YouTube se niega a retirar un vídeo sobre el accidente de NASCAR

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En el día de ayer, en la famosa carrera de NASCAR, en Daytona, se produjo un accidente que terminaría con un total de 32 personas heridas, la mayor parte entre púbico asistente, al que alcanzaron fragmentos de los vehículos en colisión. Entre el público, hubo un espectador que subiría a YouTube su particular toma de incidente. De forma casi inmediata, la organización de NASCAR, procedería a enviar a la DMCA (Digital Millenium Copyright Act), una petición para que el vídeo fuera retirado, a lo que Google se ha negado.

Los organizadores del carrera, alegaban el respecto por los heridos del público en el accidente como argumento para la retirada del vídeo, aunque no tenían empacho alguno en mostrar el “oficial“, en su canal propio. Al poco, serían nuevas capturas más cercanas las que se multiplicarían. La respuesta de los responsables de YouTube, que en principio bloquearan el primero, ha sido que estos vídeos no vulneran ninguna de las normas del canal y que, por tanto, no procederán a su retirada.

Un portavoz de YouTube, afirmaría a un periodista del Washington Post que:

Nuestros socios y usuarios no tienen el derecho de quitar videos de YouTube a menos estos contengan material que vaya contra las normas de copyright. Por esto mismo, es que hemos desbloqueado los videos”

Todos sabemos que lo arriesgado de este circuito y lo espectacular de los accidentes, que se suelen suceder en buena parte de sus carreras, se ha convertido en parte casi inherente al espectáculo. Sin embargo, parece que mostrar lo ocurrido, fuera del cauce debidamente dirigido por parte de los que forman parte del negocio, no resulta “políticamente correcto”. Por ello, en un ejercicio del más puro cinismo empresarial, aducir el respeto a los accidentados, no deja de destilar un toque de ironía, cuando una realidad no filtrada sale adelante y puede causar desagrado hacia algo muy cimentado comercialmente.

Al final todo ha quedado en una tentativa de censura, con un claro interés comercial, hecho que habría sido el colmo de todos los despropósitos, dado que si la imagen de un evento se ve dañada no es a causa de la realidad que se difunda a propósito, sino de lo que suceda sin que se ponga remedio.

Vía | cnet, The Washington Post

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