Los fotógrafos de Instagram empiezan a sufrir la apuesta de esta red por el vídeo: ven cómo se reduce el impacto de sus publicaciones

Los fotógrafos de Instagram empiezan a sufrir la apuesta de esta red por el vídeo: ven cómo se reduce el impacto de sus publicaciones
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"Instagram ya no es una aplicación para compartir fotos". O al menos eso era lo que afirmaba, hace ahora poco más de un mes, el máximo responsable de dicha aplicación, Adam Mosseri, para sorpresa de muchos de sus más veteranos usuarios, que descubrían cómo éste hablaba de dejar atrás "las fotos cuadradas" y prefería competir con TIkTok en el campo de batalla del vídeo.

El fundador de Instagram, Kevin Systrom, que había cortejado explícitamente a la comunidad de fotógrafos en el arranque de la plataforma (el primero de sus famosos filtros fue bautizado como X-Pro II en honor a una famosa técnica analógica de fotografía). Pero Systrom dejó su cargo como CEO en 2018, seis años después de que Facebook comprase Instagram.

Ahora, los creadores de contenidos más afectados por este volantazo —fundamentalmente, artísticas y fotógrafos— están empezando a experimentar los efectos del mismo. Y, según un reportaje publicado por The Guardian, muchos de ellos están empezando a sentirse poco bienvenidos en la que, hasta hace nada, era 'su' red social.

¿34 veces más impacto en Twitter que en Instagram?

Sam Binding es un fotógrafo aficionado que se proclama 'cazador de amaneceres'; también tiene una cuenta en Instagram como 11.500 seguidores, y otra en Twitter con algo menos de 350. De modo que hace un par de semanas decidió hacer un experimento: subir la misma foto a ambas redes, y valorar dos días más tarde cuál había sido su impacto en cada caso.

Según las herramientas de análisis integradas, su publicación de Instagram fue visualizada por un total de 5.595 personas, poco más de la mitad de sus seguidores en esa red… mientras que, en Twitter, su publicación fue vista por 5.611 usuarios, multiplicando así por 17 su cifra de sus seguidores.

Binding tenía una corazonada: que Twitter había dejado un lugar sólo para compartir palabras, del mismo modo que Instagram había dejado de ser uno bueno para compartir fotografías. Según Mosseri, la gente usa Instagram "para entretenerse", y por eso prefiere usar vídeo.

También se podría pensar que la gente que prefiere eso ya está pasando más tiempo en TikTok que en Instagram, y que a los fieles a esta última red únicamente se les está forzando a cambiar sus hábitos de navegación.

Binding afirma que realizó su experimento porque percibía que, en el último año, Instagram había comenzado a mostrar sus publicaciones a un 30-50% menos de personas por lo que, en consecuencia, había empezado a generar ingresos muchos menores que antes.

"Sé que muchos fotógrafos se han tomado un descanso en Instagram porque empezaron a pensar que tal vez sus fotos no eran lo bastante buenas".

Nick Waplington, fotógrafo registrado en Instagram hace 10 años —durante los cuales ha cosechado 18.000 seguidores— afirma que antes podía llegar a tener 100-200 nuevos seguidores cada mes, "y eso ahora se ha terminado":

"No pienso empezar ahora a bailar mientras sostengo mis fotografías, así que probablemente volveré a usar [mi instagram] como una cuenta personal".

De modo que la 'comunidad fotográfica' de Instagram está empezando a experimentar un lento pero constante exilio. Binding, por ejemplo, afirma que parte de los creadores se han empezado a refugiar en Twitter. Otros recurren a alternativas a Instagram populares entre la Generación Z, como VSCO, o a sitios especializados en fotografía, como Artfol, ArtStation o Bubblehouse.

Imagen | Today Testing (vía Wikipedia)

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