Un adolescente demanda a Apple 1.000 millones de dólares por un arresto erróneo producido por su reconocimiento facial

Un adolescente demanda a Apple 1.000 millones de dólares por un arresto erróneo producido por su reconocimiento facial
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Ousmane Bah es un adolescente de 18 años que ha presentado una demanda multimillonaria contra Apple por 1.000 millones de dólares, argumentando que el sistema de reconocimiento facial de una tienda Apple Store de Boston no identificó correctamente al ladrón, haciéndolo con él en su lugar.

La historia parece algo enrevesada, y lo que según Bah ocurrió es que perdió su documento nacional de identidad (sin foto) y alguien se hizo con él. Tras ello, fue usado para hacerse pasar por él, lo que llevó a Apple a ligar erróneamente el rostro del verdadero ladrón a su nombre. Así, se acusó a Bah de robar en Boston, New Jersey, Delaware y Manhattan, Nueva York, y tras ello fue arrestado erróneamente.

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Ousmane Bah estaba en su baile de graduación en Manhattan mientras robaban con su nombre en Boston

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El Departamento de Policía de Nueva York detuvo a Ousmane Bah en su casa el 29 de noviembre, tras haber recibido aviso de los juzgados de Boston en junio. Bah afirma que "fue forzado a responder sobre múltiples alegaciones falsas que le condujeron a un estrés severo". El caso parece no haberse investigado a fondo antes de su detención, pues el adolescente tiene la coartada de haber estado en su baile de graduación en Nueva York mientras robaban en Boston artículos por valor de 1.200 dólares.

Los cargos contra Bah han sido archivados en todos los lugares excepto en New Jersey

En el documento de la denuncia, interpuesta en Nueva York, existe una acusación a Apple según la cuál el "uso del software de reconocimiento facial en sus tiendas para monitorizar a sospechosos de robos es el tipo de vigilancia orweliana que los usuarios temen, particularmente dado que puede asumirse que la mayoría no está al corriente de que sus caras están siendo analizadas de forma secreta".

El caso, de demostrarse cierto, es un nuevo ejemplo del cuidado que hay que tener siempre al implementar los nuevos sistemas de seguridad que pueden llegar a suponer un atentado a la privacidad. En el caso del reconocimiento facial, debería ser más evidente y reconocible el hecho de saber que estamos siendo vigilados con cámaras que son capaces de realizar este seguimiento.

Vía | New York Post

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