Así es la ardua batalla de Google por el copyright

Así es la ardua batalla de Google por el copyright

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Así es la ardua batalla de Google por el copyright

En un contexto en el que preservar los derechos de autor en la red se han convertido en una prioridad, empresas y compañías de muy diverso tipo apuestan por garantizarlos, estableciendo programas y herramientas específicas, y un largo etcétera que seguro que te suena. Es el caso de Google que, incluso, cuenta con un sistema de denuncias para aquellos usuarios que detecten esta clase de infracciones.

Un servicio que constantemente amenaza con colapsarse, pues en su último Informe de Transparencia, los de Mountain View aseguran que reciben hasta 100 mil peticiones “de derribo” por hora. Únicamente durante la semana pasada, estas habrían alcanzado los 19 millones. Pero ¿cómo gestionarlas? ¿Qué se esconde tras ellas?

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La lucha del gigante tecnológico

De esta manera, parece que el gigante tecnológico ha conseguido duplicar con creces las cifras del año pasado y empequeñecer los 4 millones que contabilizaron en el mismo periodo de 2013, algo que vendría a suponer unas 113,6 solicitudes por hora. La diferencia es significativa y llama la atención por sí misma, sin duda.

Conocidos los datos, no podemos evitar preguntarnos si Google conseguirá dar respuesta a todas ellas y cumplir con las normas establecidas en la Ley Digital Millennium Copyright de 1998 a la que se encuentra sujeta. De hecho, una de las críticas es que, si bien la multinacional acaba con los enlaces reportados en cuestión, los portales que ofrecen este contenido continúan activos, de manera que la pelota va haciéndose todavía más grande con el tiempo y puede desembocar en un auténtico círculo vicioso.

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Al margen de lo dicho y como apuntábamos al inicio de nuestro artículo, la protección del copyright amenaza con convertirse en una auténtica industria. Hasta tal punto que hallamos empresas especializadas de la talla de Degban, centrada en la protección de derechos de autor “de alta calidad”, a la que contratan los correspondientes agraviados con el objetivo de hacer cumplir las leyes (y obtener la consecuente indemnización).

En concreto, el documento indica que más de 3 mil de las notificaciones recibidas la semana pasada fueron llevadas a cabo por organizaciones, entre las que se cuelan bufetes de abogados, entidades antipiratería, etcétera. Para más detalles, los de Mountain View ponen a nuestra disposición una lista completa ordenada en función del número de urls indicadas. Otro rasgo curioso es que viciomp3.com es uno de los dominios más perseguidos, por sus numerosos enlaces de descarga de contenidos con derechos.

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Una realidad que algunos expertos atribuyen a la facilidad con la que, actualmente, es posible crear un sitio web y subir contenidos; y que podría desembocar en la proliferación de servicios de denuncia, especialmente si Google no da abasto con esta abultada cantidad de solicitudes. Un ámbito en el que, al mismo tiempo, será necesaria una apuesta por el desarrollo de nuevas herramientas y aplicaciones que ayuden a identificar las infracciones. Aunque ya se sabe que hecha la ley, hecha la trampa.

Dicho lo cual y no obstante estos datos alarmantes, es evidente que entre los números se colarán casos falsos, es decir, urls que realmente no infringen los derechos de autor e, incluso, otro tipo de mensajes. De hecho, hace unos meses, algunos medios de comunicación advirtieron que la compañía estaba siendo bombardeada por unas denuncias muy poco convencionales, llevadas a cabo por spammers.

Es evidente que entre los números se colarán casos falsos, es decir, urls que realmente no infringen los derechos de autor

Lo problemático del asunto radicaba en que las direcciones reportadas no eran tales, sino que se trataba de los típicos correos sobradamente conocidos para promocionar los productos de estos interesados, que abarcaban un amplio abanico que contemplaba desde alargadores y gafas de sol, hasta jerséis tejidos a mano, falsificaciones y similares.

Una auténtica molestia que podría llegar a perjudicar a las peticiones auténticas y cuya finalidad todavía desconocemos, pues entendemos que esta clase de prácticas no tendrán efecto sobre el posicionamiento. En todo caso, puedes encontrar la copia de dichos e-mails en Lumen (Chilling Effects), un archivo colaborativo donde se guardan todas las solicitudes DMCA.

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Asimismo, la amplia cantidad de denuncias en términos ya más generales, nos obliga a plantearnos si, realmente, Google –y también otras entidades- son capaces de dar una respuesta adecuada, es decir, si realmente comprueban que estos enlaces violen el copyright. Al respecto y hace tan solo unos meses, la CCIA (Computer & Communications Industry Association) publicó un trabajo de investigación que auguraba el futuro de estos derechos en el entorno que nos atañe: el digital.

Un informe que afirmaba que, aunque la mayoría de denuncias de los creadores sobre el incumplimiento de la ley DMCA son legítimas y tienen razón de ser; también se encuentran con numerosas quejas que no conducen más que a una suerte de censura injustificada. Una práctica que tildaron entonces de “espina” y “traba” para “las grandes empresas de tecnología, que se enfrentan a serias consecuencias legales si no logran retirar el contenido reportado”.

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El documento, asimismo, instaba ya a los gobiernos a emprender una serie de medidas específicas con el objetivo de evitar que “algunas personas abusen del proceso de desmontaje”, pues esta actitud sobreprotectora de retirar todo el material lo único que logra es acabar con la libertad de expresión.

Algunas de sus propuestas son modernizar la DMCA (que ya tiene más de 18 años) y adecuar las amonestaciones por daños a cada caso concreto con el fin de “asegurar que las reformas siguen beneficiando al bien general y no solo a los titulares de estos derechos”.

Imágenes | Pixabay

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