Elon Musk va a tomar un rol significativamente importante en la nueva Administración de Trump: el de recortar gastos que no les sean necesarios al nuevo Gobierno federal de los Estados Unidos. Para ello ha creado DOGE (Department of Government Efficiency), del que Musk lleva un buen tiempo hablando, incluso antes de las elecciones. Su misión principal: recortar el presupuesto en dos billones de dólares para el 4 de julio de 2026. Y para ello, su departamento contará de la ayuda de personalidades muy involucradas en la industria tecnológica.
Para Musk, si los políticos y economistas no pueden cumplir con su propósito, quizás es tarea de dejarle este cometido a los tecnólogos. Pero claro, para estas supuestas reformas excepcionales se requiere de gente experta en el campo. Parece que no va a ser así del todo.
Un fichaje de estrellas de la industria tecnológica
La visión de Musk para dicho cometido es francamente optimista, sobre todo porque el Gobierno maneja actualmente un presupuesto de 7 billones de dólares. El magnate dueño de X y SpaceX, acompañado del emprendedor Vivek Ramaswamy, ha comenzado a presentar sus fichajes estrella para su departamento. El problema es que no están acudiendo a gente con experiencia en este preciso campo, sino a estrellas de las principales tecnológicas.
Entre estos fichajes se encuentran Antonio Gracias —inversor y exdirectivo de Tesla—, Steve Davis —presidente de The Boring Company—, Joe Lonsdale —cofundador de Palantir—, Marc Andreessen y Bill Ackman —inversores— y Travis Kalanick —exCEO de Uber—. A pesar de que muchos de ellos han estado a cargo de empresas tan gigantescas como las mencionadas, ninguno de ellos tiene experiencia en el sector gubernamental.
Tal y como cuenta The Wall Street Journal, Andreessen está siendo el encargado de captar el talento para poner en marcha este proyecto de recortes del Gobierno. De hecho, Gracias y Davis ya ayudaron a Musk a eliminar el 80% de la plantilla de Twitter en su momento (ahora X).
A pesar de que DOGE aún no es oficial, Musk se convertiría en una especie de “ministro de rentabilidad” para el Gobierno de EE.UU, encargado de eliminar todo aquello que no sea rentable para el Gobierno estadounidense. La idea es que DOGE se convierta en un organismo externo que ofrezca asesoría y consultoría para poner en juego estas medidas drásticas de recortes.
Las críticas de algunos expertos ya vaticinan lo que parece evidente. Según algunos expertos financieros y legales de WSJ, quienes han visto fracasar iniciativas del Gobierno muy similares, también creen que el objetivo de Musk es descabellado, sobre todo por su objetivo en tan corto tiempo. Entre los objetivos de Musk y Ramaswamy se encuentra rescindir de “miles” de normas gubernamentales, recortando además en plantilla federal.
El impacto de estas medidas podría acabar siendo enorme, sobre todo teniendo en cuenta que muchísimas empresas y trabajos dependen precisamente de ese gasto federal. Para Richard J. Pierce, profesor de la Universidad George Washington, Musk y Ramaswamy están "ignorando totalmente" las realidades de la legislación federal: ‘derogar normativas vigentes es mucho más complejo de lo que sugieren sus discursos públicos’.
La Seguridad Social o Mediacare podrían estar entre los principales servicios donde se apliquen estos recortes, aunque Trump sugirió que no iba a tocar dichos servicios como parte de sus promesas electorales. Eso sí, a pesar de que las palabras de Musk apunten a que DOGE tendrá cierta independencia de acción, existirá supervisión por parte del Gobierno para aprobar estas medidas. En este aspecto, Marjorie Taylor Greene, congresista republicana, podría estar a cargo de la supervisión de este departamento. Ahora solo falta ver si los fichajes estrella de Musk y este departamento acaban realmente impactando en la economía de este país.
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