50 usuarios hicieron la jugarreta de pedir a la vez taxis autónomos para una calle sin salida en San Francisco. Colapsaron el servicio

Un grupo quiso atascar una calle con coches autónomos, y lo consiguió. El peaje a pagar: 5 dólares por coche

Waymo
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Antonio Sabán

Director

En un presente distópico caben bromas distópicas. Eso es lo que debieron pensar 50 usuarios de Waymo, el servicio de taxis autónomos que Google ofrece en algunas ciudades de Estados Unidos. 

El pasado julio planearon una broma masiva, y les salió bien: al anochecer, quedaron en la calle sin salida más larga de San Francisco (donde Waymo debutó para el público general hace más de un año) y cada uno pidió un "taxi" desde la aplicación.

Las risas no salieron caras

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Consiguieron lo que buscaban, un enorme atasco en una calle sin salida. Al haber pedido todos a la vez, Riley Waltz, el usuario de X que ha contado la historia, ha llamado al suceso como el primer "DDoS de Waymo", en referencia a los tradicionales ataques de denegación de servicio de la informática.

El servicio no se cayó como en un DDoS real, claro, pero sí que colapsó en la zona, hasta el punto de que Waymo desactivó los viajes en un radio de dos manzanas hasta la mañana siguiente, según Walz.

La gracia estuvo en que los coches no se pidieron porque hicieran falta, de forma que estuvieron 10 minutos atascando la calle. Tras ese período, se fueron. Y uno pensaría que la broma salió cara, pero no. 

El hecho de que los usuarios no se montaran fue entendido por la aplicación como un viaje no realizado, pero al haberse demandado, el coste recae sobre el usuario, por lo que a cada uno de los 50 les tocó pagar cinco dólares. No fue un regalo, pero tampoco mucho dinero por ver cómo colapsa una flota de coches. Como aquella vez en que los coches autóomos de Waymo comenzaron a pitarse unos a otros a las 4 de la mañana.

Walz ha comentado que en el ambiente de la broma, se sintió como en secundaria, y que había ovaciones con cada coche nuevo que aparecía. Servidor ha probado Waymo en San Francisco, y es entretenido ver cómo el coche sale de aprietos en momentos complicados para un conductor humano. ¿Lo más distópico? Tras haber probado el autopilot completo de Tesla, me sentí en el futuro no tanto por ir en un coche que conducía solo, sino por ver la ciudad llena de coches fantasma. Increíble.

Imagen | Riley Walz, Andri Aeschlimann en Unsplash

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