El gigante de comida rápida McDonald's anunció con orgullo en diciembre que ofrecería un servicio Wi-Fi en la mayor parte de sus 158 restaurantes de Nueva Zelanda, lo que convertía a los de las hamburguesas en el mayor proveedor de internet gratuito de aquel país.
La decisión fue, obviamente, una estratagema de marketing. Pero menos de un mes después de la puesta en marca del WI-FI lo que verdaderamente ha generado es una publicidad negativa, con airadas quejas de los miembros de la comunidad gay y de numerosos medios por bloquer el acceso a varios sitios dirigidos a esa comunidad.
Así es, McDonald's censura contenidos de páginas del movimiento gay en su red Wi-Fi según ha comprobado la Fundación SIDA de Nueva Zelanda. La lista de sitios web prohibidos incluyen GayNZ, PFLAG y Rainbow Youth. McDonald's respondía después de mucho dudar a la creciente ola de protestas levantando el filtro a las dos últimas pero no a GayNZ. Esto ha provocado diversas reacciones, incluyendo duras acusaciones de homofobia.
Aunque McDonald's sigue justificando la censura a GayNZ ya que su red Wi-Fi va "dirigida a la familia".
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