Musk afirma que en el futuro será innecesario ahorrar dinero: gracias a la IA todos dispondremos de un "alto ingreso universal"

Uno se pregunta para qué ha ahorrado él mismo la mayor fortuna del planeta si se cree sus propias predicciones

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Marcos Merino

Editor

Elon Musk vuelve a situarse en el centro del debate global con una afirmación tan ambiciosa como polémica: en el futuro no será necesario ahorrar dinero porque la inteligencia artificial y la robótica acabarán con la pobreza al permitir implementar un sustancioso 'ingreso universal'.

Según el empresario, esta transformación será tan profunda que el trabajo dejará de ser una obligación y el dinero, tal como se entiende hoy, perderá relevancia.

La declaración fue realizada en la red social X como respuesta a un debate sobre las llamadas 'Trump Accounts', un programa impulsado por el gobierno estadounidense para fomentar el ahorro desde el nacimiento. Musk, lejos de celebrar esta iniciativa, sostuvo que se trata sólo de una solución transitoria para un problema que la tecnología terminará eliminando por completo.

¿Más allá de la renta básica?

Aunque la idea de garantizar ingresos a toda la población no es nueva (al fin y al cabo, la renta básica universal lleva décadas discutiéndose en ámbitos tanto académicos como políticos), Musk introduce un matiz clave: no habla de un ingreso mínimo para cubrir necesidades esenciales, sino de un nivel de ingresos suficientemente alto como para permitir una vida cómoda sin la necesidad de trabajar.

En distintas intervenciones públicas y entrevistas, el fundador de Tesla y SpaceX ha insistido en que la automatización masiva reducirá los costes de producción de bienes y servicios hasta niveles casi insignificantes. En ese escenario, alimentos, vivienda, transporte y atención médica serían accesibles para todos, haciendo innecesario el ahorro y diluyendo las actuales desigualdades económicas.

Las expectativas de Musk descansan en el progreso acelerado de la 'IA general' y de los sistemas robóticos. En conferencias internacionales, como la celebrada en París en 2024, aseguró que existe una alta probabilidad de que "ninguno de nosotros tenga un trabajo" en el sentido tradicional del término, porque las máquinas podrán desempeñar cualquier tarea de forma más eficiente que los humanos.

En ese contexto, el trabajo pasaría a ser una actividad opcional, más cercana a un hobby que a una necesidad económica. La productividad generada por sistemas autónomos permitiría sostener una economía de abundancia, capaz incluso —según Musk— de contribuir a resolver problemas estructurales como la deuda pública de Estados Unidos.

El contraste con la realidad actual

Las declaraciones de Musk llegan en un momento particularmente llamativo: el empresario se convirtió recientemente en la primera persona en alcanzar una fortuna estimada en 600.000 millones de dólares. Este dato ha alimentado el escepticismo en redes sociales y foros económicos, donde muchos usuarios señalan la contradicción entre su inmensa riqueza personal y su mensaje de que ahorrar pronto dejará de ser relevante.

Las críticas no se limitan a la figura de Musk. Economistas y analistas cuestionan los incentivos de producción en un mundo donde "todo cuesta casi nada" y advierten que, incluso si la pobreza absoluta desaparece, la pobreza relativa podría persistir debido a toda una serie de factores (desde guerras hasta la existencia de élites que se nieguen a perder su estatus).

Por otro lado, Musk afirma que el principal obstáculo que afrontará este futuro que vaticina no será económico, sino existencial: si las máquinas pueden hacerlo todo mejor que los humanos, surge una pregunta incómoda: ¿qué dará sentido a la vida de las personas?

El propio empresario ha admitido que, en un escenario negativo, la transición podría generar profundas crisis sociales y psicológicas.

Cifras sobre la mesa

Uno de los aspectos más difusos del planteamiento de Musk es la falta de cifras concretas. En debates recientes, distintas estimaciones han intentado poner números a la idea de 'ingreso universal alto'. Algunas propuestas lo sitúan en torno a los 175.000 dólares anuales, mientras que otras hablan de transferencias mensuales cercanas a los 3.000 dólares, o incluso montos mucho menores.

Esta amplitud de cifras revela uno de los principales problemas del concepto: lo que hoy se considera un ingreso alto varía enormemente según el país, el contexto económico y las expectativas sociales, y esas referencias cambian con el tiempo.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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