Rocket Internet: el polémico imperio de los hermanos Samwer

Rocket Internet: el polémico imperio de los hermanos Samwer
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Cuando se habla de Rocket Internet, la factoría de clones dirigida por los famosos hermanos Samwer, parece que sólo tienen cabida dos posturas extremas: los que los odian por copiar modelos de negocio validados en Estados Unidos, y los que creen que hacen un gran trabajo al traer productos y servicios al resto del mundo. La realidad, sin embargo, probablemente se encuentre en un término medio, con sus aspectos positivos y negativos.

Para los que no conozcan Rocket Internet decir que es una incubadora de startups alemana fundada en el 2007 por Oliver, Alexander y Marc Samwer. Los conocidos como “hermanos Samwer” son responsables de exits muy importantes dentro del ecosistema europeo de startups, como la venta de Alando a eBay o CityDeal a Groupon. Y es que si por algo es conocido Rocket Internet es por ser unos maestros de la ejecución, capaces de aplicar modelos de negocio validados en Estados Unidos y trasladarlos a otros mercados en un tiempo récord, gastando auténticas millonadas en marketing y, en algunos casos, poniendo en apuros los ecosistemas autóctonos de dichos mercados.

Ante la pregunta de cómo de grande es Rocket Internet cabe decir que según David Meyer, de Gigaom, en abril del 2012 contaban con 38 empresas en 58 países de todo el mundo. Una imagen vale más que mil palabras.

Mapa del imperio de Rocket Internet

Conocidos por contratar MBAs de las mejores escuelas de negocio de todo el mundo y ex-banqueros, Rocket Internet está detrás de proyectos de eCommerce tan importantes como Zalando (clon de Amazon/Zappos), Dafiti (Brasil) y empresas del mundo de los pagos móviles como Payleven (clon de Square) o Paymill (clon de la americana Stripe). En los últimos meses también están atacando con una rapidez endiablada mercardos que se presumen importantísimos como el ruso y la zona del sudeste asiático, principalmente a través de proyectos de eCommerce y con un nivel de ejecución digno de las principales multinacionales.

Los rumores sobre la salida a bolsa de Rocket Internet

Después de varios meses en los que las únicas noticias que nos llegaban de Rocket Internet eran las millonarias inversiones de JP Morgan en sus empresas, en las últimas semanas se está hablando largo y tendido sobre una posible salida a bolsa de Rocket Internet. Estos rumores han vuelto a abrir el debate sobre la conveniencia o no de Rocket Internet, de si su forma de actuar favorece o no a los ecosistemas de startups de muchas regiones del mundo. Como decía al principio, las opiniones sobre este asunto suelen ser extremas y negativas hacia la incubadora de los hermanos Samwer.

El principal aspecto negativo que se suele destacar es el hecho de que Rocket Internet es, principalmente, un (cuasi)perfecto y auténtico clonador de startups que han validado su negocio en otros mercados, principalmente el estadounidense. Han clonado empresas tan importantes como Amazon, Groupon, Ebay, Square o Stripe y probablemente no vayan a dejar de hacerlo en los próximos meses y años. Esto no gusta a muchos emprendedores y defensores de ideas innovadoras, puesto que el grado de innovación en la mayoría de los ejemplos anteriores es mínimo, limitándose a clonar de forma pura y dura empresas exitosas.

Aunque esto limita en parte el riesgo al que normalmente se enfrenta un emprendedor y una startup en sus inicios, también supone un claro ejemplo de ejecución empresarial: es de sobra conocido que Rocket Internet contrata empleados tan rápido como los despide, normalmente ofreciéndoles una idea de negocio clonada y cerca de $10 millones de dólares para adentrarse en un mercado, crear una compañía de la nada y después buscar una venta o exit a las empresas madres, como en el caso de Groupon o Ebay.

Pero los emprendedores creadores de las startups madres no son los únicos que no ven con buenos ojos estos movimientos. En ocasiones a las empresas que ya están operando en mercados locales (principalmente en lationamérica y el sudeste asiático) no les agrada la entrada de los hermanos Samwer y su maquinaria empresarial. Es fácil deducir el por qué: como bien explica Thomas Baldwin en un post sobre la relación entre Rocket Internet y las startups de Brasil, éstas en muchas ocasiones no son capaces de competir con los gigantes que Rocket Internet crea y que cuentan con el respaldo de millones de euros alemanes. Esto puede llegar a provocar un clima de desconfianza entre las propias startups de dichos países, afectando a sus productos, clientes e incluso también a inversores.

Pero como decía anteriormente no todo es negativo, y la forma de operar de Rocket Internet también presenta una serie de ventajas para las partes implicadas. Por un lado, los exits de los clones pueden crear una serie de business angel o inversores que ayuden a fomentar los mercados locales de startups. Otro claro aspecto positivo es que, como buenos maestros de la ejecución que son, ayudan a traer empresas que aportan un valor añadido claro a mercados secundarios y de un alto potencial de crecimiento. Por poner un ejemplo, mientras que Stripe sólo está disponible en EEUU y Canadá, Rocket Internet ha sido capaz de lanzar Paymill en más de 20 países de Europa. Lo mismo se puede decir de Payleven, clon de Square, y muchas otras iniciativas dentro del eCommerce. Antes de la llegada de Rocket Internet estos mercados disponían de excasas opciones en dichos mercados, y los hermanos Samwer han sido capaces de ofrecer una alternativa en un tiempo record.

En definitiva, no resulta complicado encontrar opiniones de todos los gustos y colores sobre Rocket Internet. Los defensores de la innovación en el mundo de las startups los atacarán una y otra vez, definiéndolos (acertadamente) como copiadores sin escrúpulos. Pero también existen aquellos que, provenientes de una cultura empresarial más tradicional y basada en la ejecución, admiran lo que estos tres hermanos alemanes han sido capaces de crear. Un imperio de 38 empresas en 58 países que tienen entre ceja y ceja la expansión y el crecimiento. Su hipotética salida a bolsa puede suponer una especie de validación de su modelo de negocio. Aún consiguiéndolo, seguro que el debate sobre la ética de sus operaciones seguirá latente.

Más información | Rocket Internet

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