Durante décadas, el liderazgo científico y tecnológico mundial han sido sinónimo de Estados Unidos. Desde la informática hasta la energía nuclear, pasando por la biotecnología y el espacio, Washington dominó la producción de conocimiento estratégico que sostenía su poder económico, militar y político.
Sin embargo, un nuevo informe internacional confirma que ese equilibrio ha cambiado de forma profunda: hoy en día, China lidera actualmente la investigación en casi el 90% de las tecnologías consideradas críticas para los intereses nacionales de los Estados.
El dato proviene del Critical Technology Tracker, una herramienta desarrollada por el 'Australian Strategic Policy Institute' (ASPI), un centro de estudios independiente especializado en seguridad y política estratégica.
La edición más reciente del informe analiza 74 tecnologías emergentes y estratégicas —diez más que el año anterior— y concluye que China ocupa el primer puesto mundial en 66 de ellas, incluidas áreas tan sensibles como la energía nuclear, la biología sintética y los pequeños satélites. Estados Unidos, por su parte, lidera solo ocho campos, entre ellos la computación cuántica y la geoingeniería.
Cómo se mide el liderazgo tecnológico
El Critical Technology Tracker se basa en el análisis de más de nueve millones de publicaciones científicas procedentes de todo el mundo. Para cada tecnología, el equipo de ASPI identifica el 10% de los artículos más citados a nivel global —un indicador habitual de impacto y calidad científica— y calcula qué proporción corresponde a investigadores de cada país durante un periodo de cinco años, entre 2020 y 2024.
Este enfoque no mide directamente la capacidad industrial ni la comercialización de la tecnología, pero sí ofrece una radiografía precisa del liderazgo en investigación avanzada, que suele ser el primer paso para la supremacía tecnológica futura.
Uno de los hallazgos más llamativos es el dominio chino en el campo de la computación en la nube y del edge computing, dos pilares fundamentales para el desarrollo y despliegue de la inteligencia artificial. Según David Lin, estratega en seguridad y tecnología del Special Competitive Studies Project, este liderazgo refleja "la urgencia con la que Pekín está trasladando la IA del laboratorio a su aplicación práctica".
Un giro histórico en apenas dos décadas
El resultado es especialmente significativo si se observa en perspectiva histórica. A comienzos del siglo XXI, Estados Unidos encabezaba más del 90% de las tecnologías analizadas, mientras que China apenas superaba el 5%. Dos décadas después, la situación se ha invertido casi por completo, revelando uno de los cambios estructurales más profundos en la historia reciente de la ciencia global.
"China ha logrado un progreso extraordinario en ciencia y tecnología, que se refleja tanto en inversión en investigación y desarrollo como en publicaciones científicas", explica Ilaria Mazzocco, investigadora en política industrial china del Center for Strategic and International Studies (CSIS), con sede en Washington.
Este avance no es fruto del azar. Responde a una estrategia estatal sostenida, que combina planificación a largo plazo, financiación masiva, orientación política de la investigación y una estrecha conexión entre universidades, institutos públicos y empresas tecnológicas.
Liderazgo selectivo y estrategia enfocada
No obstante, algunos expertos llaman a la cautela en la interpretación de los resultados. Wang Yanbo, investigador en políticas científicas de la Universidad de Hong Kong, señala que China tiende a liderar con mayor facilidad en tecnologías emergentes, donde ha concentrado recursos de forma deliberada, mientras que en sectores más consolidados —como la fabricación avanzada de semiconductores— otros países aún mantienen ventaja.
Esta observación es clave para entender el modelo chino: más que competir frontalmente en todos los frentes, Pekín ha priorizado aquellos campos con mayor potencial estratégico futuro, especialmente donde las reglas del juego aún no están completamente definidas.
En cualquier caso, a pesar del avance chino, el informe no sugiere un colapso inmediato del poder científico estadounidense. Steven Hai, economista político especializado en innovación tecnológica, subraya que Estados Unidos sigue siendo un actor central en el ecosistema global de investigación y conserva fortalezas clave en universidades, talento internacional y capacidad de innovación disruptiva.
Vía | Nature
Imagen | Marcos Merino mediante IA