Airbnb ha cambiado drásticamente desde que se concibió allá por 2008. La empresa ha pasado de permitir alojamientos de ‘bed & breakfast’ donde usuarios accedían al alquiler de camas libres en sus casas a ofrecer alojamientos enteros para estancias prioritariamente cortas. Esto ha supuesto un grave problema para el sector inmobiliario, contribuyendo en gran medida a la subida de los precios de los alquileres.
Sin embargo, Nueva York podría convertirse en un punto de inflexión para la forma en la que opera la empresa a partir del 5 de septiembre. Y es que la ciudad estadounidense ha ganado la batalla legal contra dicha plataforma, permitiendo aplicar una serie de restricciones a Airbnb que cambiarían por completo la tendencia de los alquileres a corto plazo en la ciudad.
Estancias limitadas a un mes como mínimo, a no ser que el dueño esté presente
Esta batalla legal ha desembocado en que Nueva York pueda aplicar una serie de limitaciones a Airbnb. La más destacada es el hecho de que las estancias ahora estén limitadas a un mes como mínimo. De esta forma, se acaban los alquileres vacacionales de corto plazo, por lo que ofrecer todo un apartamento por unos días dejará de permitirse en la ciudad.
Esta restricción supone la eliminación de una gran cantidad de alojamientos en la plataforma, los cuales se presentaban como una alternativa más económica a los hoteles, sobre todo si se comparten los gastos de la estancia entre un grupo amplio de clientes.
Otra de las medidas prioritarias para que Airbnb pueda seguir funcionando en Nueva York es el hecho de que los anfitriones deban de estar registrados. De esta manera se comprobaría que su actividad es legal. Airbnb asegura que dicha limitación es un proceso invasivo a la privacidad, además de quejarse de la burocracia que habría detrás para el usuario.
No obstante, hay excepciones. Y es que solamente se permitirán estancias de menos de un mes si el dueño de la vivienda está presente durante toda la estancia. Es decir, que los clientes (no más de dos personas) deberán de convivir con el dueño, una vuelta a los orígenes de Airbnb, la cual se fundó con este concepto en mente.
La idea original de Airbnb era que los usuarios pudiesen ofrecer alojamiento barato a otras personas mientras convivían en la misma residencia, permitiéndoles dormir en el sofá o en una cama libre, así como ofrecer desayuno. Esta práctica se le conoce como ‘bed & breakfast’, y ya hace tiempo que Airbnb dejó atrás este concepto.
Si bien estas limitaciones se aplican únicamente en Nueva York, es posible que se trate de un punto de inflexión para solucionar muchos de los problemas económicos y sociales en los que la plataforma ha contribuido con su ritmo de operación.
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