M., Tercera imagen: Tom Groeneveld, Cuarta imagen: Fail Blog

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