Lunes 23 de Mayo, volvemos a empezar

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Ya es lunes. Ha pasado una semana de muchas emociones, tensiones y rifi-rafes. La mayoría de las plazas siguen con las tiendas plantadas, y las urnas han hablado.

Ahora es el momento de la otra reflexión y de valorar los resultados que se han dado. Los editores de Nación Red vamos a hacerlo, y cada uno de nosotros publicará su visión y análisis particular de lo acontecido.

Bajo mi punto de vista, y a diferencia de otras ocasiones, hoy no hay ningún ‘gran beneficiado’. Como casi siempre, todos los partidos estarán contentos.

Los que ganan, porque las ganan. Los que pierden, porque también las ganan. Y los que se quedan igual, porque también las han ganado.

El PSOE y sus sucursales regionales han sufrido un pequeño descalabro, atenuado por la consecución de alcaldías que antes no tenía o el mantenimiento de mayorías absolutas inesperadas, como en la ciudad de Lleida.

El Partido Popular barre donde se esperaba que barriera, y además se extiende en feudos históricos como el andaluz, donde le ha sacado unos 7 puntos al dominador histórico regional durante los últimos 30 años de la democracia parlamentaria.


Bildu pega el campanazo y echa un jarro de agua helada encima de los dos partidos temáticos. Tras tener que estar peleando hasta casi el último día para poder participar en las elecciones, se ha situado en segunda posición y demuestra lo increíblemente peligroso que es tener una ley como la que se intentó usar para impedir expresar la opinión electoral a un 25% de la población vasca.

UPyD entra también con fuerza y finalmente, los Pirates de Catalunya se convierten en el séptimo partido de la flota Pirata europea que consigue representación en unas elecciones. Una concejal en Sant Fruitós de Bages, y un 0.77% en Barcelona ciudad, multiplicando por cuatro los votos en Catalunya, tras las elecciones autonómicas en noviembre.

Un 1.7% más de ciudadanos han acudido esta vez a votar, lo que los tertulianos de siempre, a ambos lados del bipartidismo, han aprovechado para denostar la iniciativa No Les Votes, la #spanishrevolution y cualquier opinión que no sea la de ellos.

O no entendieron nada, o lo entendieron muy pero que muy bien. Unos asegurando que el casi-descalabro se ha debido a ‘problemas de comunicación’, los otros creciéndose al ver que han pasado la escoba y el mocho por todo el país, mientras afilan las bayetas pensando en lo que viene en dos años.

El voto de castigo se ha notado, aunque muy ligeramente. Los dos grandes han perdido votos, pero no los suficientes. Como siempre, y una vez con unas cuantas mayorías absolutas en el bolsillo (y con el susto inicial de Gallardón), tienen lo que buscaban. El ‘toque de atención’ no será tal, y lo obviarán de forma olímpica y a lo grande.

Las principales reformas necesarias para romper el bipartidismo, empezando por la ley electoral, y como muy bien apuntaba Javier Cuchí, se tienen que aprobar con la ayuda de los bipartidistas.

Como mucho, alguno de los nuevos (no sólo partidos nuevos, si no partidos nuevos en el gobierno) hará algún amago, pero las ‘distracciones‘ que sucedan a lo largo de la legislatura impedirán su desarrollo. Siempre hay cosas “más importantes”. Cuando estás arriba, ¿quien quiere cambiar el sistema que le ha ayudado a subir?

Luego lo de siempre, “si el voto en blanco/nulo fuera un partido, sería la tal-y-cual fuerza política”. Pero no lo es, y el mundo no funciona mediante “y si”.

“No les votes” ha ayudado a sacar de Internet a una parte de la población descontenta, y no hay que olvidar el origen de todo: la aprobación de la Ley Sinde con el consentimiento informado de tres partidos políticos.

Aún así, la falta de referencias, que no de líderes, junto con la falta de alternativa en papeletas en muchos sitios, no han permitido que la iniciativa se extendiera más de lo que ya se ha hecho, que es mucho y muy bueno. Dentro de menos de nueve meses, como mucho, habrá otra oportunidad.

Es en el Congreso donde se aprobó la Ley Sinde, y es en el Congreso donde hay que ‘castigar’ a los partidos, ya que allí es donde deben hacerse las reformas necesarias para acabar con el bi-partidismo.

No les Votes tampoco en el Congreso. Entonces podremos ver si sirve para algo, a parte de revisar unos cuantos manuales sobre el uso de twitter en procesos electorales, política 2.0, o la peor de todas, democracia 2.0.

Como decía al principio, hoy todos están contentos. Los que ganan porque ganan, y los que no ganan, porque también ganan.

Y mientras tanto, mientras siguen las tiendas de campaña, los ciudadanos de a pié tendremos que ir empezando a hacer cola para el show anual, aquel que nunca cambia a pesar del color con que se mire, y que nos une de forma clara: ‘colaborar’ entre todos al mantenimiento de todo esto.

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