En los extractos bancarios de millones de estadounidenses, junto a los cobros de Netflix, Disney+ o Amazon Prime, empieza a repetirse un cargo inesperado: "Unlimited Wash Club". No se trata de una nueva plataforma de streaming, sino de la cuota mensual para lavar el coche tantas veces como se quiera.
En un contexto donde los servicios digitales buscan fórmulas para mantener abonados en medio de la 'fatiga de suscripciones', las suscripciones para el lavado de coches están atravesando su momento dorado.
La economía de la espuma mensual
La tendencia, aunque a primera vista pueda parecer anecdótica, revela un cambio profundo en los hábitos de consumo: mientras las plataformas de entretenimiento suben precios y los usuarios cancelan cuentas para ahorrar, las suscripciones para los lavados de coche crecen sin freno. El ejemplo más visible es Mister Car Wash, líder del sector en Estados Unidos, con más de 2,2 millones de socios activos a junio de 2025.
En su último informe trimestral, la compañía informó que las suscripciones representan ya el 76% de todas sus ventas de lavado, frente al 72% del año anterior. Es decir, tres de cada cuatro coches que pasan por sus túneles pertenecen a clientes con tarifa plana.
Y los números acompañan: los ingresos netos crecieron un 4% interanual, hasta 265,4 millones de dólares, y la compañía encadenó su noveno trimestre consecutivo de crecimiento en ventas comparables. Pese al complicado entorno económico, Mister Car Wash abrió cuatro nuevos centros en el segundo trimestre, alcanzando un total de 522 ubicaciones en todo el país.
El presidente y CEO, John Lai, lo resumió así en la presentación de resultados:
"El modelo de suscripción nos permite convertir el tráfico minorista en un flujo de ingresos recurrente y sólido. La previsibilidad de caja nos da margen para reinvertir e innovar".
De lujo ocasional a hábito semanal
El fenómeno no nació de la nada: hace una década, lavar el coche era un gasto esporádico, dependiente del clima (mala suerte si eras el propietario de un lavado de coches y se pasaba lloviendo 4 días seguidos) o de una ocasión especial. Pero, con la llegada de las suscripciones, el riesgo meteorológico ha desaparecido.
Hoy en día, la mayoría de las cadenas de lavado en EE. UU. apuntan a un modelo 70-30 entre miembros y clientes esporádicos, según datos de Rinsed. De media, cada usuario gasta unos 440 dólares a lo largo de su suscripción, y el uso se vuelve más frecuente: muchos clientes lavan su coche cada semana o incluso más.
El secreto se explica también en clave psicológica: el pago recurrente 'libera' al cliente de tener que decidir si vale la pena gastar 10 o 15 dólares cada vez: con la suscripción, pasa a ser algo que ya está pagado. Como el gimnasio o la cuenta de Spotify, vaya.
Un negocio que encanta a los inversores
Desde la perspectiva empresarial, el atractivo es obvio: ingresos recurrentes y predecibles, incluso si el cliente no usa el servicio cada semana. Y esa estabilidad ha convertido al sector en un nuevo imán para fondos de inversión y firmas de capital privado.
El resultado ha sido una oleada de consolidaciones: la cadena Whistle Express adquirió recientemente a Take 5 Car Wash, alcanzando 530 ubicaciones en 23 estados, mientras Tidal Wave y WhiteWater Express siguen expandiéndose agresivamente.
Mister Car Wash: el "Netflix del jabón"
Volviendo al gigante del sector, los resultados de Mister Car Wash muestran por qué los inversores comparan su modelo con el de las plataformas digitales. Su Unlimited Wash Club funciona igual que Netflix: el cliente paga una tarifa mensual fija y accede a lavados ilimitados en cualquier punto del país.
Gracias a esa base estable, la empresa generó 134 millones de dólares en flujo operativo en solo seis meses, lo que le permite financiar su expansión sin necesidad de endeudarse en exceso.
Del coche a la lavadora...
La fiebre de las suscripciones no se limita al automóvil. Servicios de lavandería como Rinse o Poplin ya operan con tarifas mensuales en decenas de ciudades de EE. UU., y Tide Cleaners ofrece planes en campus universitarios. La lógica es la misma: transformar una tarea doméstica ocasional en un servicio continuo, automatizado y —sobre todo— olvidable en el extracto bancario.
Según Travis Kimball, cofundador de Quick Quack Car Wash,
"Veremos modelos similares en peluquerías, centros de estética o servicios para mascotas. La gente está dispuesta a pagar por la comodidad de no tener que pensar".
Vía | Sherwood News
Imagen | Foto de Jan Kopřiva en Unsplash