Hock Tan compró VMware, se reunió con los empleados para decirles que él "no era su papá" y luego despidió a la mitad de ellos

La distintiva cultura corporativa de VMware quedó arrasada tras convertirse en un mero departamento de Broadcom

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Marcos Merino

Editor

A inicios de 2023, cuando Broadcom anunció la compra de VMware por 84.000 millones de dólares, muchos en la industria tecnológica se dieron cuenta de que se trataba de un movimiento estratégico enorme, pero no pensaron que fuera algo inusual: el mercado del software empresarial llevaba años consolidándose mediante adquisiciones y fusiones.

Pocos anticiparon el impacto humano y operativo que la llegada de Hock Tan —CEO de Broadcom y figura polémica por su estilo severo de gestión— tendría sobre una de las compañías más reputadas en el campo de la infraestructura digital.

Hoy, casi dos años después, se constata una transformación que ha dejado a VMware irreconocible.

Un encuentro que marcó un cambio de era

Hock Tan convocó un 'coffee chat' con empleados de VMware poco después de formalizar la compra. VMware llevaba décadas construyendo una cultura reconocida por su trato humano: campus amplios, jardines cuidados, servicios de bienestar, subsidios familiares, espacios de desconexión y una filosofía organizativa muy orientada al empleado.

Tan, en cambio, representa otra escuela muy diferente: la de la eficiencia extrema, la reducción de costes y la obsesión por la rentabilidad a corto y mediano plazo.

Durante la sesión, un empleado preguntó si Broadcom mantendría los beneficios de bienestar que caracterizaban a VMware. Según testimonios citados por The Information, la respuesta de Tan fue contundente:

"¿Por qué iba a hacer algo así? No soy vuestro papá".

La frase no solo simboliza un choque brutal de culturas corporativos, sino que sirvió como anticipo de lo que iba a pasar: un desmontaje total del modelo de empresa que VMware había construido.

Despidos masivos

La compra se cerró oficialmente a finales de 2023. Apenas días después, Broadcom ya había despedido a 1.300 empleados solo en California, el primer indicio de una ola que no tardaría en hacerse global. A estas alturas, Broadcom ha reducido la plantilla de VMware de unos 38.000 trabajadores a cerca de 16.000, es decir, la mitad de la fuerza laboral.

Para Tan, estos recortes formaban parte de una estrategia de 'enfoque', de deshacerse de lo que él considera capas intermedias, servicios duplicados o productos que no encajan en la visión de Broadcom. Para miles de empleados alrededor del mundo, significó el fin abrupto de largas carreras profesionales en una empresa que históricamente había sido vista como un empleador estable.

La transformación del campus

La transformación del campus de VMware en Palo Alto sirve como símbolo de cómo terminó cambiando la propia empresa: antes de su adquisición por Broadcom, dicho campus contaba con 18 edificios, 100 acres de jardines, anfiteatro al aire libre, estanque con tortugas, guardería, etc.

Tras la llegada de Broadcom se vendieron todos los edificios excepto cinco, se retiraron hasta las máquinas de espresso y otros servicios premium que eran parte del ADN del campus... y curiosamente, lo único que permaneció (no está muy claro por qué) fueron las famosas tortugas del estanque.

Broadcom suele ser descrito por los analistas como "parco", "funcional" y "financieramente implacable"

Un nuevo modelo de negocio

De forma paralela a los recortes humanos y físicos, Broadcom anunció cambios radicales en el modelo comercial de VMware:

  • Eliminación de las licencias perpetuas, con migración obligatoria a un modelo de suscripciones.
  • Simplificación extrema del catálogo de productos.
  • Cancelación de numerosos acuerdos con partners.
  • Aumento del precio efectivo para muchos clientes.

Paradójicamente, Broadcom ha difundido un aumento de ingresos cercano al 20%, demostrando que la estrategia —aunque polémica— funciona en términos financieros.

En realidad, Hock Tan es conocido por convertir adquisiciones en motores de rentabilidad usando un mismo patrón: reducción masiva de gastos operativos + enfoque en los productos más rentables + desinversión en 'áreas no estratégicas' + orientación total a grandes clientes empresariales.

¿Es este el futuro de Silicon Valley?

El caso VMware se cita cada vez más como advertencia al abordar las consecuencias de las adquisiciones tecnológicas:

  • Pérdida de confianza de partners y clientes: Muchos clientes reportaron sorpresas negativas en precios y licenciamiento. Algunos proveedores dejaron de vender VMware al perder su condición de partners.
  • Éxodo de talento: Más allá de los despidos, numerosos ingenieros clave han abandonado voluntariamente la empresa ante la pérdida del clima laboral que definía a VMware.
  • Reconfiguración del mercado de virtualización: La agresividad de Broadcom ha abierto espacio para competidores que antes parecían marginales.

Todo esto ofrece un retrato del enfrentamiento de dos culturas empresariales irreconciliables. Y es que, para muchos, VMware representaba la cultura Silicon Valley clásica (bienestar, innovación, comunidad, estabilidad), mientras que Broadcom representa un capitalismo industrial sin adornos (eficiencia, optimización, retornos inmediatos).

Para los defensores de este último, Broadcom se ha limitado a salvar a VMware de su exceso de complacencia.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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