Un joven rastrea todos los vuelos del jet de Taylor Swift (y su contaminación). Ahora ella amenaza con demandarle

  • Jack Sweeney se dedica en sus cuentas a rastrear el jet privado de multitud de celebridades, entre ellas Taylor Swift

  • El equipo legal de Swift afirma que se trata de una vulneración de su privacidad, aunque se trate de información de dominio público

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Cuando acabas logrando el éxito y la fama de personalidades como Taylor Swift, es lógico pensar que acabes siendo el punto de mira de muchas personas con fines poco éticos. Es por ello que la privacidad y seguridad tiene que ser una prioridad. Y claro, en este aspecto a nadie le gustaría que conociesen la ubicación de su jet privado en todo momento.

Esto es precisamente lo que le ha ocurrido a Taylor Swift a manos de alguien que ya hemos mencionado otras veces en Genbeta: Jack Sweeney. El joven que rastreaba el jet privado de Elon Musk también se ha encargado de dar a conocer los viajes de otras celebridades, entre ellas Taylor Swift. Esto no ha gustado nada a los abogados de la artista, por lo que han tomado medidas legales contra Sweeney y su equipo de voluntarios.

Violación de la privacidad a costa de información pública

Sweeney, un estudiante de tercer año de la Universidad de Florida Central, gestiona las cuentas de X (antes Twitter) que rastrean los vuelos de jets privados de multitud de celebridades, entre ellas Taylor Swift. Los datos que obtiene Sweeney pertenecen a la Administración Federal de Aviación y son totalmente públicos. Sus cuentas no revelan quienes viajan en los aviones ni los destinos en los que aterrizan, pero sí se revela a quién pertenece el avión.

El pasado mes de diciembre, el equipo legal de Taylor Swift ya emitió una carta de cese y desistimiento, alegando que las actividades de Sweeney constituían una forma de “acoso y hostigamiento”. Según menciona el Washington Post, las acciones de Sweeney habían causado “angustia emocional” tanto a Swift como a su familia, haciendo que su preocupación personal aumentase.

taylor Imagen: Michael Tran (AFP)

A pesar de ello, Sweeney defendió sus acciones, asegurando que únicamente estaba compartiendo datos públicos y que el equipo de Swift estaba intentando ejercer control sobre información que ya se encontraba en dominio público.

El debate sobre la privacidad y la seguridad de las personas que viajan en estos aviones queda en segundo plano en redes sociales, ya que hay un aspecto más a considerar: las preocupaciones medioambientales. Y es que ha habido multitud de críticas hacia Swift y otras celebridades sobre el impacto medioambiental y la huella de carbono que genera un viaje en jet privado.

Esto ha llevado a diversas acusaciones de hipocresía hacia Swift. En respuesta, los representantes de Taylor Swift han citado sus esfuerzos por compensar la huella de carbono mediante la compra de créditos de carbono. Esta es una de las principales vías de las empresas para alcanzar la neutralidad del carbono. Los créditos sirven para invertir en proyectos que mitiguen los gases de efecto invernadero mediante la captura de CO2 o la reforestación.

En Facebook o Instagram se han desactivado las cuentas de Sweeney que recopilaban la información de vuelo de estos jets privados, citando violaciones de privacidad. A pesar de ello, Sweeney ha continuado este proyecto en otras redes sociales, como X, y ha modificado su patrón para cumplir con las pautas de las plataformas, como la implementación de un retraso en la publicación de los datos de ubicación en tiempo real.

La disputa entre Swift y Sweeney ha generado un gran debate en torno a la libertad de expresión y el uso de información disponible públicamente. Según el equipo legal de Sweeney, sus actividades constituyen un discurso protegido y no infringen los derechos de Swift.

Por otra parte, los abogados de Swift han descrito las actividades de Sweeney como “peligrosas e invasivas”, citando además interacciones pasadas entre Sweeney y Elon Musk en torno a sus actividades. Otros críticos aseguran que la estrategia legal de Swift es un intento de suprimir críticas y controlar la narrativa en torno a su imagen pública.

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