Japón, conocido por el liderazgo de su sector tecnológico, es también una nación apegada a sus tradiciones. Pero, ¿qué ocurre cuando lo tecnológico se convierte también en tradición y se empeñan en seguir usando un soporte de almacenamiento décadas después de que el resto del mundo lo haya abandonado ya por su ineficiencia?
Os sorprenda o no, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) de Japón acaba de anunciar una revolución en sus trámites burocráticos al decidir poner fin al uso de disquetes a la hora de presentar documentos oficiales. Sí, has leído bien: disquetes.
¿Disquetes? ¿En serio?
El uso de disquetes, introducidos comercialmente en 1971 por IBM y popularizados en las décadas de 1980 y 1990, ha sido un tema de discusión en Japón debido a su limitada capacidad de almacenamiento de 1,44 MB (¿cuándo fue la última vez que te descargaste algo tan pequeño?): tal limitación hace que sean inadecuados para muchos tipos de datos modernos, como las imágenes de alta resolución o documentos extensos.
Pero ese factor no ha sido el único que ha influido en la decisión de abandonar el formato: también ha pesado a estar alturas la dificultad para encontrarlos, ya que Sony, el último fabricante importante, cesó su producción en 2011. Suponemos que la compañía dejó un montón de existencias almacenadas hace 13 años.
Por poner en contexto cuándo empezó a morir comercialmente esa tecnología en nuestro país (y perdonad el inciso de 'abuelo cebolleta'), la primera vez que quien escribe esto fue a una tienda y la persona al otro lado del mostrador frunció el ceño y me dijo "¿Disquete? Ni idea... ¿no estarás hablando de un CR-ROM?" fue unos meses después de que dejáramos de usar las pesetas.
La burocracia japonesa, ¿se merece el seppuku o un kamehameha?
Pues bien: hasta ahora, aproximadamente 1.900 procedimientos administrativos requerían el uso obligatorio de soportes de almacenamiento obsoletos, ya fueran disquetes, CD-ROMs o MiniDiscs, para que ciudadanos y empresas pudieran presentar de forma válida documentación ante la Administración pública.
Este cambio ha sido impulsado por el Ministro de Transformación Digital, Taro Kono, quien en agosto de 2022 declaró una "guerra contra los disquetes", con el objetivo de ceder el protagonismo a soportes físicos más actuales (y, por supuesto, a la nube).
Pero piensa esto: pese a esa 'declaración de guerra', el gobierno nipón ha tardado año y medio en anunciar esta medida... y ahora concederá todo un año de margen para que la administración pueda adaptarse a semejante revolución tecnológica. Las cosas de palacio van despacio.
La razón de este ritmo de cambio tan lento es que ha habido resistencia por parte de algunos gobiernos locales y agencias gubernamentales a los esfuerzos de modernización de Kono. Además, a pesar de ser un líder mundial en nuevas tecnologías, Japón aún mantiene una relación peculiar con la tecnología heredada, siendo aún un país de pagos en efectivo y uso de máquinas de fax.
Lo cierto es que aún hoy, y no sólo en Japón, algunos sectores industriales todavía dependen de los disquetes. Esto incluye la aeroespacial, la médica (los dispositivos médicos más antiguos que aún utilizan este formato) o la de bordados computarizados. Y bueno, hasta hace cinco años, el arsenal nuclear de EE.UU. usaba disquetes de 8 pulgadas, más antiguos aún.
Vía | Ars Technica
Imágenes | Marcos Merino mediante IA
En Genbeta | Quiso usar un disquete para instalar juegos en Steam y sorprendentemente encontró uno gratuito de apenas 200 KB
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