Meta se ha puesto a la cabeza de la carrera de los agentes de IA adquiriendo Manus por 2.000 millones de dólares

La startup, de origen chino aunque con sede en Singapur, fortalece a la empresa de Zuckerberg en su apuesta renovada por la IA

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Marcos Merino

Editor

Meta acaba de cerrar una de las operaciones más llamativas de este final de año: la compra de Manus, una 'startup' de IA agéntica actualmente con sede en Singapur pero origen chino, conocida por ofrecer agentes capaces de ejecutar tareas complejas con poca supervisión. Las estimaciones sitúan el precio de dicha operación por encima de los 2.000 millones de dólares.

Lo interesante no es solo el tamaño del cheque: es lo que compra Meta (capacidad 'agéntica' lista para ofrecer a sus clientes y usuarios) y lo que intenta evitar: ruido geopolítico, dudas regulatorias y riesgos reputacionales, para lo cual Meta insiste en que cortará los vínculos de Manus con China y reforzará barreras de seguridad y gobernanza de datos.

Meta quiere agentes 'de verdad', no solo chatbots

Manus saltó a la fama a comienzos de este año por vender la idea de un 'trabajador digital' más autónomo: un agente capaz de encadenar acciones —por ejemplo, analizar información, escribir código o ejecutar tareas propias de trabajo de oficina— a partir de instrucciones relativamente simples (por ejemplo: "busca información, compárala, elabora un informe, genera una tabla y prepara un borrador listo para enviar").

Aquí está el matiz: Meta ya tiene Meta AI y una estrategia de lanzamiento de modelos de lenguaje ya establecida, pero la IA agéntica es algo diferente: un producto que ofrece acciones y no sólo palabras. La operación sugiere que Meta quiere acelerar ese salto integrando la tecnología de Manus en sus servicios dirigidos a miles de millones de usuarios.

Si 2023–2024 fue la época del auge del chatbot, 2025 se está cerrando con el inicio de otra carrera, la de los agentes de IA. El movimiento de Meta refuerza la idea de que los gigantes no solo competirán entrenando modelos: competirán comprando interfaces, equipos y productos que ya hayan resuelto parte del camino (seguridad, flujos de trabajo, integración con herramientas, etc.).

La compra como atajo para fichar talento

La carrera de la IA se ha convertido en una guerra en la que los recursos son cómputo + datos + talento. Meta ya dejó clara esta dinámica con su inversión en Scale AI: un acuerdo valorado en torno a 29.000 millones de dólares (con Meta tomando un 49% y fichando a Alexandr Wang como nuevo jefe absoluto de la IA de Meta). Dicho movimiento fue interpretado en ese momento como una forma de reforzar músculo operativo y de entrenamiento/evaluación de modelos.

Manus encaja como el siguiente eslabón: si el punto fuerte de Scale era (sobre todo) la infraestructura para entrenamiento, Manus son funciones agénticas 'empaquetadas' para casos de uso concretos (empresa, productividad, automatización). En conjunto, el mensaje es: Meta no quiere limitarse a "tener modelos competitivos", quiere convertirlos en comportamiento útil.

Para ello, el gran cuello de botella no es solo el modelo, sino cómo se controla, evalúa y lograr hacer fiable un agente. Y Meta puede lograr eso adquiriendo un equipo con experiencia probada en 'agent UX' (experiencia de usuario con agentes de IA).

El elefante en la habitación: China

En 2025, pocas combinaciones de palabras generan tanta alarma en Washington y en los mercados como las que incluyen 'IA' + 'China' + 'datos'. Por eso Meta se ha dado prisa para aclarar que separará completamente los vínculos de Manus con China, incluyendo cierres/traslados de operaciones.

Esto no es sólo un detalle de relaciones públicas (que también): es un intento de blindaje, porque si Meta quiere meter agentes en mensajería, trabajo, publicidad o herramientas para empresas, necesita que el mercado se convenza de que es capaz de hacerlo sin que su nuevo producto se convierta en el foco de constantes polémicas geopolíticas.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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